El culpable

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Janis

Desperté, me levante y me fui a duchar.

El estomago me dolía un poco, aunque el círculo paso a ser un moretón entre morado y verde.

En cuanto salí, llamaron a la puerta

—¿quien es? —era extraño, apenas...medio día. Ups.

—¿niña?—repondio desde fuera.

—¿que necesita, Mr. Page? —entre abrí la puerta y lo vi. Llevaba un abrigo café que le quedaba bien. Bastante bien.

—¿Puedo entrar? —me miró sonriendo.

—disculpa, ¿no te enseñaron que una pregunta no se responde con otra pregunta?, —Sonreí. —esperame cinco minutos —asintió y volví a cerrar.

Me puse una playera de mangas largas, un pantalón y un par de botas cortas.

—Pasa...y...disculpa el desorden.

—no te preocupes, quería...invitarte a comer, por lo de ayer.

—oh, si de eso se trata...por mi esta bien, vamos, espero que tus groupies no quieran golpearme.

—no te harán nada...bueno, creo.

Salimos y bajamos juntos. Algo traía y era bastante raro, pero igual no le di importancia.

Salimos hasta el estacionamiento, caminamos y llegamos a su motocicleta.

—sube —la señalo.

—¿en esta belleza? —silve a modo de admiración —supongo que fue algo costosa, ¿me dejas echarla a andar? —Sonreí.

—uno: es mía, dos:no estoy escaso en dinero y tres: ni loco te dejo conducirla, es una Harley del 68, yo subo y tu después —subió para después seguirle yo.

—ya —dije sujetándome por detrás.

—abrazame —ordenó.

—tu y yo nos odiamos a muerte, no te voy a abrazar —renegue

—¿quieres caerte? Supongo que no, abrazame por la cintura y ya, ni que te quisiera a mi pegada todo el día -suspiró.

—esta bien —acabe por ceder. Le abracé y comenzó a andar.

El camino fue...largo o corto, no sabría decirlo, perdí la noción del tiempo.

Su aroma era muy agradable. Casi embriagante. Era muy extraño, pero me gustaba.

El calor de su cuerpo hizo que me relajara, me recargue y mire el paisaje hasta llegar a el destino.

-puedes bajar.

Caminamos hasta llegar al dichoso lugar, que por cierto era muy bonito.

Nos ofrecieron una mesa y fuimos a centrarnos. Después un hombre bastante joven llegó a pedir la orden.

-pide lo que quieras -dijo Page

-siento que abuso de ello.

-yo siento culpa luego de lo que hice -rió.

-bueno...quiero pulpo -Sonreí gustosa y vengativa. Era uno de mis platillos favoritos y encima algo caro.

-y usted...señor, ¿que va a querer? -dijo el joven.

-langosta -me sonrió de igual forma.

Una vez el chico se marchó comenzamos a hablar.

-al parecer todos me toman por alguien mucho mas grande -se burlo de si mismo.

Una carta para Jimmy PageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora