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Fui al despacho de Wonho con todas las copias que me había mandado hacer. Eran muchos y al final acabe con la ayuda de Shownu.

-Muchas gracias. Yo entro en el despacho.

-Esta bien-dijo dándome los papeles- si necesitas ayuda solo llámame.

Yo asentí y llame a la puerta mientras Shownu se iba.

-Pase-dijo Wonho.

Entre en el despacho y él se veía tan concentrado. Y también se veía muy bien.

Hyungwon no pienses esas cosas, es tu jefe. Y solo llevas un día.

-Deja los papeles ahí-dijo señalando una mesita apartada del escritorio. Supongo para que no se mezclen- mas tarde te llamare. Este atento al teléfono.

Como me ordeno, volví afuera y se senté en mi lugar de trabajo. Ahora la mesa estaba totalmente despejada.

Al menos hoy nadie estaba saliendo herido y yo tampoco, ni tampoco había roto nada, de momento. Una tregua después de dos días seguidos de desgracias.

Mire por primera vez mi alrededor, mi escritorio estaba mas alejado de los demás, pero me di cuenta que el que estaba mas cercano a mi era el puesto de trabajo de Shownu.

Él noto que lo estaba mirando, me sonrió y volvió a su trabajo.

Al menos ya estoy conociendo a alguien. Aunque cuando me conozca se alejara de mi, por culpa de mi suerte, como todos. Al igual que Wonho, seguramente terminara despidiéndome como todos los jefes que tuve antes de él.

Ya me había acostumbrado a estar solo, aunque no me gustaba. Pero se estaba bien, a excepción de los días que necesito un abrazo o alguien al lado.

-¡Ah!-por suerte no grite fuerte.

Me había asustado el teléfono. Wonho me estaba llamando.

Como me enseño hace unas horas, le di al botón para poder hablar con él.

-Hyungwon. -me llamo- se que no es tu trabajo, no lo tienes que hacer si no quieres, lo que te voy a pedir es un favor-¿que me va a pedir?- ¿Puedes traerme un café? No puedo concentrarme ahora mismo en el trabajo.

-Claro, ahora mismo se lo llevo, señor Shin.

-Hyungwon-me volvió a llamar, pero ahora mismo parecía un poco enojado.

-¿Que?-pregunte confundido.

-No me llames Shin, y mucho menos señor, no soy tan viejo-se quejo.

-Wonho. Lo siento, la costumbre-le conteste antes de ponerme de pie.

-Hay una cafetera al fondo del pasillo.

-Gracias.

Me fui corriendo donde me había indicado. La verdad le agradecía que me mandara algo que hacer, empezaba aburrirme.

Encontré la famosa cafetera rápidamente. Pero aunque era una maquina sencilla, automática que hace el café ella sola... no me fiaba de mi. Me dio miedo estropear la maquina, llenar de café todo el pasillo.

-No puedo-suspire.

Lo malo de tener la suerte mía, es decir ninguna, he empezado a desarrollar un miedo irracional a todo.

Vi que había personas subiendo al ascensor y aproveche la ocasión.

Entre en él, y cerré los ojos y trate de que mi cuerpo no temblara. Un nuevo miedo en la lista, los ascensores. Aunque ya me había quedado encerrado antes, no fue nunca como el otro día. Y tampoco en un edificio tan alto.

Corriendo me fui a la cafetería que me había fijado antes, al lado del edificio.


Mas tarde subo el siguiente capitulo.




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