Capítulo 22

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Chris

Aún no podía creer lo que me había dicho mi padre, las palabras tardaron en procesar en mi mente
Iba a morir lo que significaba que pronto seré rey, yo no quería ser rey.

— Charles, sé cómo te debes sentir en este momento, pero debes saber que esto se trata de hacer sacrificios; yo lo he hecho en su momento, pero no puedo pedirte que tú los hagas Charles. Es por eso que te digo que, si quieres cancelar la boda, lo comprendo y te entiendo, te apoyo, no será fácil por tu madre, pero lo superará, mi intención no es causarte dolor hijo, quiero que lo entiendas.

Sabía que el ser rey se necesitaba muchos sacrificios, lo vi con mi padre que es un buen rey y nunca lograré ni llegaré ser como él. Soy cobarde.

— yo padre... ¿Te puedo abrazar?
— claro que sí, hijo.

Me levanté de mi asiento al igual que él y me acerqué a abrazarlo.

— Gracias, papá.

Tenía que ser valiente y afrontar las cosas, esto no era un cuento de hadas, era la vida real y en la vida real no todo te sale como deseas, no quiero que mi padre se preocupe más, no era justo para él, es echar todo lo que él ha hecho a la basura, sé que me voy a arrepentir en un momento a otro.

— Pero seguiré con la boda.
— Hijo...
— papá es mi decisión.
— Piénsalo, por favor.
— Lo haré.

Me quedé un buen rato con él, me había dicho que no quería lástima de nadie por eso no nos había dicho nada sobre su enfermedad, que actuará como si nada estuviera pasando.

— ya no voy a viajar a Los Ángeles.

Me encontraba con Daniel en mi habitación, mi padre ya había hablado con él y le había dicho la verdad, después de la cena vino a verme a mi habitación que me encontraba debatiendo si hablarle o no a Amelia.

— Padre me dijo que te dio una salida.

Estaba tirando una pequeña pelota sobre mí.

— ¿Qué vas a hacer? — él agarró la pelota antes que cayera en mis manos.
— Ya le dije a papá.
— ¿Qué?
— Seguiré con los planes.

Me miró con cara de pocos amigos.

— ¿Estás loco? Por primera vez papá deja que tomes una decisión por ti mismo y ¿seguirás?
— es lo correcto Daniel y tú lo sabes.

Tocaron la puerta de mi habitación y entro Melody con una pequeña maleta.

— Su real alteza, es todo lo que dejó en el departamento.

Después de lo ocurrido mi madre casi la corre, porque ella sabía sobre lo que hacía y no dijo nada, pero no deje que lo hiciera, así que por el momento las cosas de llamarme por nuestros nombres habían cambiado.

— Gracias, Melody.
— De nada, si no necesita algo más.
— te puedes retirar, gracias y disculpas.

Ella hizo reverencia y salió.

— Ya quisiera que mi asistente fuera así de leal como Melody.
— Aún no sé cómo mamá averiguo todo.
— Si quieres investigo.
— No, yo lo haré, ya ni sé si tiene caso.
— Claro que tiene caso, tienes que saber quiénes son leales a ti.

Abrí la maleta pequeña maleta de mano y saqué mi ropa, mi corazón se detuvo también había cosas de Amelia como la ropa de hoy que había dejado en la cocina, su perfume.

— mira su perfume — le dije emocionado a mi hermano,
— ¿Qué vas a hacer con él? ¿Se lo regresarás?
— No sé,
— eres mi hermano mayor Charly y te respeto por muchas cosas, pero esto que piensas hacer no estoy de acuerdo sé que es tu vida, pero no quiero verte infeliz.

Salió dejándome con mis problemas.

Cuando Amelia me dijo que vendría a trabajar en la fiesta de mi padre había hablado para que no la contrataran para ese día, pero ya lo habían hecho así que les dije que la ocuparán para otra cosa, sabía que estaba mal porque estaba emocionada, ya no valía la pena que hiciera algo así, le pedí a Melody que volviera hablar y permitirle asistir.

Estaba nervioso porque la vería, pero hoy en la mañana hablé con mi padre porque sabía si la veía no me atrevería.

— te ves bien hermano, ¿Quieres impresionar a alguien?

Lo miré con cara de pocos amigos porque sabía perfectamente.

— Es broma.

La fiesta de mi padre se ofrecería aquí en el palacio, ya la gente estaba en el gran salón, nosotros haremos nuestra entrada antes que mis padres.

— Charles cariño — la voz de Ella llegó por detrás de mí — Hola Dani.
— Ella.

Se saludaron de beso.

— ¿Cómo estás?
— Bien, Ella gracias por preguntar.
— Ya es hora — nos interrumpió Melody.
— Que empiece la fiesta.

Dijo Daniel con una gran sonrisa.

Entramos los 3 juntos, Ella iba a mi lado y Daniel atrás de nosotros, conforme pasábamos nos hacían reverencia, pero mi mirada viajaba de un lado a otro buscándola, sé que no debería, pero era inevitable.

— Su real alteza qué gusto volverlo a ver.
— Muchas gracias Phillips, ya conoces a la duquesa Ella.
— No he tenido el placer.

Le tendió la mano en modo de saludo, a pesar de toda la gente que estaba es como si algo en mí se reavivará levanté la vista y ahí estaba ella, con un traje negro y zapatillas altas y peinada hacia atrás. Mi corazón se aceleró, se acercó al primer ministro para decirle algo que había dicho el presidente mexicano y fue cuando me vio, ya conocía esa mirada triste porque la había visto y a pesar de estar muy maquillada demasiado para mi gusto podía verse las noches que estuvo en vela llorando y por mi culpa, no podía hacerle eso no era justo para ella, a tiempo Ella llamó mi atención y le sonreí a Phillips que al parecer habían contado algo gracioso.

Cuando mis padres entraron al salón todos guardaron silencio e hicieron reverencia, se pusieron hablar con los demás.

— ¡Ella, te ves encantadora!
— Gracias su majestad.

Mi madre le sonrió.

— Querida, me pareció que tu padre te estaba buscando para presentarte a alguien.
— ¡Oh! Enseguida regreso.

Hizo una reverencia a mi madre y se alejó.

— ¿Cómo es que ella está aquí?

Dijo mi madre entre dientes para que nadie le entendiera excepto yo.

— No es mi culpa, ella está aquí por trabajo.

La busqué con la mirada, seguía a lado del presidente traduciendo, uno que se encontraba con el presidente le dijo algunas palabras y ella sonrió una punzada de envidia me traspaso yo debería hacerla reír.

— Sabes cuál es tu deber Charles no lo olvides.

Fue lo único que me dijo mi mamá al ver dónde miraba y se fue dejándome por unos minutos solo porque una persona me abordo.

Fue lo único que me dijo mi mamá al ver dónde miraba y se fue dejándome por unos minutos solo porque una persona me abordo

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