Capítulo 31

549 51 128
                                    

—¿Hola? Sí, estaba llamando para saber si ya arrendaron el departamento —dije por el teléfono en cuanto una señora me contestó

—¿Disculpe alguien arrendó ya su departamento? —preguntó Thomas desde su celular

—Sí, el departamento ya tiene dueño—me respondió la dueña de la línea y yo solté un suspiro

—Ok, gracias, que tenga un buen día —susurré desanimado haciendo una mueca y colgué

—¡Pero solo es una bebé!—le gritó Thomas al teléfono—. ¡No! ¡Usted escúcheme! ¡Necesito un departament...! ¡¿Que soy joven?! ¡Mi novio tiene 18!... ¡¿Qué?! ¡¿Sabe qué?! ¡QUÉDESE CON SU DEPARTAMENTO, HOMOFÓBICA!—colgó y me miró enfurecido

—Tommy...

Solté una risita, en serio se veía muy cómico de esa manera, definitivamente a él no le quedaba el enojo en su tierna cara de bebé, parecía un perrito chihuahua enfadado a punto de atacar al primero que se le apareciera. Me acerqué a él a paso lento y con una sonrisa burlona en mi rostro, luego tomé sus mejillas para poder besar sus labios.

—Tienes que calmarte, pequeño—le sonreí y de inmediato sus ojos se llenaron de lágrimas—. ¿Por qué lloras, amor?

—Es que... estoy preocupado —su voz se quebró—, estresado, cansado. Dyl, si no conseguimos algo rápido no tendremos donde vivir. Además son las dos de la mañana, no hemos dormido, mañana debemos trabajar y te juro que siento que la cabeza me va a explotar

—Ven aquí —rodeé su delgado cuerpo con mis brazos y comenzó a llorar en mi pecho, por lo que acaricié su espalda—. Tranquilo bebito, encontraremos un departamento antes del sábado

—¿Y si no? —me miró con sus ojitos llenos de lágrimas

—Pues Kaya o Ki tendrán que darnos posada

Asintió con la cabeza y se deshizo de mi abrazo. Tomé su mano y lo llevé directo a nuestra habitación. Ambos nos recostamos en la cama formando la posición de la cucharita. Lo abracé y besé su cuello delicadamente, acariciándolo con mis labios y disfrutando de su delicioso aroma que tanto me encantaba.

—Hasta mañana, Tommy

—Hasta mañana Dyl

No iba a mentir, yo también estaba estresado, la cabeza también me iba a explotar. Quería llorar al igual que Tom, pero a veces prefería no desahogarme con llanto, ignorar los problemas hasta que desaparecieran y no dejar que la preocupación me consumiera y provocara que me desahogase en llanto. Un par de minutos fueron suficientes para planificar lo que haría al día siguiente, o bueno, en unas cuantas horas, luego el sueño me ganó y me quedé profundamente dormido, abrazado al delicado cuerpo de Tommy.

***

Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar el llanto de Claudia, de inmediato sentí un terrible ardor en ellos y los volví a cerrar, para por lo menos dejar de sentirlo. Maldije para mis adentros, había dormido como cuatro horas y me sentía terrible y cansado.

—¿A quién le toca? —dije con los ojos cerrados aún

—No sé —la voz de Thomas sonó terrible—. Ve tú

—Ay Tommy

—Por fa, amor

—Ah, está bien

Me levanté de la cama a paso de zombie y fui directo a la habitación de la bebé. La tomé en brazos y comencé a dar palmaditas en su espalda, para calmarla.

—Tranquila amor, tranquila

Bajé a la cocina y calenté leche para después colocarla en el biberón. Interrumpí el llanto de Claudia con el mismo, con suerte se calmó y se concentró en beber el contenido del biberón. Fui hacia la puerta y la abrí para recoger el periódico del día de hoy, después cerré la puerta con mi pie, apenas emparejándola, rodé los ojos y continué caminando, estaba demasiado cansado como para regresarme a cerrarla, además el edificio era seguro, sabía que no pasaría nada. Regresé a nuestra habitación y me recosté al lado de Thomas. Senté a Claudia entre ambos y cerré los ojos para volver a dormir, por lo menos por algunos minutos hasta que no tocara la hora de alistarnos para ir a trabajar. Pasaron quince minutos, cuando sentí que alguien golpeó mi cara, abrí los ojos y vi a mi hija con una sonrisa en su rostro.

Dos tontos y un bebé (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora