Capítulo 13

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—No voy a subir —dije mirándolo con rabia—. ¿De dónde sacaste ese auto?

—Eso no importa. ¡Sube! —dijo mirándome serio—. ¿Quieres enfermarte o que la niña se enferme?

—El hecho de subirnos contigo no va a curarnos la gripe que posiblemente nos de mañana

—Por lo menos dámela, no dejes que se moje

—¿Más de lo que ya estamos?

Lo miré serio y giré hacia la derecha para continuar caminando, pude escuchar el motor del auto rugiendo levemente, para después ver al mismo posicionarse a mi lado.

—Dyl, sube, no te mojes

—Vete al diablo, prefiero mojarme que estar contigo

—Lo siento amor, sube y te lo explicaré todo

—¡No voy a subir!

—¡Dylan!

Detuvo el auto y se bajó de él, aceleré el paso, pero a pesar de eso logró alcanzarme. Nos miramos serios por un momento, la lluvia aún mojaba mi cuerpo y el de Thomas apenas comenzaba a mojarse. Su cabello comenzó a pegarse a su frente debido a la lluvia, las gotas provocaban que su rostro se viera más lindo de lo normal, no ¡contrólate, Dylan! ¡Contrólate! De pronto, su rostro serio cambió a un arrepentimiento total, sus labios temblaron y un pequeño sollozo salió de su boca. Dio un paso al frente y eliminó la distancia que nos separaba con un abrazo, pude sentir cómo lloraba sobre mi hombro.

—Perdóname, perdóname, Dyl —dijo con la voz entrecortada, mi cuerpo seguía quieto, no podía moverme, ni siquiera me nacía abrazarlo o decirle algo—. Soy un maldito inmaduro, soy un tonto, sé que no debí hacer eso, ni siquiera tuve razones, sé que me odias y posiblemente te de repulsión abrazarme; pero sube al auto, por favor, no quiero que nos separemos por una estupidez mía. En serio lo siento —se alejó de mí y me miró—. Eres lo más importante de mi vida, por favor, no me dejes

Se lo veía muy arrepentido, me lo delataban sus ojitos de borrego triste. Mis ojos se nublaron, maldita sea ya no quería llorar.

—No Dyl, no llores —dijo limpiando las lágrimas que habían brotado de mis ojos—. No quiero que llores por mi culpa

—¿Y qué quieres que haga? ¿Ponerme feliz porque te vi besando a una chica?

—No sabes cuánto lo siento, ni siquiera tengo un buen argumento para disculparme, pero lo que sí te diré es que estoy muy arrepentido de lo que hice, ya sé que te estoy hartando con mis estupideces, pero no me iré hasta que me hayas perdonado o por lo menos hasta que hayas subido al auto

Dudé unos segundos y miré al suelo, para ser sincero no quería, pero el balbuceo entrecortado de la bebé hizo que reaccionara y accediera, de seguro la pobre seguía con frío. Suspiré y asentí con la cabeza, de inmediato él sonrió.

—Bien, sube

Caminé hacia el auto y abrí la puerta con desconfianza.

—¿No importa si mojo el asiento? —le pregunté antes de sentarme

—Ni siquiera es mi auto —dijo después de soltar una sonora carcajada—. Sube, Dyl

Con cuidado coloqué todas las cosas en los asientos de atrás y subí con la bebé en brazos, quien levantó su cabeza en cuanto me senté, cuando su vista se posó en Thomas, sonrió y extendió sus brazos hacia él.

—¡Ommy! —exclamó y soltó una risita

—También me da gusto verte, bola de pelos —besó su pequeña mano y se bajó para abrir las puertas de atrás, en seguida comenzó a buscar qué sé yo en la pañalera

Dos tontos y un bebé (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora