Una carta para Jimmy Page

Starship...Un vuelo mágico.

Janis

Estábamos en el aeropuerto, todo tranquilo. Yo leía aquel gran libro que Plant me había obsequiado.

Hasta que Page informó que era hora de subir.

—¿justo ahora, Page? Eres un maldito ególatra de...—me besó sin piedad.

—cuida tus palabras niña.

—no eres quien, oh espera, si, eres mi abuelo —comencé a reír.

—ten cuidado con esas palabras, puedes estar en serios problemas.

—si, si, lo que digas, creador de males.

Yo subí con un uniforme de azafata. Había groupies bastante locas, por lo que podían atacarme.

Y todo por ideas bastante extremistas de Page.

El problema es que Jimmy realmente me quería como su azafata.

—whisky por favor, señorita Janis —sonrió divertido.

—tengo ordenes de no servir nada hasta después de un concierto —Sonreí vengativa.

—entonces creo poder disfrutar de otros servicios.

Me llevó hasta la habitación principal del avión.

Era majestuosa sin duda alguna, magnífica a decir verdad.

—digame, Miss Gibson, ¿le gustaría estar aquí un buen rato conmigo? —se puso una mano en la cintura.

—¿estas loco a caso? Vamos a despegar —iba camino a la puerta pero me tomó de la cintura y me jaló hasta tirarme en la cama.

—si, estoy loco después de recorrer tus peligrosas curvas —comenzó a besarme quitando los botones de la blusa con gran habilidad.

—ah...Jimmy... Esto...ah...no...no esta bien...—sus manos viajaban en mis muslos mientras mi quitaba la falda. Y el muy maldito me arrancaba suspiros.

—solo encargate de disfrutar —abrió su pantalón y guió su miembro hasta mi.

—no...—entró en mi sin aviso alguno —¡no te detengas!

Después de otras dos rondas, decidí dormir un poco.

Al despertar, hacia mucho calor. Jimmy roncaba de forma rítmica y leve, casi inaudible.

Lo dejé ahí y me fui a comer algo.

Me puse su camisa, mis bragas la cuales por alguna extraña razón acabaron en una esquina del cuarto y salí.

—hasta que la bella durmiente sale del coma —dijo Robert.

—calla, aún voy despertando.

—¿quieres comer algo?

—si, si mi estomago pide sangre...

—es mi deber derramarla —concluyó por mi.

Me preparó un par de tortadas y hablamos un buen rato, sobre cualquier cosa.

—así que...¿te ha gustado la historia?

—así es, simplemente hermosa, siento que Arwen y Aragorn no pudo ser mas perfecta.

—y eso sólo es el comienzo.

—me lo imaginaba.

Seguimos hablando, perdimos ambos la noción del tiempo, ambos reíamos de forma constante, y de la nada Jimmy apareció.

—¿Por que demonios no me despertaste?

—tenia hambre —respondió Robert por mi.

Lanzó un bufido y volvió adentro.