Adiós, querido Page.

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Janis

Habían pasado ya todos los días. Era hora de decir adiós a el zepelín de plomo.

Por alguna razón me sentía algo triste, Robert me había regalado El libro de los símbolos de Rudolph Koch.

Ese día me dio un beso bastante lindo, el cual me impacto en la mitad de los labios.

Pero del otro lado estaba Jimmy, con quien había tenido un acercamiento. Mi hermano y yo habíamos hablado no muy poco.

Aunque de algún modo sabía que estaba molesto conmigo, y dijo que me diría el porque hasta que los cuatro robafocos se fueran.

Abrace a Robert, le agradecí por el presente, beso mi frente, dijo "Te quiero" y subió al auto negro.

Me despedí de los demás y llego el turno de decir adiós a Page.

—querida niña amargada y retraída, gracias por todo, gruñona. —sonrió.

—gracias a ti, mi querido ególatra, —Sonreí aun mas.

—quizá no conseguí tenerte una noche a mi lado, o bueno, quizá de lado...—dijo pervertido —pero quiero probar de ti —dio un paso al frente y no me moví, iba a responderle cuando me besó.

Abrí los ojos como platos. Trate de apartarlo, pero me tomó de la nuca haciendo que nuestros dientes chocaran. Tiro de mi cabello y no pude evitar lanzar un jadeo, en el cual su legua entro en mi boca.

Era hábil, me acerco a su cuerpo y me dejo sin salida, tenia que ceder. Comencé a disfrutar de ese momento, mordía mis labios sin hacerme daño, sentía mi corazón acelerarse.

Realmente me gustaba como besaba. Pero a demás, me gustaba el físicamente, la forma en que hablaba, en como es que se expresaba...

Pero tenia que parar. No podía sentir cosas por el, me hacia mal, no era bueno, era peligroso querer estar con él. Me había sentido atraída por él, a pesar de haberlo odiado al inicio, ahora lo quería.

Baje mis manos de su cuello hasta su pecho, lo empuje un poco y nos separamos. Tome aire tratando de respirar con mas calma, aparentar que no pasaba nada. Si Brandon o mi padre me veían, me iban a matar.

—creo que te gustó —sonrió.

—no lo voy a negar, disfrute mucho de tu habilidad —Sonreí también.

—voy a volver, no se cuando, pero voy a volver y lo voy a hacer por ti, aun hay cosas que quiero saber...guardas tanto pero dices tan poco...y esta vez, te llevare a mi cama, y conocerás lo que es el cielo de verdad.

—eso espero —me dio un beso corto mas y se fue.

Paso el rato luego de su partida, hasta que mi hermano fue y me habló.

—quiero que me expliques una cosa, Rune.

—¿qué cosa? Deja de llamarme así, solo mi madre lo hacia.

—¿por que demonios le enviaste cartas a Page? Vino a reclamarme por ello.

—¿a ti que?, es mi vida, no la tuya.

—eres mi hermana y me importas, deberías comportarte de acuerdo a tu edad, pero mira, de la nada te besa y sonríes todo el día —se cruzó de brazos.

—Sigurd...yo...—estaba lista para morir.

—Sigurd nada Janis, te dio un golpe, ahora te besa y tu lo olvidas. No quiero ningún problema, así que debes cuidarte.

—si, Brandon... Yo...le envíe eso porque lo odiaba...pero al pasar los días, el y yo nos hemos acercado mas —toque mi frente —es como cuando tu y Jane estaban juntos...

—a ella no la metas en esto, entiendo que no querías a Page desde un inicio...¿pero que demonios paso ahora? ¿Que te gusto de él?

—muchas cosas... Incluso tenemos los mismos gustos literarios, habla de una forma elegante, se expresa tan bien... Es él quien me atrae...

—ay hermanita...¿quien diría que tu estarías atraída por quien odiabas? —me abrazó.

—Callate. No creo que vuelva, mucho menos que se acuerde de mi.

Jimmy

Esa chica era tan linda. Tenia algo que me gustaba.

Estaba seguro de regresar, a lo mejor solo lo iba a hacer para tenerla, si no era ahora seria después, pero ella caería.

Todo me gustaba en ella, tenia una figura mas que linda, sus pechos seguro que serian apretables, su trasero podía encenderme en segundos...

Pero ahora me encontraba en el Starship con Lori en mis piernas, pensando en otra chica, la cual parecía ser mucho mejor que ella

—¿Jimmy? —preguntó ella

—¿si cariño? —la mire y ella sonrió.

—me gustó el hotel en donde estabas, se me hacia muy elegante —besó mis mejillas

«y a mi me gustó la hija del dueño, Lori» Pensé.

—que bien, ¿se te hizo cómodo?

—si, creo que me agradó mucho la cama, ¿a ti no? —sonrió como tonta.

—si, ¿quieres que juguemos al gangser? —la besé. Aunque no disfrute ese beso.

—si, si quiero —besó mi cuello sentada a horcajadas sobre mí.

—ve a mi cuarto, esperame ahí, llego en cinco —presioné su trasero y se levantó, camino y entro en el cuarto contorneando las caderas logrando encenderme.

Me levante y le pedí a la azafata una margarita. Estábamos en el aire, pronto seria hora de volver con mi esposa y mi hija, una noche de acción no estaría mal antes de volver al estrés cotidiano.

Primero fue una.

Luego fueron tres.

Después cuatro cervezas.

Hasta que Lori gritó mi nombre, tome una botella de whisky y camine hasta la habitación.

—te he estado esperando —dijo cubierta con las sabanas hasta el pecho cruzada de brazos.

—¿y que? —bebí de la botella.

—eres un idiota —me lanzo su vestido blanco a la cara.

—callate y se la puta que juega conmigo.

Así acabe por darle quizá uno que otro jalón de cabello, me puse un condón, la puse boca abajo y comencé a disfrutar de sus gritos de placer.

Unas estocadas mas y tocaría el cielo.

—oh, Janis —dije jadeando mientras llegaba al clímax.

—¿que? Yo no soy esa —trató de zafarse pero la empuje contra la cama y volvió a estar contra la almohada.

Ahora sólo me queda esperar. El tiempo que fuera no importaba, pero yo iba a regresar por la pequeña Janis.

Una carta para Jimmy PageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora