Capitulo 24

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Chris

La vi hablando otra vez con él, saco su celular mientras ella le dictaba algo y puedo estar seguro de que era su celular ¿Por qué le daba su teléfono? Tenía que mostrar que estaba feliz aún que no lo estuviera para nada, era el cumpleaños de mi padre y el último si todo sale mal.

— son hermosos.
— Si lo son.

Le sonreí a Ella para que no piense que no estoy prestándole atención, en realidad no lo estaba, cuando se descuidó la vi cómo se maravillaba con los fuegos artificiales mientras yo me maravillaba con su rostro.

— Deberías disimular más — Daniel se me acercó al oído — creó que otro la quiere conquistar.
— ¡Cállate!

No necesitaba que Daniel me dijera lo que era obvio.

— He hablado con ella — Lo miré sorprendido.
— ¿Qué le dijiste?
— Que no querías herirla, pero me ignoró, ¿puedes creerlo?
— Si lo creo, pareciera que no tiene carácter, pero lo tiene.

Él me sonrió asintiendo.

— deberías explicarle.
— no quiere escuchar.
— intenta.

La mayoría de las personas ya se habían ido incluyendo Ella, mis padres ya se habían ido a descansar, sabía dónde se encontraría.

— Estuviste bien en tu primer evento — escuché una voz de mujer.
— y tiene una cita más al rato — dijo alguien emocionado.
— ¡Silencio! Que nos van a sacar de aquí — esa era Amelia.
— ¡Vaya! ¿Quién es?

Había escuchado esas voces había tenido conversaciones con esas voces, pero no las diferenciaba.

— El secretario del presidente.

Miré para ponerle caras a las voces, lo bueno que no fui visto, pero había dolido escuchar que Amelia tenía una cita con ese tipo, como se atrevía siquiera ese hombre a pedirle una cita a ella, tenía que controlarme por qué moría de celos.

— ¡Oh! Vi cómo te veía — dijo la muchacha de cabello rojizo.
— No exageren, ¿No les importa si los alcanzó después? — ella les sonreía.
— No amiga, diviértete.
— olvidé mi bufanda en la habitación.
— Anda ve.
— te esperamos en el carro.

¡Cielos! Caminé rápido para no ser visto, entro en la habitación para empleados, no tardó mucho en salir.

— Amelia — ella pasó a mi lado sin hacer caso.
— Espera por favor — la agarré para detenerla.
— No quiero hablar contigo.
— Por favor, quiero explicarte.

Ella me miró estaba enojada conmigo.

— No tienes nada que explicar, me quedó claro solo era un juego, una distracción, jugaste conmigo, me mentiste sobre ti, yo fui una estúpida que confíe en ti, deje a Álex por ti, mi familia me va a odiar y todo por nada, me mentiste Chris.
Su voz empezó a cambiar, le dolía estaba lastimada.
— te amo y siento de verdad haberte mentido, pero todo el asunto me sobrepasó — le tenía que explicar cómo dijo Daniel ella merecía una explicación.
— No te atrevas a decir eso, no lo haces si lo hicieras no me hubieras mentido y lo hiciste.

Tenía razón nada justificaba el haberle mentido.

— Amelia yo... Por favor quiero que entiendas por qué haré esto.
— No quiero escucharte, suficiente daño ya me hiciste.
— No fue mi intención, nunca quise hacerte daño.
— ¿Por qué sigues con ella? — Empezó a llorar, me partía el corazón verla así — ¿Por qué no estás conmigo? Yo te amo — ella me miró, quería decirle la verdad — Quédate conmigo.

Ella a pesar de todo quería que estuviera con ella, me estaba pidiendo que me quedara con ella, mi corazón se rompió, Amelia me estaba diciendo que no importaba nada que solo le dijera que ella era la indicada y es que lo es, ella es tan imperfecta, pero tan perfecta para mí, soy un maldito que la lastimo y mintió, pero aquí está ella dispuesta a olvidar todo, dando todo de ella; recuerdo que me dijo que nunca espera más de las personas porque terminará decepcionada, me dolía ser quien la decepcionará porque esperaba de mí, ¡maldita sea! Yo la engañé, pero no podía le había dicho a mi padre que me casaría con Ella, intentaría ser un buen rey a costa de mi felicidad.

— No puedo.

Pude ver cómo algo en ella se rompía.

— Tienes que entenderme.

Le suplicaba que lo hiciera, no soy normal por más que quisiera serlo, pero no lo soy, mis responsabilidades eran muchas un país dependía de mí.
Ella se alejó y la volví a detener quería verla, sentirla porque tal vez está será mi última oportunidad cuando la vuelva a ver estaré a punto de casarme, tenía tantas ganas de besarla y luche contra mi corazón, pero mi juicio ganó sabía que si la besaba no la soltaría y mandaría todo a la basura, bese su frente aquel lugar donde cuando está distraída pensando se le arruga y me encanta, la mire directo a los ojos.

— No podemos estar juntos, pero eso no quiere decir que no te ame.

Me aleje lo más rápido que pude porque no respondería si me quedaba más tiempo, no podía mirarla, me obligue a no hacerlo, le deje mi corazón con ella, ya se lo había entregado sin siquiera saberlo, era de ella, Amelia lo conquistó.

— Su real alteza el príncipe Daniel salió. — comentó el guardia al verme.

Había ido a buscar a Daniel a su habitación.

— ¿salió? ¿A dónde?
— no me dijo, su real alteza.
— gracias.

Me sentía pésimo, necesitaba hablar con Daniel, marqué su número, pero me mandó a buzón.

Fui a mi habitación, me cambié por algo más cómodo y le volví a marcar a Daniel, pero no contesto de nuevo de seguro se había ido de fiesta con sus amigos, esa noche no pude dormir para nada pensando en Amelia que se encontraba con otro haciendo no sé qué.

Fui a mi habitación, me cambié por algo más cómodo y le volví a marcar a Daniel, pero no contesto de nuevo de seguro se había ido de fiesta con sus amigos, esa noche no pude dormir para nada pensando en Amelia que se encontraba con otro haciendo n...

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