Capítulo 49

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Desperté sobresaltado al escuchar la voz de alguien llamándome, era Crystal.

-¿Qué-qué ocurrió? -pregunté desorientado

-Lo siento Dylan -me dijo apenada

-¿Qué? ¿Por qué dices eso? -giré mi cabeza al escuchar a Holland llorando desconsoladamente y el miedo se apoderó de mi cuerpo

Me acerqué a ella a paso lento, imaginándome cosas terribles, deseando que lo que estaba pensando no fuera verdad. Caminé hacia Posey, quien tenía lágrimas frescas en sus mejillas y lloraba en silencio, por lo general, a él no le gustaba hacer escándalo para cualquier situación en su vida.

-T-Pose, ¿qué está pasando? -pregunté al borde de la desesperación

-Se nos fue hermano -dijo con la voz entrecortada

-¡¿Quién?!

-Tu niña -dicho esto, miró al techo con tristeza, parecía que estaba conteniéndose para no llorar, pero le era inútil

Sin creérmelo, rápidamente lo empujé para entrar y poder mirar a mi bebé. Ahí estaba ella, sus ojos cerrados, labios morados y piel pálida. Me acerqué a ella y la sacudí varias veces, sin embargo nunca respondió.

No. No. No.

-¿Claudia? -susurré, nada-. No... no por favor -continué moviéndola, seguía sin responder

Era cierto, ya no estaba conmigo.

-Clau -las lágrimas brotaron en grandes cantidades de mis ojos-. Abre los ojos... te lo pido, no me dejes solo

La abracé con fuerza y lloré desconsoladamente en su pequeño hombro. Ahora estaba solo, ya no la tenía a mi lado y todos los días se volverían grises.

-Adivina, ¿quién la mató? -helado, giré sobre mis talones y vi a un Thomas sonriente mirándome malévolo, traía consigo un cuchillo lleno de sangre

Seguía en shock, primero mi hija y ahora este pendejo, ¿qué hacía él aquí? Se acercó a mí lentamente, la sonrisa perversa no desaparecía de su rostro, me quitó a Claudia de las manos y la levantó a la altura de su rostro. Enterró el cuchillo en su delicado cuerpo y luego lo tiró al suelo.

-Al fin terminé con nuestro problema -dicho esto me lanzó el cuchillo a la cara

Desperté sobresaltado, gritando, sudando y llorando. No sabía dónde estaba ni qué había pasado, si Claudia en verdad estaba muerta o no, incluso si yo estaba vivo o no. De pronto, sentí que Melissa me abrazó, repitiendo las mismas palabras para que me calmara.

-¡Dylan! ¡Tranquilo! ¡Estabas soñando! ¡Cálmate!

-¡No! ¡No! ¡No! -gritaba desesperado, por más que quería calmarme, no podía

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-¡No! ¡No! ¡No! -gritaba desesperado, por más que quería calmarme, no podía

-¡Tranquilo! ¡Solo fue una pesadilla! -me gritaba, pero seguía sin reaccionar, me costaba mucho trabajo hacerlo

Dos tontos y un bebé (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora