Capítulo 7

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Para cuando por fin llegamos al hospital donde la mujer había estado llevando el control de su embarazo, (que gracias a Dios quedaba algo cercano) entré como una loca mordida por un zombie, gritando que necesitaba una silla de ruedas, o un bebé nacería en el estacionamiento del hospital.

Gracias al cielo me prestaron atención, antes que una anciana que estaba en recepción se comunicara con el manicomio más cercano.

Sip, asuste a la señora con mis gritos y semblante de desquiciada. Pero ¡vamos! No todos los días ayudas a una embarazada.

Cuando enfermeros y un doctor salieron en busca de la futura madre, Marco ya la traía en camino, cargada nuevamente en sus brazos. Lo ayudaron a colocarla en la silla de ruedas, y cuando la embarazada pasó por mi lado me entregó su pequeña cartera, que si me preguntan, no me había fijado que la llevaba con ella.

-Por favor, Elizabeth ¡¡¡aaaahh!!!, - me dijo en medio de un quejido de dolor- entrega mis datos en recepción, y llama a mi marido... Si es que el inútil responde.- Vaya, esta mujer hasta en pleno alumbramiento no deja de insultar al torpe de su esposo- Allí dentro dentro están mis documentos personales y números de mis familiares más cercanos, usa mi teléfono celular... Por favor.

- Claro, descuida yo lo hago, informaré a tu familia y estaré aquí para cuando tengas a tu bebé en brazos- le dije porque era la verdad- Y no me marcharé llevándome tu cartera- agregué por sí pasaba por su mente que podía robarle.

- Gracias- me dijo mientras trataba de sonreír, pero le salió más como una mueca, el doctor que la atendería la estaba apurando, pero ella había bajado los pies al piso, para que no pudieran moverla del lugar -

-De nada... - le dije pero recordé que aún no sabía su nombre- Como sea que te llames.

-Charlotte- dijo y volvió a gemir de dolor. Esta vez subió sus pies y dejó que la arrastraran hasta la sala de parto. - me llamo Charlotte.- fue lo último que dijo.

-Y ahora ¿Qué hacemos?- me preguntó Marco viéndome a los ojos con una mirada que no supe descifrar.

Había olvidado por completo que él, también estaba aquí.

- Bueno, tengo que registrar su entrada, y avisar a su familia. Si quieres puedes volver a tu casa.-

- Estas loca si crees que te voy a dejar aquí sola. Yo la iré a registrar, tú puedes intentar comunicarte con su familia- me dijo, y nuevamente me sorprendió después de todo no tenía porque quedarse, yo lo había arrastrado a esta loca noche de mujer dando a luz.

Aunque pensándolo bien, yo tampoco tengo porque quedarme, salvo el hecho de que no quiero dejar sola a Charlotte, y también porque le había prometido estar allí para cuando tuviera a su hijo en brazos. Y a no me gusta mentir (bueno en ocasiones lo hago) mucho menos romper mis promesas.

Amor Secreto ( En Edición.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora