068 | #DECISIVO

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—¿Disculpe?

Sé que Jeill Nahej no es El Virus pero le hablo en códigos para que, en caso de que sí lo sea, caiga con su propio peso. Nunca está demás descartar opciones. Y ahora mismo debo apresurar las cosas porque el tiempo se agota: tengo una audiencia en la que se decidirá mi porvenir profesional y un nivel que superar en un juego donde hay mucho puesto en riesgo.

—Señor Nahej—le digo—, ¿le gustan a usted los juegos de guerra y de estrategia?

—De hecho... No. Lo mío es otra cosa. ¿Por qué lo pregunta? Su guardaespaldas me contacto, dijo que tenía que hablar conmigo pronto y no era una opción no hacerlo. Sobre todo si consideramos que hay un vídeo donde se la vincula a mi viejo socio... Del que no quiero saber absolutamente nada. Así que, ahorrémonos los sermones y dígame qué quiere, para qué me ha llamado.

—Comprendo absolutamente cada palabra con la que argumenta su disgusto al haber recibido noticias mías, señor Nahej. Sepa que no es mi intención incomodarle y el motivo por el cual me he puesto en contacto con usted, no tiene que ver con la persona de ninguno de sus viejos socios. Además, yo también estaría poco a gusto de que pongan en contacto conmigo las personas que me echaron de la empresa que también fundé. El motivo por el cual he querido contactarle es otro.

Nick me hace un gesto señalando el reloj de su muñeca, no obstante presta atención, completamente anonadado, de que esté hablando con la persona que fue co-fundadora de su propia empresa secreta pornográfica.

—Dígame qué sucede, doctora Hale.

—Hay un inconveniente, señor Nahej. Ahora mismo estoy por entrar a algo similar a un juicio donde se decidirá mi porvenir profesional dentro de la Medicina ya que se ha difundido un vídeo pésimamente editado. Y del cual, corroboro, usted ya ha tenido conocimiento. Al igual que sabe muy bien de qué se trata un juicio donde puede arrancarle a uno la matrícula profesional. Por lo tanto, le pido que pautemos una reunión en algún lugar público. ¿Cuál es su cafetería favorita de Yorkshire?

—Señorita Hale... No es de mi interés volver a...

—Me queda poco tiempo, señor Nahej. ¿Qué tan lejos se encuentra usted ahora?

Él suspira.

Nick también.

—Seis horas—me contesta por fin.

—Excelente. Malcolm le sacará un pasaje en el próximo avión que venga de Yorkshire desde dondequiera que usted esté ahora. No es mi intención indagar en su privacidad, eso lo hablará directamente con él. ¿Nos encontramos esta tarde en Tearoom?




Volver a la Universidad tiene un sabor agridulce. Por un lado, te invaden los recuerdos de los últimos años de tu vida donde compartiste con amigos, diversión, quizás algunas drogas y momentos de holgazanería. Pero es imposible olvidar la tensa espera de una nota, el agotamiento de que tu agenda se llene de exámenes y trabajos por entregar entre tantas cosas que te empujan a tener que sobrevivir a base de fideos y café, durmiendo menos de seis horas al día y probando el gusto asqueroso de masticar coca con tal de mantenerte despierto una noche antes de rendir.

El punto es que jamás imaginé que la próxima vez que vendría a este sitio sería porque entraría en debate una cuestión mía respecto a si es mejor denunciar a mi jefe de residencias hospitalarias por un vídeo íntimo difundido y una foto circulando por voluntad propia, o bien si se tendría que mantenerme a raya con la posición de que estaba confundida y él me obligó. Definitivamente esta última no es una opción.

+18 Los Juegos del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora