Chris
— No sé de qué hablas.
Le dijo Daniel a Trevor, Daniel me miró y luego a él.
— No estabas — dijo este — es verdad — Trevor se levantó, fue a ver a Drew y Amelia a la pista.
— ¿de qué habla?
Él se encogió de hombros, se llevó su vaso de alcohol a la boca y la vacío.
— No tengo la menor idea, iré al baño.
Se levantó a duras penas de su silla y se fue al baño, todos ya estaban borrachos menos yo, me acerqué a la barra.— A este número te comunicas para cobrar por favor.
— Si su alteza, otra cosa lo que pasa aquí se queda aquí.
— No tiene que decirlo.
— Gracias.Me acerqué a Amelia que bailaba con Drew y Trevor.
— Creó que deberíamos irnos.
— ¿qué? Nooooo.
— Si.
— No puedo irme, estoy en el departamento de Drew.
— Iremos al mío.
Amelia hizo puchero.
— Está bien.
Se despidió de Trevor y con Drew se dio un beso rápido en la boca.
— Adiósss Morenita, adióssss miii príncipe.Amelia se estaba despidiendo de sus amigos a tiempo salía Daniel del baño.
— ¡vamos, Daniel!
— ¿Qué? ¿Ya?
— Si, las llaves.
Suspiro resignado, le costó sacarlas de su bolsillo del pantalón, pero me las entregó.
— No pueedo llegars así aaal Palacio.
— Iremos a mi departamento.
— valeeeee, adiós chicoss — empezó a mandar besos por todos lados.Salimos del bar, Daniel y Amelia no dejaban de reírse como borrachos, Amelia casi cae al suelo así que la tuve que agarrar para llevarla al auto, Daniel como pudo agarró su bolsa y las cosas que se habían caído de ella, abrí la puerta de atrás, Lia se metió en el carro, Daniel se puso a su lado, genial ahora soy el chofer, encendí el auto y empezó a sonar la música.
— Essssaaaa me gustaa — Gritó Amelia.
Daniel y ella empezaron a cantar la canción que hablaba de cómo ser salvaje, fumar marihuana ellos movían sus manos de un lado a otro, incluso Amelia simuló fumar y le pasó el cigarro imaginario a Daniel que hizo lo mismo los dos empezaron a reír, marque el número que necesitaba.
— Melody, disculpa que te despierte, pero necesito que me lleves las llaves — Amelia y Daniel empezaron a cantar fuerte — ¿Podrían guardar silencio?
— Si, general — se burló Daniel y Amelia se empezó a reír.
— ¿pasa algo?
— No, lo siento te decía que necesito las llaves del departamento.
— Si su alteza — su voz se escuchaba ronca — lo veo ahí.
— Gracias.
Colgué.Cada canción que pasaba intentaban cantarla, cuando pasó un tiempo deje de escuchar las risas atrás, mire por el retrovisor y ya se habían quedado dormidos, estaciones el auto en la entrada, Amelia tenía su cabeza en el hombro de Daniel. No tardó mucho y Melody llegó.
— Siento molestarte.
— No sé, preocupe.
Le subiré el sueldo a esta chica, miró dentro del auto y luego a mí.
— Lo ayudaré.
— Gracias.Bajamos primero a Daniel que pesaba más, luego Amelia a pesar de sus protestas que no quería ser molestada, deje a Daniel en el sillón porque no podíamos subirlo hasta la otra habitación, cuando deje Amelia en la cama, baje para cerrar la puerta.
— Supongo que lo veré más al rato.
— Sí, inventa una excusa para los dos, por favor.
— Si por supuesto, he tapado a su real alteza Daniel, mañana temprano mandaré ropa.
— Gracias, Melody.
— Que descanse.La despedí en la puerta con la mano, mi reloj marcaba las 4 de la mañana, apague las luces y subí, le quite sus botas Amelia, la dejé en ropa interior porque no tenía nada que ponerle y la tape, me acosté a su lado empezó a moverse medio abrió los ojos y me sonrió, acercó su mano a mi brazo y volvió a caer dormida.
Cuando desperté eran las 11:30, Amelia ya no estaba durmiendo, en el buró se encontraba un cambio de ropa así que fui directo a bañarme, cuando baje escuche las voces de Daniel y Amelia en la cocina.
— Honestamente solo quiero dormir y dormir.
— No aguantas nada.
— ¡Cállate!
— He buscado mi venganza.
— ¿de qué hablas?
— de ti, cantando como perro ahogado.
Entre a la cocina, ellos me miraron.
— Buenos días, dormilón — dijo Amelia.
— Buenos días, cariño.
Me acerqué a ella para darle un gran beso, ella me separo y tenía las mejillas rojas apenadas, ayer no le importó que le diera besos enfrente de los demás, pero hoy si, ya tenía una camisa que le quedaba enorme y Daniel tenía una camisa de su pijama.
— Nosotros nos emborrachamos y eres tú el que despierta tarde.
— Porque no tuviste que cargarlos y dormir a las 5 de la mañana.
— ¿y eso?
— lo ha traído Melody — explicó Daniel.
— ¿por qué tienes esa camisa?
— Es mía.
— Porque aquí el inteligente de tu hermano derramó café en mi ropa.
— Pudiste haber usado mi ropa.
— Tú no derramaste café en mi ropa nueva — ella le tiro una servilleta arrugada a Daniel.
— ¿Quieres desayunar hermano?
— Si, gracias.
— Melody también trajo desayuno, siempre he dicho que tu asistente es más eficiente que el mío.
— ¿por qué Daniel tiene asistente y tu asistenta?
— ¿Celosa?
— No.
— Yo creo que si.
— Claro que no.
— No deberías — la atraje a mí — eres única para mí y aparte nadie me va a cantar como tú — dije en burla, Daniel empezó a reír.
Ella abrió la boca sorprendida y me dio un manotazo en el brazo.
— ¡Los odio!
Antes que se alejara de mí, la volví agarrar y la bese en la enfrente.
— Bueno, veo que salgo sobrando agarraré mis cosas y me iré.
— En realidad, tengo que irme contigo.
— ¿Me van a dejar sola?
— ¿No querías dormir? — le dijo Daniel.
— Es verdad.
El teléfono de Daniel empezó a sonar y él le dio colgar.
— ¡Que fastidió!
— ¿Qué pasa?
— Nada es mi asistente, tengo un evento en dos horas.
— Tenemos que irnos.
Amelia hizo puchero.
— Ya que.
— Adiós Morenita — Daniel se despidió de ella con un beso en la mejilla — te espero en el auto.
Salió dejándonos solos.
— ¿en serio tienes que irte?
— Si, cariño.
— Ni modos, tenía muchas cosas en mente.
Dijo alzando una ceja y jugando con el botón de mi camisa pícaramente.
— En la noche.
— ¡Bu!
— aprovecha a dormir.
— Eso haré.
— Otra cosa ¿ya pensaste lo de conocer a mis padres?
— Mmm... Si está bien.
— ¿En serio?
— Si.
— Gracias.
Ella me dio un beso.
— Ahora vete que tienes trabajo.
— Te habló cuando termine.Cerré la puerta del departamento y me fui con Daniel para cumplir con mis deberes, estaba feliz porque Amelia había aceptado ver a mis padres se lo tenía que comunicar a mi padre.
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Real Love
RomanceAmelia solo quería una vida feliz a lado del amor de su vida. Tenía su vida planeada en su cabeza, pero nunca imagino que mudarse a un continente diferente, lo cambiaría todo. 12/02/2019