077 | #CONDENADA (+18)

98.3K 6.4K 997
                                    

_________________

Nick inhala profundo como si pudiese saborear mis palabras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nick inhala profundo como si pudiese saborear mis palabras.

—Por favor—insisto y me sorprendo a mí misma haciéndolo—, quiero que me cojas ahora.

Noto su mano tensarse contra las mías afirmadas en el vidrio. La otra sobre ms glúteos. Nick da una nalgada y dejo escapar un gimoteo.

—¿Y eso?—murmura.

—Yo...No lo volveré a...

—No, no, no.

Y vuelve a golpear. El impacto de su palma resuena contra la piel de mis glúteos.

Esta vez muerdo fuerte para no dejar escapar el gritito.

—Hazlo—insiste—. Más fuerte.

—¿Puedo?

—Sólo mientras te toque.

Sus manos se deslizan hasta mi cintura donde me toma con fuerza y me da la vuelta, colocando mi espalda contra el frío cristal. Lejos de incomodarme, la sensación me deja sumergida en un placer confuso, culposo.

Las manos de Nick se cierran sobre mis pechos y los acaricia con firmeza, sin llegar a hacer daño. Su lengua recorre el valle entre mis senos y cuando palma hasta mi cintura, cierra sus dientes sobre mis pezones, momento que me permito soltar un grito extasiado.

Él insiste y mordisquea aún más fuerte. Está al borde de hacerme daño.

Al límite.

Yo lo he empujado al límite.

Y no sé cuánto pueda soportar una vez que lo rompa.

—¡Ay...! ¡Aaaay!—insisto—. ¡Por...favor! ¡Ay!

Percibo su barba rozando mi abdomen y deslizarse hasta mi sensible pubis. El cosquilleo logra hacerme retorcer pero me sostiene con una mano en mi pecho, pegada contra el cristal.

—Quédate como estás, nena. La espalda pegada a la pared, no te muevas.

Cómo carajos quiere que no me mueva si él sigue haciendo esas cosas. Que me coja y punto, ya no lo imploro porque me obliga sino porque algo empuja en mi interior suplicando verdaderamente que lo haga.

Su lengua desciende y empieza a realizar círculos en mi entrepierna, acariciando y presionando con suavidad...

—¡Ay!

La sutileza se le termina cuando me penetra con su lengua. Me retuerzo, esforzándome monumentalmente para no doblegarme y caer.

Él me da una nalgada en el costado del glúteo izquierdo.

+18 Los Juegos del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora