27

947 162 8
                                    

Hyungwon.

A la mañana siguiente desperté mucho mejor, ya era domingo, asi que por fin volveria a mi ciudad y a mi casa.

No es que no estuviera a gusto aquí con Wonho, pero me siento mas seguro en mi casa, y no me arriesgo de hacerle daño por cualquier torpeza mia.

Me gire como pude y me sorprendi al ver a Wonho durmiendo a mi lado. Respetando mi espacio, pero igualmente, estaba durmiendo en la misma cama que yo.

No se cuanto tiempo me quede mirándolo, pero cuando vi que se estaba despertando, cerre mis ojos rápidamente, haciéndome el dormido.

Creo que se lo creyo, porque al poco tiempo lo sentí sentarse en la cama, y antes de levantarse de la cama, sentí como me acariciaba la mejilla. Después de eso, se marcho de la habitación dejándome confundido.

Al sentir la puerta cerrarse, me incorpore y me toque la mejilla, aun sentía su toque. No entiendo por que lo hizo.

Como pude me levante, porque aun me dolia la espalda, me puse mis zapatillas y sali de la habitación.

-¿Ya despertaste?-hablo Wonho desde la mini cocina de la habitación

Yo asentí, no como responder a esa pregunta. Estoy caminando hacia la silla mas cercana lentamente.

-¿Estas mejor?-pregunto

-Creo que si. El cuello no me duele, pero si la espalda.

Al momento se acerco a mi y me dio un vaso de agua y una pastilla.

-Las pastillas que te mandaron para el dolor, ayer por la noche no te la tomaste-me dijo.

-Es verdad-murmure para mi mismo.

-Dentro de tres horas sale nuestro avión, asi que hay que darse prisa-me informo- ¿Puedes estar pendiente al desayuno mientras termino tu maleta? No quiero que cargues peso.

-Que...yo no...-ya se había ido- no se cocinar-termine pero nadie me escucho.

Me levante de la silla y camine hacia la encimera. Wonho estaba haciendo unas tostadas simples, no es tan difícil, lo he visto hacer muchas veces...en televisión.

Mierda, esto es un desastre. Al tiempo, no se lo que hice, pero empezó a salir un poco de humo.

-¡Wonho!-grite- no puedo...-dije ya llorando de pura frustración y de sentirme inútil.

Wonho corrió hacia la cocina y tiro las tostadas que no se como se habían tornados negras.

-Lo siento...yo...

-No te preocupes, eso le pasa a cualquiera-se acerco y me limpio las lagrimas

-Soy inútil-murmure.

-No eres nada inútil. Solo no es tu dia. Haremos mas tostadas-dijo eso oltimo buscando mas en el paquete, por suerte aun quedaba unas cuantas.

-Nunca es mi dia-dije.

Me fui a mi habitación, necesitaba que se fuera el nudo en mi garganta, estaba demasiado sensible hoy.

Wonho apareció mas tarde en la habitación con un vaso de agua.

Yo lo acepte y me hizo sentir mejor.

-Gracias.-le dije- no quiero subir a un avión-me queje

-Hyungwon no va a suceder nada malol. Vamos a desayunar.

Fuimos a desayunar, y las tostadas estaban tan buenas. Hacia mucho tiempo que no comia tostadas, ya que yo no cocino.

Termine de recoge el equipaje, ya que a Wonho no le dio tiempo, por quemar las tostadas.

Después de desayunar él se fue a su habitación a recoger sus cosas también.

Una vez estuve listo, agarre mi maleta y me dispuse a bajar al vestíbulo, pero me costo demasiado con el dolor de mi espalda. Justo cuando llegue al ascensor, Wonho salía de su habitación.

-¿Pero que haces?-me dijo enojado- el medico te dijo que necesitabas reposo y cargar peso no es reposo-dijo quitándome mi maleta.

Mi espalda se puso derecha y lo agradecí, pero me sentía mal porque estuviera llevando tanto peso.

-Hyungwon, no digas nada, solo vayamos al aeropuerto-me vio las intenciones de quejarme.


En el avión, nos sentamos de nuevo y yo estaba rezando de que saliera de este avión vivo, con mi ropa, y que por favor que no hubiera turbulencias.

Mas que escuche el motos arrancar y sentí que empezábamos a movernos sin querer agarre la mano de Wonho y no la solte hasta que aterrizamos en Seúl y se detuvo totalmente el avión. Al menos él no se quejo.

Con su coche, me acompaño llevo hasta mi casa y llevo mi equipaje hasta la puerta, a pesar de mis insistencia que no lo hiciera.

-Tengo que pagarte horas extras por trabajar el fin de semana.

-No. Aun te debo la deuda que pagaste de mi cuenta del hospital. Mas la de este fin de semana.

-Esta bien. Pero esta semana no vienes a trabajar.

-¿Porque?-pregunte preocupado, ¿me va a despedir?

-Tranquilo. Solo que el medico te dijo reposo, asi que no quiero que vayas a trabajar. ¿Esta bien?

Yo asentí, pero no estaba conforme. Pero él era mi jefe.


GafeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora