Capítulo 43

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—¡Allá ta mi papá Tyler! —chilló mi hija en cuanto habíamos llegado al parque, a continuación se soltó de mi agarre y corrió hacia él—. ¡Papá Tyler! ¡Papá Tyler!

—¡Hola mi vida! —exclamó mi muchacho mientras la levantaba en los aires y le llenaba de besos—. ¿Cómo has estado mi amor?

—Muy bien pa

—¡Eso me gusta escuchar! Oye, ¿y Corny?

—Etá secánose en mi casa, mi papá Dylan insitió en lavarlo

Corny era el unicornio de Clau, el que Thomas y yo le habíamos comprado hace más de un año, aquel peluche que no soltaba ni para ir al baño desde que era una bebé.

Corny era el unicornio de Clau, el que Thomas y yo le habíamos comprado hace más de un año, aquel peluche que no soltaba ni para ir al baño desde que era una bebé

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Lo llevaba a todo lados, al parque, a la juguetería, al set de Teen Wolf, a mis entrevistas, incluso cuando iba a dormir. Era su mejor amigo, y como siempre lo tenía con ella, por ende no conservaba su lindo color blanco y se hacía negro en menos de una semana, pero Claudia nunca quería lavarlo, con suerte había logrado convencerla luego de comprarle una funda gigante de caramelos y vestirme de princesa para jugar con ella en su castillo imaginario, sí señores, Reina Claudia no aceptaba nada a menos que le dieran algo a cambio, Posey la llamaba mujer de negocios.

—Me imagino que Corny debe estar muy sucio

—¡No mucho! ¡Mi papá esageya! ¡Sólo etaba un poquito nego!

—¿Un poquito o demasiado? —pregunté mientras me les acercaba, Tyler sonrió y me besó

—Bueno cicueta cicueta —solté una risita y pellizqué levemente las mejillas de mi hija

—Hola pequeño —me saludó Ty

—Hola bebé, ¿me extrañaste?

—Muchísimo —volvió a besarme

—¡Oigan ya! ¡Dejen sus cayiñitos y vamos a la yesbaladeya! —chilló mi hija y ambos nos separamos

—Niña celosa —alboroté su cabello y ella sonrió

***

—Tyler agárrala —advertí a mi novio mientras sostenía a Claudia desde el comienzo de la resbaladera

—Tranquilo amor, lo haré, ya suéltala

—Pero agárrala, ¿sí?

—Que sí Dylan

—Ahí te va

—Estoy esperando

—Sí, sí, aquí va

—¡Papá ya suétame! —exclamó una Claudia muy cansada de la situación

—¡Ya, ya! ¡Qué impaciente! —dicho esto la solté con el más mínimo cuidado, cerrando mis ojos por si le pasaba algo

Dos tontos y un bebé (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora