Amor Secreto ( En Edición.)

Unidos Para Toda La Vida.

Nos encontrábamos, parados frente a uno de los juegos mecánicos que más llamaba la atención de todos los que nos encontrábamos en el parque, su nombre era "El Galeón" era un enorme barco, con asientos a todo lo largo de su longitud, se balanceaba de adelante hacia atrás, formando un medio círculo, cuando tomaba velocidad quedaba suspendido en la parte de arriba, de modo que, quienes se subían quedaban de cabeza.

-Subamos también a ése- propuso mi prima, ya todos habíamos subido anteriormente a la rueda de la fortuna, lamentablemente, a mí me tocó compartir asiento con Deysi y no con Marco.-

- No gracias, querida- le dije- ya me subí a ése con Diego en Adanta, y a una chica se le ocurrió que era buena idea decorar la ropa de quienes nos subimos, con su vómito.- le conté y no mentía.

Mi pobre hermano ese día juró que no volvería a poner un pie en otro juego mecánico.

- Que asco- dijo Deysi haciendo una mueca- bueno, subamos solo nosotros- dijo ella viendo a Marco y a Áron.

-Yo también paso- dijo Marco-
Comí demasiada pizza, y no quiero terminar vomitando como la chica de la que habla Elizabeth.

- Amargados- nos dijo Deysi- Áron tu sí irás conmigo ¿cierto?- le cuestionó a su primo.

-¿Y si mejor te esperamos los tres aquí?- le respondió. Algo me dice que no nos quiere dejar solos a Marco y a mí.

- ¡¿Qué?! Obvio no, tú te subirás conmigo, porque no lo haré sola. Y además me quiero subir hoy, no otra noche.- dijo en tono autoritario.

Sí, damas y caballeros Deysi a veces podía ser verdaderamente fastidiosa.

Pero ahora le agradecía su berrinche, ya que me quedaría por un momento a solas con el chico que me roba literalmente el sueño, hace muchos años. Y esa es otra razón para amar con toda el alma a mi "tarada" que tengo por prima.

Estoy segura de que si ella hubiese sabido de mi enamoramiento por él, habría hecho hasta lo imposible para que yo hubiera tenido una oportunidad con Marco, pero no se lo dije a nadie, ni siquiera a mi mamá que es la persona en la que más confío.

Ustedes se preguntaran por qué no se lo dije a nadie, la respuesta es simple; Creerían que ya había perdido el juicio, que estaba loca de remate, porque nadie en sus cinco sentidos se enamoraría con una jodida e insignificante mirada.