004 | #LADRONA

218K 13.1K 2.3K
                                    


Eso es bebé, muéstrate para mí.

Sí, eso, más rápido. Más. Más rápido.

Así, me encanta. Mantén esa velocidad, vas perfecto, ya queda poco.

Ahora quiero que acabes. Pronto. Eso es, sí. Ahora. Acaba ahora.

Y... ¡listo!

El archivo se ha terminado de descargar en mi tablet.

Una de las ventajas de haber salido temprano de trabajar, o de haber sido echada, es que puedo estar en mi casa almorzando medio kilo de helado con chips de chocolate. No almuerzo todos los días esto, mi alacena se caracteriza por tener fideos disecados y sopa de pollo envasada. Pero ésta es una ocasión particular para el festejo: hoy he podido meterle un virus a la computadora del idiota del Doctor Jefferson. Así es, profesor. ¿Qué va a hacer ahora contra esta pobre estudiante de Medicina que necesita las migajas que gana en sus putas residencias hospitalarias?

Llevo tiempo sin hacer esto. Una de las políticas que tenemos en mi grupo de hackers anónimos de HardDeep es no beneficiarnos del perjuicio hacia otros. Y esta vez, lo necesito con mi vida.

Mi móvil vibra en la mesa diminuta de la cocina. Es un mensaje de mamá.

Hola cariño, ¿estás bien? No respondiste a mis llamadas.

Lo siento, mamá pero no eres la única persona a quien no le respondo. Le doy la vuelta al celular y vuelvo a la pantalla de mi tablet conectada al portátil. Necesito dinero para comprarme un computador más sofisticado, esta mierda se está poniendo lenta, pero los números de mi cuenta bancaria están en rojo.

Me ha demorado una hora en que Jefferson encienda su computadora para que se le actualice el sistema operativo. Al final he metido en problemas a Sophia por mi culpa: se inventó que un niño llegó de urgencias y lo necesitaban. Jefferson lo constató y mi compañera dijo que se había confundido y pidió disculpas. El doctor no le perdonaría algo así de nuevo. Y estoy a punto de compensárselo.

Resulta que el jefe de residencias no entra mucho a estas computadoras, tiene casi nulo el registro de visitas a redes sociales y el historial está limpio de porno. Oh, lindo bebé, ¿a que no se hace pajas mirando chicas sin ropa? Qué tierno. Al carajo.

Entro al historial oculto. Aquel que está sellado como una escritura en el software por cada visita a Internet que se realiza.

Lo abro y finalmente descubro...

Nada.

¡¿QUÉ?!

Nada de porno pero sí hay algunas entradas a Facebook, su home banking y otras entradas que no son de interés. No puede ser. ES HOMBRE. Los hombres hacen cosas en Internet que los dejarían en vergüenza de sólo hacerse eso público. Al último le tomé capturas de pantalla a cada una de sus búsquedas y se las colgué en el perfil de Instagram. También le puse en su nombre de usuario "No vuelvas a joder a una chica". No me rompió el corazón sino que drogó a una chica en una fiesta y luego se la llevó a una habitación. En sus búsquedas tenía inclusive "Nenas de 15", el muy enfermo. Le develé todo y nadie sospechó de nada.

No soy de ir a fiestas, esa fue la última a la que asistí y fue en casa de una compañera de universidad cuando estaba en cuarto año. Ni siquiera reparó en la aburrida chica de negro que bebía vodka sentada en un sofá mientras una parejita franeleaba a mi lado.

Nick parece no hacer nada ilegal en su computadora. Hasta que algo llama mi atención: no hay nada registrado del día que tenía que hacer la historia clínica de su bendito paciente, sin embargo, yo sí tengo un mail. De alguna parte ha de haberlo enviado.

+18 Los Juegos del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora