Capitulo 2

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Chris

Estaba harto de que todos me dijeran que, a hacer con mi vida, como había hecho desde los 15 me escapé al parque un poco más lejano de casa, tomé la correa de Bailey y salimos por atrás, era ridículo salir a escondidas de tu propia casa, pero si no es así, nunca podré pensar más allá de mis obligaciones.

La gabardina que me había puesto me cubría bien junto con la bufanda, el clima estaba bien, pero era la única forma de que no pasara nada, me gustaba venir a este parque porque casi no había gente y podía estar sin ser molestado.

Le tire un palo a Bailey para que lo fuera a buscar y me lo entregara de regreso. Sabía que tenía obligaciones muchas más que cualquiera, pero soy un adulto y debo tomar mis propias decisiones.

— Charles, debes actuar como lo que eres.
—Padre, desde pequeño me han criado para tomar mi trabajo en serio.
— y es momento que lo hagas.
— Pero valoro mi libertad.
— Hijo has nacido con una responsabilidad que debes asumir.
— Yo no pedí esto.
— Pero somos tu familia.

Sacudí mi cabeza para no pensar en la conversación de hace 5 meses con mi padre. Ahora estaba metido hasta el fondo.

Bailey me volvió a traer el palo para que yo se lo tirará, mire al parque hoy estaba más tranquilo de lo normal, el chico que siempre venía a tocar guitarra y la pareja de señores mayores caminando juntos, todo como algunas veces en el parque. Cuando la vi, una mujer morena, de cabello hasta los hombros, me llamó la atención estaba del otro lado del pequeño lago, mirando sin en realidad ver nada, tomó asiento en una banca, se recostó en el respaldo y miró al cielo, desde lejos podía ver su nostalgia, la miré un buen rato, no muy propio de mí, hasta que sonó mi teléfono y sabía que tenía que correr de vuelta a casa.

A la semana siguiente regresé, más por curiosidad que por otra cosa, en toda la semana no se me había quitado de la mente aquella morena del parque, hice lo mismo de siempre al escaparme, esta vez ella ya se encontraba en la banca de la otra vez, con un libro en mano, desde aquí no pude ver de qué libro se trataba. Miró a mi dirección y desvié la mirada a otro lado, y rogué con que no se diera cuenta de que la observaba. Se mordía su labio inconscientemente.

Antes podía salir una vez por semana, pero ahora hacía todo para poder escaparme más tiempo y poder observar aquella chica, dirán que soy raro y tal vez sí lo sea, pero tenía algo que desde lejos te atrapaba, tal vez tenía que ver en su mirada triste y te hacía pensar por qué está así.

Había pasado ya casi un mes, me había vuelto un acosador y es que no me atrevía ir a hablarle, no sabía que decirle.

Bailey se me acercó y me lamió la mano, lo acaricié. Esta vez me fui por la otra parte del parque, la vi, estaba cerca de la orilla dándole comida a los patos, esta vez se le dibujó una sonrisa al ver un patito pelear con otro por un pedazo de pan.

Para ser honesto no sabía que Bailey haría lo que iba a hacer porque estaba muy educado, incluso mejor que yo, pero agradezco ese momento en que él corrió hacia ella; haciendo que perdiera el control y cayera al lago espantando a los patos, no me malentiendan, no quería acercarme así a ella, pero si ayudó mucho, bien dicen que el perro es el mejor amigo del hombre.

— ¡¡¡cuidado!!! —grite, aunque sería tarde, salí corriendo en dirección su dirección. Bailey ya le lamía el rostro, así que lo aparte de ella —¿No te lastimaste?
—No, no —dijo tartamudeando por el frío.

La ayudé a salir del agua, sus dientes empezaron a castañear, enseguida le ofrecí mi gabardina que aceptó sin pensarlo, rogué con que no me reconociera.

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