Capitulo 43

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Amelia

— Pensé que como ahora sales en las redes sociales ya no querías convivir con nosotros.
— No seas tonta.
Alice empezó a reír.
— es broma.
— Te extrañamos, Morenita — dijo Justin.
— y yo a ustedes, aunque en realidad solo me fui unos días.
— Si, pero te fuiste para no regresar — Devlin me abrazo.
— Es verdad.
— Yo brindo por el regreso de nuestra Morenita
Drew levantó su copa y todos lo seguimos.
— Salud.
Dijimos todos al mismo tiempo.
— Pensé que Trevor vendría.
— Si lo hará, no debe tardar en venir.
— cuéntanos Lia ¿Cómo fue todo? — pregunto Palmer.
— es una larga historia.
— Tenemos tiempo, cielo.
Les conté todo y les hice jurar que no dirán nada.
— ¿Por qué no quieres que se sepa?
— No sé, me gusta esto — dije haciendo señas a nosotros — la tranquilidad, sabes que incómodo es que te fotografíen o que te queden viendo mientras cenas.
— pero andas con el heredero a la corona deberías gritarlo a los cuatro vientos — dijo Palmer.
— Tal vez, pero no estoy lista.
— no la presionemos — salió en defensa Alice.
— Cierto, brindemos porque a estamos otra vez todos.
Volvimos alzar nuestras copas con Drew, me tomé lo último de mi mojito.
— Buenas noches, chicos.
Trevor apareció con Daniel, los dos saludaron a todos.
— ¿Qué haces aquí?
— ¡Vaya! Gracias por la bienvenida.
— Lo sabrás superar.
Me burle, él me dijo lo mismo en Nueva York.
— ya vi, sobre que trata — tomo asiento a mi lado.
— Pensé que Charly vendría.
— Bueno...
— Le dijiste que no.
— Si.
Y sé que por eso está molesto porque colgó la llamada, pero no me atreví a mandarle mensaje ni volverlo hablar.
— ¿Por qué?
— lo sabes, es la razón por la que estoy molesta contigo.
— creo que estás exagerando, creí que estaba contigo mientras no cene con él.
— ¿cenan juntos?
— Siempre que podemos, somos los dos contra el Palacio, quiero decir mis padres siempre cenan antes que nosotros o simplemente no lo hacen con nosotros al menos que quieran convivir con nosotros o decir algo mayormente se la pasan en el Palacio.
— Eso es...
— ¿triste?
Asentí ahora me sentía mal por Chris al haberlo rechazado así, había cenado solo por mi culpa.
— Creó que debería ir a verlo.
Él me miró sorprendido.
— ¿en serio?
— Si ¿está en el palacio?
Él asintió.
— Vamos, te llevo.
— ¿a dónde van? — pregunto Trevor.
— es noche de mariachi — se quejó Drew.
— Iré por mi novio.
— ¿regresarás?
— Hay mucha gente.
— Tenemos la solución para eso — dijo Trevor.
— vamos.

Daniel y yo nos subimos al auto, la música empezó a sonar.

— Creó tenemos los mismos gustos en música.
— ¿Tú crees?
Empecé a cantar la canción de bruno él sonrió y empezó a cantar conmigo, terminó la canción y pasó otra que conocía lo mire sorprendida.
— ¿los Jonas?
— Los escuche y me gustó esta canción.
— Luego de que te burlaste de mí.
— Yo no me burle de ti.
— Claro que si incluso me mandaste una foto de una tipa con un tatuaje en la parte baja de su espalda diciendo que era yo.
— no es verdad.
— Puedo mostrarte los mensajes Daniel.
— Bueno... sí me burle.
— Te odio.
— im sucker for you — cantó.
— Cantas horrible.
— Mira quien habla.
— mi voz es angelical.
— Si claro.
Empecé a cantar la canción a pesar de sus protestas, puso sus manos en sus oídos dramáticamente.
— ¡Vamos a chocar! Manos en el volante — dije asustada.
Él empezó a reír y lo golpeé en su brazo, me dio risa que se asustara, los dos reímos al mismo tiempo.
— Gracias.
— No me digas nada ¿sigues molesta?
— No, ya no.
— bien ¿me dirás por qué no quieres que todos sepan?
Lo miré.
— Eres muy chismoso.
— No es verdad.
— Si, lo es.
— bueno no me digas.
— está bien, pero no le digas a nadie.
— Prometido.
— Lo que le dije a Chris es una parte, pero a pesar de lo que diga y he dicho en el pasado de que no me importa lo que diga la gente, ahora así porque es diferente ¿y si no le agradó a las personas? Sé que es importante para ustedes eso, las personas.
— Amelia le vas a agradar a la gente, solo tienes que ser tu misma.
— Soy una nadie.
— Para Charly no, eres todo.
Lo mire sonriente.
— ¿Cómo sabes eso? — Me miró unos segundos como si fuera obvio — Ya.
— ¿hay algo más?
Suspire.
— Si, lo amo, pero no quiero ser otra más, siempre he sido la segunda opción de muchas personas y no quiero decepcionarme otra vez.
— Creó que mi hermano fallo al principio, pero es bueno las segundas oportunidades se puede hacer las cosas bien y él eso quiere.
— Lo sé, soy estúpida al pensar lo contrario.
— No lo eres.
Agarró mi mano en modo de apoyo, luego me soltó lo mire.
— Gracias Dani.
— De nada.

Llegamos al palacio, me tuve que identificar, ya ni porque venía con el príncipe, entramos por la entrada principal.

— ¿Sabes dónde está mi hermano?
— Si su alteza, acaba de subir a su habitación.
— Gracias.
— Su alteza — me burlé cuando nos alejamos del empleado, puso los ojos en blanco.
— no digas más.
— No pensaba hacerlo.
Dije sonriendo, el camino a la habitación de Chris estaba lejos de lo principal.
— ¿Cuántas habitaciones tienen?
— algunas.
— ya veo.
Nos topábamos con personas que hacían reverencia a Daniel y me miraban, cuando llegamos a lo que era la habitación de Chris, me dio pena tocar.
— ¿Qué esperas?
Me encogí de hombros, el tomo la iniciativa y tocó dos veces.
— adelante — Gritó Chris al otro lado.
Tome la perilla de la puerta para abrir.
— Si deciden ir los estaré esperando, si no mándame mensaje.
— Bien.
Metí primero mi cabeza para que vea que soy yo y así poder decir si soy bienvenida o no, se sorprendió cuando me vio y camino hacia mi.

— Amelia ¿Qué haces aquí?
— Vine a verte — dije entrando por completo y cerrando la puerta — y a decir lo siento.
Él me sonrió.
— ¿lo sientes?
Asentí.
— ¿Por qué?
— Por comportarme dramática.
Me jalo a él y me dio en beso en la punta de mi cabeza.
— No importa, estás aquí — me abrazo y yo igual.
— ¿Me veo muy ridículo si digo que te extrañe?
— No, para nada entonces también seré ridícula porque igual te extrañe.
Le di un beso que quería que durará.
— ¿Cómo entraste?
— Daniel me trajo.
— A.
No sabía cómo interpretar eso.
— ¿quieres venir al bar conmigo?
Se sorprendió que le dijera eso.
— creí que no querías que nos vean juntos.
— No me importa solo me importas tú ¿entonces vienes?
Sonrió de oreja a oreja.
— Si.

 — Si

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