060 | #NIVELTRES

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De pequeña me gustaba juntar los libros viejos que encontrábamos maltratados en basurales, sobre todo de escuelas donde falta lugar para meter alumnos, ni hablar sobre los libros viejos que se van acumulando de polvo en las estanterías.

Los primeros de los que se deshacían eran los libros "prohibidos", es decir aquellos que contenían violencia o escenas eróticas, sin ser necesariamente literatura para adultos. Aquellos que hablaban libremente sobre estrategias de guerra o estrategias militares, resultaron ser mis favoritos. Sobre todo porque gracias a ello fue que conocía Sun Tzu, Maquiavelo o Von Clausewitz. El primero fue quien me dejó más asombrada que los demás, quizá porque fue uno de los primeros que encontré. Con doce años ya había leído "El arte de la guerra", fascinada de la primera hasta la última página. Desde entonces, es un libro que me acompaña como si tomase lecciones de vida mediante el saber de su estratega autor.

Leí y releí muchas veces su obra; es como si las contingencias o el destino me hubiese preparado para un momento como el de ahora: declarando la guerra a un genio de las computadoras. Le admiro, aunque eso no quita que quiera cagarme la vida.

Evaluar el terreno para la guerra implica disponer de cinco factores clave:

1. Una doctrina: Es gracias a ella que el pueblo se pone en consonancia con su gobernante y sigue sus reglas. Sin una doctrina, sin un orden que esté precisado, la cosa se diluye. Muchos órdenes al mando, dispersan, siembran caos a ojos del enemigo y dividen a los guerreros. De momento, en nuestro bando somos pocos; lo estratégico está en hacerlo crecer con otros pocos que tienen a millones detrás.

2. El tiempo: Es el Ying y el Yang. Día y noche. Saber con cuánto se precisa para los pasos a dar, economizar cada segundo significa un elemento clave para avanzar. Tal es así que esto fundamentó mi decisión de avanzar con la táctica, seguir jugando y a la vez, poner en marcha el reclutamiento de unos cuantos colegas virtuales. Aprovechar cada instante, estar a la espera de convertir cada oportunidad en un objetivo.

3. El terreno: Este es el punto más curioso. Para pelear, es preciso reconocer dónde se está ejecutando el plan. En este caso, todo se trata de ceros y unos navegando en la red, pero que no es sin consecuencias directas en el mundo tangible. El terreno de esta guerra informática es precisamente Internet.

4. El mando: Soy quien ha decidido asumir este rol, no sin serias dudas al respecto. Sobre todo, porque alguien que esté a la cabeza de un grupo de guerreros, debe contar con las cualidades de sabiduría, benevolencia, sinceridad, coraje y disciplina... Estoy segura de que fallo en más de una.

5. Disciplina: Curiosamente es también una característica del mando. Quizá Sun Tzu nos sugiere que podría ser la más importante. ¿Qué implica? Simplemente, un ejército organizado. Y este punto se enlaza directamente con la estrategia que me empecinado en utilizar y va por la vía de la desinformación. Para poder desinformar, es preciso estar muy bien formado. Confío en la formación de Sophia, Nick y Serge. Pero cada uno de ellos por separado, el conflicto de "pasiones" son los peligros que preciso evitar ahora mismo. Sobre todo si se tiene en cuenta que soy la cuarta involucrada ahí...

Ahora mismo, esto es mucho más que un juego.

...pero debo seguir jugando.

Retirarme, es una derrota asegurada.

Retirarme, es una derrota asegurada

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+18 Los Juegos del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora