Capítulo 42

525 51 280
                                    

Nota: No olviden leer el anuncio del final, es importante.

-------------------------------------------------Algunas semanas después-------------------------------------------------

—¡Hola bebé hermosa! —chilló Holland cambiando el tono de su voz normal a uno muy agudo, tomó a Claudia en brazos y ella rió—. ¿Cómo está la princesa más hermosa de este mundo? ¿Ah? ¿Bien o mal? Ay cosita hermosa, preciosa y bella

—Parece una abuela después de días sin ver a sus nietos —dijo Hoech

—Peor —reí

—Hola lindura —saludó a mi hija mientras la cargaba y besaba su mejilla—. ¿Cómo está la niña más linda del mundo? —le preguntó con una voz muy dulce que provocó que una sonrisa se formara en mi rostro—. ¡Qué preciosa! ¡Qué preciosa eres! ¡Igual que tu papá! —con cada frase que el ojiverde pronunciaba, levantaba a mi hija a unos cuantos centímetros de su cara, provocando su tierna risita

—¡Oye Dylan! —me gritaba Holland, pero no le presté atención, miraba como idiota a mi amigo tonteando con mi bebé—. ¡Tierra llamando a Dylan! ¿Hay alguien con vida por ahí? —preguntaba a la vez que golpeaba mi cabeza

—¿Qué ocurre Holls? —la sonrisa de idiota no se me borraba de la cara

—Ya le está creciendo el cabello a Claudia y tú ni siquiera la peinas

—Se ve bien así, déjale

—¡No! ¡Para nada! ¡Toma una peinilla! —me la dió y yo la miré confundido mientras se acercaba a Hoech y se la quitaba de las manos para traerla hacia mí

—¿Y esto cómo se hace? —pregunté muy extrañado mientras me sentaba en un sillón, ya que nunca en mi vida había peinado a alguien

—Mira —se colocó a mi lado y sentó a Claudia sobre regazo—. Tomas su cabellito y lo divides, eso sí depende del peinado que vayas a hacerle, después agarras un lazo o una liga —sacó una de su bolsillo, creo que todas las mujeres tenían una despensa de esas en su bolsillo—. Y haces una coleta—dicho esto, hizo varios movimientos raros con sus manos y formó una coleta demasiado pequeña, tan diminuta que daba mucha ternura—. Y así en el otro lado —y en menos de un parpadeo, la otra coleta ya estaba terminada

—Espero poder hacerlo más adelante, porque no te entendí nada

—Claro que podrás, Dylan. Ya lo verás

—A decir verdad, no le queda nada mal esas coletas —comentó Hoech mientras se acercaba y tomaba el cabello de Clau delicadamente—. Es una pequeña chilindrina

—Chicos, ¿qué tal me veo? —todos giramos nuestras cabezas al escuchar la voz de Posey, quien traía un montón de maquillaje en la cara, el cual lo hacía lucir como un hombre lobo

Estuve a punto de decir que se veía cool, si no fuera porque Claudia soltó un grito y salió corriendo lejos de nosotros muy asustada.

—¡Malo! ¡Malo! —gritaba mientras corría desesperadamente

—¡Claudia espera! —me levanté de un salto y corrí tras ella

Por más que le gritaba que se detuviera, Claudia nunca se detenía, corría desesperada mientras lloraba y gritaba, se la notaba muy asustada, ¿y quién no? ¿Cómo le explicabas a una bebé que solo era maquillaje para grabar una escena?
Sólo bastó de un segundo en el que giró su cabeza para comprobar si Tyler la venía persiguiendo; para que se tropezara con un zapato y cayera al suelo. Ahí fue cuando el llanto aumentó, con sus manos temblorosas, tomó el lado derecho de su cara, justo en el lugar donde se había golpeado. Llegué hasta ella lo más rápido que pude y la cargué, automáticamente se abrazó a mi cuello y lloró en mi hombro.

Dos tontos y un bebé (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora