Thomas y yo nos quedamos mudos.
Creo que me voy a hacer pipí.
Ambos no sabíamos qué hacer ni qué decir, estábamos tirados en el piso, frente a Ki, sin decir palabra alguna. El asiático tomó a la pequeña entre sus brazos y la examinó de arriba a abajo. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro al ver que la niña tomó su nariz.
—¿Me quieren explicar qué significa esto?
—Ahhh... bueno... nosotros... —decíamos Thomas y yo sin saber qué responder
—¿Ustedes? —Ki levantó una ceja
—No es nuestra —fue lo único que se me ocurrió decir
—Obvio que no es suya, ninguno de los dos puede embarazarse. Ahora respondan, sin mentiras incoherentes, ¿de dónde sacaron a esta niña?
Miré a mi novio en busca de una respuesta, un asentimiento de cabeza por su parte fue suficiente para saber que debía decirle la verdad.
—Siéntate, Ki —los tres lo hicimos—. Ayer... a la media noche tocaron nuestra puerta y cuando la abrí estaba ella llorando en una canasta
Mi amigo nos miró extraño, como si todo lo que había dicho fuese un cuento inventado por mi loca cabeza.
—Dije sin mentiras incoherentes
—¡Es la verdad! —exclamé casi gritando y Ki miró a Thomas como si él pudiera decirle la verdad
—Ki, Dylan no miente —el asiático levantó una ceja sorprendido—. Es más, tengo la prueba —salió de la habitación y después de unos segundos volvió con un papel en sus manos—. Míralo por ti mismo
Ki tomó el papel y lo leyó entrecerrando sus ojos, aunque por la apariencia de sus ojos rasgados parecía que los estaba cerrando completamente.
—Si no pueden cuidarse a ustedes mismos, peor podrán hacerlo con una bendición —se burló y comenzó a jugar con la niña
—Lo sabemos muy bien... —Thomas hizo una pausa mientras se lamía los labios de esa manera tan seductora con la que suele hacerlo—, por eso queríamos dejarla en adopción
—¿Qué? Pero, si es una ternura. Mírenla —nos acercó a la bebé
—¡No puede ser! ¡Otra vez huele a podrido ahí! —grité tapándome la nariz
—¡Acabamos de cambiarla ayer en la noche y otra vez lo mismo! ¡Ni siquiera ha comido algo y ya se hace popis!
El tono de voz que utilizó Thomas para hablar se escuchó tan duro y severo, que la niña se asustó y comenzó a gimotear.
—No, no, no llores
Pero fue en vano lo que dije, ya que cuando pronuncié la última palabra ella comenzó a llorar desconsoladamente.
—Vamos de nuevo —Tom golpeó su cara con su mano
—Fue tu culpa —dijo Ki—. Ya pequeña, ya. No le hagas caso a tu papi. No llores nena, no
—¿Papi? —dijimos Thomas y yo al unísono
—Son sus padres, no tiene a nadie y ustedes han sido los elegidos
—Basta de tonterías Ki. Nosotros no podemos ser sus padres
Asentí.
—No pueden abandonarla en un orfanato. Ella no merece esos malos tratos
—Pero no tenemos dinero para mantenerla —dije mirando cómo la bebé intentaba acomodarse entre los brazos de Ki para calmar su llanto
—Bueno es solo una sugerencia —se levantó de la cama y me la entregó—. Ustedes deciden. Ah sí y gracias por la corbata
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Dos tontos y un bebé (Dylmas)
RandomUn par de tontos y un bebé en pañales que llegó inesperadamente a su hogar. ¿Serán capaces de cuidarl@? ¿O lo echarán todo a perder? ----------------------------------------------------------------------- Esta historia es COMPLETAMENTE mía no se ace...