Parte 277: Tiempos de Sangre

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Thresh había logrado reunir los tres objetos de sangre que permitían traer a nuestro mundo a tres de los Sangrientos. Entre ellos el Maestro de Cartas.

Ahora el carcelero llevó los objetos a Zilean, el único mago que conocía que sabía un mínimo sobre sus asesinos ancestros.

"El Loto Sangriento del Artista... la Carta Sangrienta del Maestro de Cartas y... el Orbe Sangriento de la Daga Sangrienta...."

"¿Te has inventado los nombres?" - preguntó el carcelero

"Son los nombres que les dio tu padre"

"Maldito brujo del tiempo...."

"¿Cómo has hecho para reunirlos tan rápido? Es bastante sorprendente"

"Dos de ellos fueron localizados por un amigo"

"Tal vez puedas presentármelo, estaría bien recuperar algunos objetos malditos que hay por ahí sueltos" - comentó el hechicero

"Igual te lo encuentras en tus pesadillas..."

"¿Qué has dicho?"

"Que te des prisa en guardarlos, no quiero saber de esos dos"

Cierto era que Thresh había absorbido el alma del Maestro de Cartas, pero tampoco sabía cómo funcionaba un objeto de sangre así que decidió sellarlo.

"Las vitrinas de la biblioteca son frágiles, pero repelen la magia"

"¿En serio?" - preguntó lanzando su hoz

El arma destrozó una de las vitrinas en varios pedazos de cristal.

"Repelen la magia, no las armas" - resaltó con enojo

"Mi arma es mágica, ahí veo un vacío legal"

"Al menos has podido recobrar tus poderes" - dijo al verlo a plena luz del día

"Digamos que me hicieron otro favor"

"Y con el mio van tres, vas a acabar muy endeudado"

"Tengo tiempo suficiente" - dijo cruzado de brazos - "Ahora dime, ¿crees que así podré librarme de ellos?"

"De los demonios personales nunca nos libramos"

"Eso ya lo sé, pero prefiero esos a los físicos"

El nigromante se alejó de la biblioteca, caminando por el pasillo mientras pensaba en cuantos posibles Sangrientos debían de quedar.

Quitando a todos los que se encontró y a los dos que iban a ser sellados... tal vez solo que quedase uno o dos.... o eso es lo que esperaba.

"Demasiado pensativo, querido" - dijo una voz femenina

"Oh, perdón por preocuparme por los demonios de la luna roja"

"Existe una diferencia entre preocupación y obsesión"

"Sabes, es mucho mejor eso a ser poseído o caer coma"

"Tal vez solo necesites un pequeño masaje...."

"¡Suficiente!" - gritó el espectro

"Pero qué..."

Thresh usó su cadena para romper todas las bombillas del pasillo, generando la oscuridad suficiente para que Evelynn pudiera salir de su sombra.

"Este transporte es fascinante" - admitió la mujer estirándose

"Puedes fundirte con las sombras, menos con la mía"

"Querido, solo tu puedes moverte bajo el sol y así podemos pasar más tiempo juntos"

"Pareces un disco rallado, y paso de verme como ese par de pájaros acaramelados"

"Nadie te verá así, ellos son jóvenes y tu tienes un par de siglos"

Prácticamente le estaba llamando anciano en toda la cara, cosa que a nadie le agrada oír.

"Si, aunque sigo siendo más joven que tu"

"No dijiste lo mismo cuando te desvirgué" - dijo con enfado

"Quizás porque estaba inconsciente y se consideraba viola..."

"Ejem" - tocio una tercera persona

El dúo giró para ver a Rammus en el pasillo, quien no podía pasar por lo estrecho que era este.

"¿Me permitís?"

"Oh, sí, claro... lo... siento..."

"Un gusto veros..."

La pareja se echó a un lado y el armadurillo simplemente se marchó tranquilamente.

"¿Qué acaba de pasar?"

"Déjalo, es un tipo un poco raro" - admitió Evelynn - "Sigamos con nuestras cosas"

"¿Por dónde íbamos?"

La Cripta de Thresh Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora