Capítulo 4 Frente a Frente.

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Cuando llegamos a la heladería, una chica de cabello negro y muy amable nos atendió, la última vez que estuve aquí no era ella quien atendía.

- Hola Alejandra- saludó mi prima.

- Hola Ale. - saludó igualmente Áron.

- Hola chicos- les devolvió el saludo a ellos. Luego poniendo su vista en mí dijo:- hola.

- Hola - respondí sonriendo al igual que ella.

- Mira Alejandra, ella es mi prima Elizabeth, Eli ella es Ale,- informó Deysi- la conocí a ella y a su hermano la semana pasada que te dije me acompañaras a pasar el fin de semana con la abuela.

- Es un Gusto. - dijimos ambas al mismo tiempo.

Nos sentamos alrededor de una de las mesitas que estaban allí, cada mesa tenía cuatro sillas, por lo tanto sobraba una. Me senté frente a Áron y Deysi a mi izquierda.

- Y que van a querer chicos- preguntó Alejandra.

- Yo, una banana Split con todo de chocolate- dije. Deysi pidió lo mismo, Áron también solo que él pidió de vainilla y napolitano.

- Ya las preparo- dijo Alejandra y desapareció tras una puerta a sus espaldas. Estuvimos hablando por unos minutos sobre salir la próxima semana, cuando Áron cambió radicalmente de tema.

- Hace mucho que no te veía - me dijo Áron.

- Si, lo mismo digo.-

- Estas mucho más linda de lo que eras- me dijo a lo que solo le respondí con un gracias. Áron esta buenísimo pero es primo de mi prima así que no podría tener algo con él.

- Haber, haber, haber ¿éstas tratando de ligarte a mi prima?, En mi presencia Áron- cuestionó Deysi con una sonrisa pícara.

- Solo digo la verdad- respondió él.

- Acá están dos, en un momento traigo la otra.- informó Alejandra poniendo dos bananas Split en el mostrador.

Como la conversación se estaba poniendo algo incómoda para mí me ofrecí a llevarlas hasta nuestra mesa. Puse la de chocolate frente a Deysi y la otra de vainilla frente a Áron. La mía aun no llegaba.

Estaba esperando frente al mostrador a que Alejandra regresara con mi helado, cuando alguien entró a la heladería, no me giré, ni siquiera cuando saludó con un "buenas tardes muchachos, ya regreso a acompañarlos". Allí me di cuenta que era una voz masculina.

Quien entró se posó  junto a mí, levanté mi brazo apoyándolo en el vidrio del mostrador para revisar mi móvil, pero sin quererlo mi brazo rozó otro brazo y sentí una sensación cálida, giré mi rostro hacia la persona que tenía a mi lado y me quedé sin aliento.

Sentí el jodido estomago pesado, mis mejillas arder (por no decir que otra parte de mi cuerpo también) y mis manos temblar sostenido mi móvil.

Era él... El chico del que me enamoré hace cinco años.

Era él... Con sus hermosos ojos avellana.

Era él..  Con ese cabello casi rubio.

Era él... El dueño de cada una de mis fantasías.

Por la ¡jodida madre de Tutankamon!.

Bendito sea el que inventó el helado, estoy a nada de hacerle un altar, y bendito sea el dueño de esta santa heladería donde se me hizo el milagro de verlo otra vez.

Me sonrió... ¡Chingada madre, me sonrió!

Estoy que me da un infarto.
¡Esto no es un simulacro! ¡Me muero!

Amor Secreto ( En Edición.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora