Capítulo 45

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Abrí los ojos como platos sin despegar mi mirada de su pequeña cara que se había llenado de lágrimas nuevamente, aquellos ojitos que suplicaban una explicación de mi parte, la cual no podía decirle porque aún era muy pequeña y no entendía bien las cosas.

¿Cómo rayos sabe acerca de Thomas? ¿Quién se lo dijo? ¡Diablos! Todo iba demasiado bien. Juro que si fue Carmen la mato.
Tragué saliva y miré al techo en busca de una respuesta, mis dientes mordían mi labio inferior rápidamente, estaba desesperado, quería una respuesta que no le rompiera el corazón. Entonces se me ocurrió decirle lo que le dije a Carmen, no tenía más opciones y tampoco quería decirle la verdad.

—¿Quién es Tommy? —saqué todas mis habilidades como actor novato

—Mi papi, ayer me dijite que te habías enamoyado de un hombe y que se había ido de viaje. Ese es mi papi

¡CARAJO! Justo en el blanco.

—Amor no sé de qué...

—¡No me mientas! —me interrumpió con un grito—. Me dijite que diyías la verdad, dime one... —gimoteó—... ta

Solté un suspiro y me pasé la mano por la cara, ¿en serio se lo voy a contar?

—Ayer te lo dije, se fue de viaje —le contesté aguantándome las ganas de llorar

—¿Y po qué aún no vuelve?

Porque nos abandonó, pensé.

—Porque fue a comprarte juguetes en otro planeta

—¿Se fue en una nave? —su mirada de tristeza cambió drásticamente a sorpresa, asentí con la cabeza—. ¿Y cuáno reguesa?

—No lo sé, amor

—Llámalo —sacó mi celular de mi bolsillo y me lo dió—. Por favor papá, quero habar con él y decile que lo quero y que reguese sin mis juguetes, no me impota, quero estar con él

Sin querer, una lágrima se escapó de uno de mis ojos, me daba muchísima pena por ella, su inocencia era única y me provocaba mucha melancolía. Apreté mis labios y busqué el contacto de Thomas, que aún lo tenía agendado como: "Tommy ❤️", no tenía fuerza de voluntad para borrarlo o por lo menos para cambiarle el nombre a "T". Marqué su número, mandando al diablo la promesa que había hecho de nunca buscarlo. Pulsé el altavoz y juntos esperamos a que contestara. Tenía los nervios de punta, ¿qué pasaría si lograba contestar? ¿Qué le diría? Una parte dentro de mí quería que no contestara, pero otra que sí, solo para escuchar su voz una vez más. Sonó una, dos, tres, cuatro veces y nada, hasta que se escuchó un sonido diferente al tono.

Ah... hola...

—¡Papi! —chilló contenta

—¿Thomas? —susurré mientras sentía que mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho

...soy Thomas, este es mi buzón de voz, deja tu mensaje y te devolveré la llamada

—Es él, ¿verdad papá? ¡Hola papi! ¡Soy Cauda!

Con nostalgia colgué la llamada antes de que la voz del buzón siguiera hablando, miré a Claudia, quien lucía confusa ante lo que había hecho.

—¿Po qué le colgaste? ¿No eya él? —negué con la cabeza—. Peyo... peyo eya su voz

—Pero no era el mi amor, era solo una grabación

De inmediato gimoteó y comenzó a llorar mientras cubría su rostro con sus manos. Su llanto me incitaba a llorar también, así que no me contuve más y solté un sollozo, tomé a mi hija en brazos y la abracé con todas mis fuerzas para consolarme, ella era lo único que lograba hacerlo.

Dos tontos y un bebé (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora