Reacciona.

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Janis

Desde la bofetada que le había propinado, ambos nos habíamos distanciado.

Cuando uno se quería acercar al otro, simplemente uno se alejaba y viceversa.

Era odioso vivir así.

Por lo cual, escribí una vez mas.

"Estados Unidos, Marzo de 1971.

Les he seguido.

Y me han dado ganas de tirarte por la borda. No comprendo porque todas pueden ser para ti, pero no para alguien mas.

Parece ser que aun no entra en tu cabeza, el hecho de que una vez Janis se valla, no volverá.

Mi final esta cerca, y cuando llegué, sera hora de que tu solo soluciones los problemas que creas.

¿No crees que es hora de actuar?

Y no me refiero a llevártela a la cama, es hora de que le pidas una disculpa.

La has dejado botada, como una muñeca vieja, mientras te acuestas con cualquiera, ella llora en silencio.

Quizá ahora se siente como Lori, cuando tu te ibas con las demás.

Eres un idiota, su amado idiota.

Tuya, La chica cósmica"

Guarde el papel entre mi ropa.

No quería que lo viese, no aún.

Mejor me fui a leer.

Pero no funcionó, así que coloque la carta en un sobre y le pedí a una azafata que se la entregara, pero que no dijese que era yo quien la enviaba.

Me dormí.

Pero cuando desperté no sabia ni que hora era. Abrí una de las cortinillas y logre mirar el cielo nocturno.

Vi algo de televisión por un rato hasta que alguien entró.

—no quiero ver a nadie, Jean —dije a la azafata.

—llevas todo el día así. Debes comer algo.

—no quiero, no puedo, no tengo ganas.

—Jimmy ya ha leído.

—¿que dijo?

—agradeció, se veía...serio.

—apuesto a que de seguro esta con una de sus groupies, la cual dice su nombre entre gritos.

—anda, come algo, me he esforzado.

Comí un poco de la comida que Jean me dio. La verdad es que estaba muy buena.

—gracias —me acurruque en las cobijas.

—de nada.

—Jean —dije antes de que saliera.

—¿si?

—¿por que Jimmy...es así? ¿Por que ama que todas lo amen, pero no ama a una en específico?

—por que se siente un dios, pero cuando llegaste tu se dio cuenta de lo humano que es, como cualquier mortal, pero una vez que te tuvo en su cama, ese pensamiento ególatra y narcisista volvió.

—gracias.

—tu tranquila, puedo asegurarte que eres un algo que le gusta, y si te vas, sera mas amargado de lo que ya es.

Poco después, se fue.

Me dejo sola con mis dudas.

Así que comencé a dibujar.

Y cuando acabe...solo pude suspirar.

Era Jimmy abrazando a una chica, pero ella era todo en uno.

Su cabello era de colores, rubio, negro, castaño, rojo, blanco y café, con mechones largos o cortos, y su atuendo de todo tipo.

Lance en dibujo lejos de mi y este chocó en la puerta.

Estaba cansada de todo esto. De que el me engañara...aunque la engañada era su esposa, a decir verdad.

Pobre Charlotte.

Ella si vivía un verdadero infierno.

Jimmy

Regrese mas tarde.

Las tres o cuatro de la mañana.

Entre al cuarto en donde Janis estaba.

Escuche sollozos.

Mire un papel en el suelo, lo levante y observe atento.

Me dejo sin habla.

La carta de hoy...el estado de Janis... Y ahora esto.

Debía parar.

Camine hasta la cama y me recoste a su lado.

—no quiero ver a nadie.

—no me gusta verte así.

—fuera.

—no, estas mal, y no me gusta ver como es que tu te desahogas. Ni siquiera puedes hacerlo —la abracé.

—sueltame.

—no, no hasta que me digas que todo estará bien.

—estoy bien.

—no es verdad. Todo es mi culpa.

—fue mía. A lo mejor nunca debí volver de Irlanda. Nunca debí creer en que por mi cambiarías.

—yo lo voy...

—no es verdad. ¿Y sabes por que?, porque tu amas que todas te amen, pero lamentablemente no has aprendido a amar a una en específico —cubrió su rostro con ambas manos.

—tu...has sufrido por mi culpa, y no sabes cuanto me duele sentirte así de lejos.

Aparte sus manos con cuidado, sus ojos brillaban y se veían mas azules.

La abracé sin importar que me golpeara, extrañaba sentir ese cariño.

Suspiró una vez mas y luego me devolvió el abrazó.

—tu no sabes cuanto es que te he extrañado. Me haces falta.

—te ves mas pálida, ¿no quieres ir al doctor?

—a lo mejor es algo que comí...me siento cansada.

—duerme.

Se acurrucó entre mis brazos y se quedo dormida.

—tu también me haces falta —susurré —y me duele que no pueda enmendar mi error. El hacerte daño como precio por mi felicidad, me duele verte pálida y mas flaca de lo que recordaba, y que ahora, tengas miedo de mi, y de que te vuelva a lastimar.

La uní mas a mi pecho y limpie sus mejillas.

Me sentía mal.

Le había fallado, y era peor el hecho de saber lo que había hecho y tener conocimiento de que volvería a hacerlo.

Solo la quería ver a mi lado y feliz.

El saber que yo seria el único para ella, aunque ella no seria la única para mi.

Yo de verdad la amaba.

Las palabras de la chica cósmica me habían dejado mas temeroso.

Janis ahora desconfiaba.

Ya no estaba segura de querer seguir a mi lado.

Una carta para Jimmy PageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora