011 | #ESPERANZA

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¿Está bien o está mal? ¿Quién soy yo para emitir un juicio de valor al respecto? Estamos en pleno Siglo XXI, la gente presta su consentimiento para hacer lo que sea, no es nada fuera de la legalidad. La gente se mata para que su familia sea indemnizada. ¿Eso está mal? Claro que lo está. ¿Y la gente que presta su cuerpo para recibir dinero? ¿Yo lo haría? ¿En una situación de desesperación? No. No lo haría. Pero hay quienes sí. Y los hay quienes se valen de esa desesperación. Hay algunos que ni siquiera desesperan, se supone que disfrutan y aman lo hacen. ¿Tienen vocación? ¿Existe la vocación real por una profesión? No se puede generalizar, supongo. En la industria del porno tampoco.

Cuando mamá me llama, me doy cuenta que, o bien no he dormido, o me he pasado toda la noche dándole vueltas al Caso Jefferson. Una noche atrás soñé con él. Estábamos en el laboratorio y se agarraba el bulto. Mi corazón se desesperaba y quería arrojarme entre sus piernas. Pero el sueño (o pesadilla, mejor dicho) se desvaneció al escuchar "eso es nena, cómete ese pack" y encontrarme con una cámara grabándonos. Desperté sintiéndome culpable de nada en concreto o...de muchas cosas a la vez.

—Mamá—contesto al teléfono—. ¿Cómo estás?

—Ya sabes. Un poco adolorida pero lo puedo...soportar. ¿Y tú? ¿Qué tal va ese periodo de prácticas remuneradas de mi doctora favorita?

—Uff, no te haces una idea.

—Me alegra tanto que te esté yendo fenomenal, hija. Y que te despiertes más temprano. Saber que estás tomando responsabilidades adultas me llena el corazón de orgu...

Alguien aporrea la puerta.

Carajo.

Es él, pienso.

Aunque no. No puede ser. Jefferson no sabe dónde vivo. ¿O sí? ¿Lo descubrió? ¿Sabe que le robé quinientos dólares? ¿Sabes que quisiera robarle otros miles para pagar mis deudas? No. No lo haré. Yo no he robado su dinero. Él ha pagado a Sophia por un favor que me concedió culpa de su poca paciencia y tolerancia.

Sophia merecía ese dinero.

Yo necesitaba continuar con mi práctica.

El debería mejorar su actitud.

Pienso en mil excusas de camino a la puerta y mi respiración va demasiado rápido.

Hasta que abro la puerta.

—¿Manuel?

Se trata del español dueño del consorcio de apartamentos de mala muerte donde alquilo mi caja de zapatos. Quizá si no hubiese contratado tantos softwares, videojuegos y malwares, podría haber cancelado una parte de la deuda. El sujeto tiene cara de pocos amigos, es gordo, viste una camisa holgada, es un poco calvo y sus ojos tienen enorme semejanza con los de un gorila.

Ay, no. Ay, no...

—Prometió que me daría veinticuatro horas—le digo con el corazón en un puño y la garganta como si me la apresasen un par de manos de hierro—. Aún no he encontrado dónde ir. Sólo...

—Tu recibo.

Lo miro, ensimismada.

—¿Qué?

—Ten—sacude el papel en mis narices.

Lo tomo con velocidad.

Recibí de la Señorita Natalie Hale la suma de 10,000 (diez mil) dólares por intermedio de transferencia bancaria, correspondiente a los meses en mora y habiendo comprendido dos meses más, pagos por adelantado.

Comprobante de pago original.

Manuel García.

Representante de García, Servicios Inmobiliarios.

—Ya era hora—dice el tipo y me da la espalda—. A la próxima no seré tan compasivo.

—¡Aguarda!—le digo. Él se detiene, da un suspiro y se vuelve a mí.

—¿Qué quieres?

—Ejem... ¿cuándo...se supone que te pagaron esto? ¿O quién lo hizo?

—Pues, tú—dice como quien contesta a una loca y hace un gesto con un dedo índice en su sien.

Me da la espalda y termina por retirarse.

Miro el recibo.

¿Qué carajos es esto? Yo no he pagado nada.

¿Sophia? ¿Mamá? ¿Mi hermana? Lo dudo. Ninguna de ellas tres tiene diez mil dólares.

¿Babe? ¿Samurái? Imposible. Si supieran quién soy, ya me lo habría dicho. Confían en mí y yo en ellos.

Una imagen cruza por mi cabeza y salgo corriendo hasta mi cuarto para buscar la tablet. Entro a mi usuario de HardDeep y me meto desde aquí a la cuenta bancaria de Nickolas Jefferson.

El número resalta y no dejan de impactarme tantas cifras juntas.

SALDO ACTUAL:

$USD 5.781.005.987

Deslizo la pantalla hasta dar con sus últimas transferencias y movimientos bancarios.

Me caigo de culo a la cama.

—No...Puede...Ser...

De pronto recuerdo a Babe.

"Es el lado oculto que no conocías."

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#LosJuegosDelJefe

#MARATON

DÍA 4


Que empieza el juego ;)

L.

instagram.com/luisavilaok

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