Janis
Estaba mas que lista para arrojar el ramo de novia, fingí lanzarlo para después hacerlo realmente. Acabó en las manos de Jane, a quien le hice burla. Demasiada con eso de casarse con Brandon.
A veces me dedicaba a perderme en la felicidad, sentía la mirada de mi ahora esposo sobre mi, lo podía ver sonreír, y si la causa era yo, nada me podría otorgar más felicidad.
Mi padre me dedicó algunas palabras, baile con él, y fue ahí cuando esa voz volvió.
—Felicidades, Tatisha.
Estaba segura, era él. Sonreí ante cada recuerdo que me inundó la mente. Si me acompañaría, amaba poder saberlo.
Jimmy me sonrió, para besarme de nuevo, sentí la melancolía. Oculté el rostro en su cuello y Sonreí.
Poco a poco los invitados comenzaron a marcharse, deseaban una noche fértil para mi. Una vez solos, luego de despedir a sus padres, y a mi familia, fue hora de ir a la que sería nuestra habitación por esa noche.
Me retiré la tiara con cuidado, uno que otro pasador fuera y el cabello negro y ahora largo, calló sobre mis hombros. Me vi en el espejo para luego observar como Jimmy me sonreía.
Una vez de píe, él me abrazó por la espalda, estaba ya sin camisa, con el pantalón ya desabrochado, me fue quitando poco a poco el vestido hasta dejarme en interiores.
De la nada la vergüenza se apoderó de mi. Recordé incluso la vez en que me vio sin nada, estábamos tan alcoholizados y drogados que no recordábamos mucho de esa noche, pero si de como despertamos. Aquel día me vi vulnerable, y el era terco, hasta que me levante por mi propia cuenta.
Me sentía apenada, la sangre se me subió al rostro, y no sabía que hacer, sabía que si eso no se me quitaba, iba a estar torpe el resto de esa noche. Mientras tanto, sus ojos verdes esmeralda me buscaron entre la bruma negra, acariciando mi rostro me hizo mirarlo. Su sonrisa era otra, era mas sincera.
Me recostó en la cama poco a poco, llenándome de besos el cuerpo. Sentí el nerviosismo, y aumentó cuando sentí como sacaba la lencería blanca poco a poco. Solo me dejó el sujetador y las bragas puestas, se desvistió casi por completo a excepción de sus calzoncillos. Lancé una risita, la cual se acabó por un beso.
Ese beso hizo que todo lo demás comenzara a subir de temperatura. Ambos queríamos mas. Aquello que estaba debajo de su ropa interior ya pedía salir, y yo quería sentirlo. Una vez me hizo recostar boca abajo, con los dientes, abrió el sujetador que ahora estorbaba. Esa siempre sería una de sus habilidades en la cama.
Cuando me miró, comenzó a divertirse. Metiéndose uno de mis pechos a la boca y jugando con el otro, pellizcándolo o masajeando. Solo podía "reprimir" uno que otro gemido.
—Jimmy... Ah...
—¿Ya?
—Mmh sí.
Acabó con la ropa que estorbaba en ese momento, y se abrió paso entre mis piernas. Una vez con él dentro, pude tener razones reales para gemir. Rasguñé su espalda, pedí mas, y él me dio mas. También sentía sus uñas enterrarse en mi piel, en los muslos y la cadera.
Jimmy
Iba a llegar. En cualquier momento sentía que el orgasmo me invadiría. Las olas de amor y placer llegaban a mi cuerpo, fuertes, no se detenían. Sentí el sudor recorrer mi cuerpo y también el suyo. A veces se contraía, haciéndome gruñir.
Ella sólo cerró fuerte los ojos, decía mi nombre, lo decía fuerte. Arqueó la espalda, se movió junto a mi. El compás era perfecto. La luz de la luna llena iluminaba la habitación, y cuando Jan abría los ojos, podía verlos brillar. Era un brillo de deseo y amor.
Cuando supe que iba a llegar, la bese, invadí su boca y ella invadió la mía. Sentí como se contraía de nuevo, y eso me hizo durar mas. Ella también había llegado. Me abrazó con toda la fuerza que le quedaba. Acabe por sentirme cansado. Estaba agotado.
Al separarme, ella se acurrucó a mi lado, se resguardó en mi como solía hacer. Besé su frente para luego abrazarla.
—¿Todo bien?
—Claro que si amor... Me dejaste cansada esta vez.
—Te amo, ¿sabias?
—Si, lo sé muy bien.
—Me hiciste sudar, creí que no duraría ni cinco minutos.
—No deberías quejarte, tuve tres orgasmos.
—Pero los tuyos duran, y los míos muy poco.
—Tengo frío.
—Dejame recoger las cobijas.
Levante las sabanas y el edredón, una vez la cubrí, volvió a acurrucarse en mi pecho. A veces ella tenía la maña de subir sus piernas sobre mi, y esa noche no fue una excepción.
—Jimmy...
—¿Si, Jany?
—Me dolió al principio...
—¿Qué? ¿Hoy?
—Si... Creo que tantos meses sin hacerlo provocaron efecto.
—Bueno, me Medí, trate de no ser tan brusco.
—No lo fuiste... Eras el hombre mas tierno.
—¿Era?
—Bien, lo sigues siendo. —me plantó un beso pequeño y dulce.
—Entre todo no que me imaginé, nunca me vi casado contigo.
—Pienso lo mismo, después de todo nunca me vi amándote.
—Hoy, estoy seguro de que eres el amor de mi vida.
—Yo también.
Me abrazó para acurrucarse y dormir, no sin antes darme un beso. La miré con cuidado, respiraba tranquila, relajada. De solo verlas mis preocupaciones se fueron. Todo eso que me tenía estresado, se fue.
La amé de verdad. Se robó mi corazón en el tiempo que menos esperé. Solo lo hizo. Acabé siendo suyo, y ella mía.
Acaricié su cabello, besé su frente y me dispuse a dormir. A dormir enlazado realmente por fin con la mujer que se ganó mi corazón.
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Una carta para Jimmy Page
FanficEl decía que ella era una chica hueca. Ella decía que el era un ególatra. El decía que ella no valía la pena. Ella decía que el tenia un ego mas grande que el mundo. El no sabia quien era ella. Ella si sabia quien era él. Jimmy Page decía que no la...