Capitulo 10

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Chris

Ya esperaba Amelia en el departamento, no dejaba de pensar en lo que me había dicho ayer Daniel, tocaron el timbre y sabía que era ella.

— ¡Hola, cariño! — la saludé apenas abrí la puerta, tenía una sonrisa.
— Hola — se acercó a mí a darme un beso, le di pasó para que entrara, tome su gabardina y la puse en el armario — Terminarán despidiéndote de tu trabajo por mi culpa.

Ojalá eso pasará.

— claro que no
— Necesitamos hablar — dice viéndome fijamente.

Sentí que la sangre me abandono por un momento, había llegado si no es ahora no se lo diré, caminamos a la sala y nos sentamos en el sillón.

— Chris me he sentido culpable, no me malinterpretes yo... — miró a otro lado buscando las palabras — yo no soy así, una persona que le es infiel a su novio, no puedo seguir haciéndole esto a Alex — Mi corazón se detuvo, ¿Está terminando conmigo? — no puedo seguir con el cuándo ya no lo amo como ante, como él merece.

La respiración que había estado conteniendo por fin salió.

— No sé cómo sucedió fue tan rápido que me enamoré de ti, por más que busco un motivo para seguir con él no la encuentro, no quiero hacerle daño ahora sé lo que quiero y es a ti, estoy completamente enamorada de ti Chris y no sé si esto es pasajero para ti porque de ser así aquí no queda nada para mí, regresaría a mi país.

El miedo empezó a inundar mi cuerpo, no podía perder Amelia, es lo único que hace que me levanté por las mañanas y alegra mi día cuando la veo.

— No lo es Amelia, yo igual te quiero te has metido en mí como nunca imaginé.

La tomé del rostro y la besé, la necesitaba demasiado que me llega asustar, nunca me había pasado y no es que yo tuviera mucho con qué comparar.

Había tenido dos novias en mi vida, de las cuales las tuve en la universidad, pero sabía que no era nada serio porque les importaba más mi título, Amelia era diferente cuando dice que está enamorada de mí le creó, no sabe quién en verdad soy, pero me ha conocido como nadie a excepción de Daniel, con las demás personas debo guardar cierta apariencia en cambio con ella puedo ser yo mismo, decir las cosas que quiero sin pensar.

Nos empezamos a quitar la ropa, necesitaba sentirla y sé que ella igual a mí por la rapidez en qué quedamos desnudos, saqué un condón del bolsillo del pantalón del suelo para ponérmelo, la bese me encantaban sus labios, la penetre lento ella clavó sus uñas en mi espalda, Amelia se había vuelto mi lugar favorito, aunque no estuviéramos haciendo el amor con el simple hecho de estar hablando y verla me basta para sentirme feliz; acelere mis movimientos ella gemía, la volví a besar para aminorar el sonido de sus gemidos, fui bajando poco a poco dándole besos desde su clavícula hasta sus pechos que se pusieron duros con mis besos, se los mordí, Amelia se puso arriba de mí para tomar el control y me encantó porque así podía verla, sus pechos subían y bajaban con los movimientos que hacía, si seguía así no aguantaré mucho, brincaba encima de mí ella echó la cabeza atrás gritando mi nombre cuando llegó a su orgasmo, no tarde mucho en alcanzarla.

— Tengo que buscar departamento.
Se encontraba pegada a mi pecho.
— Puedes quedarte aquí si quieres.

Ella me miró sorprendida.

— No creo que sea buena idea Chris.
— ¿Por qué no?
— No sé, no quiero invadir tu espacio.
— No lo haces.

Pero tenía razón cómo le voy a explicar que realmente no vivo aquí sino en un palacio, lo que me lleva que tengo que decirle la verdad, pero en este momento no me atrevo a decirle.

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