Capítulo 29

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---------------------------------------------Días después-----------------------------------------------------------

—¡Ya voy! ¡Ya voy! —exclamé desesperado mientras corría a abrir la puerta de mi casa

—¡Hola Dylan! —chilló Kaya en la puerta y se lanzó a mí para abrazarme

—Hola —dije con algo de dificultad, ya que estaba abrazándome muy fuerte

—¿Dónde está Thomas? —exclamó desesperada

—En el bañ...

—¡THOMAAAAS!

—¿Qué te ocurre? —la seguí y la vi entrar al baño

En seguida se escuchó un grito muy agudo por parte de Thomas. Al llegar ahí lo vi tapando torpemente su cuerpo desnudo con una toalla y Kaya salió corriendo a la velocidad de la luz a mi lado.

—¡No ví nada! ¡No ví nada! —exclamó entre risas sin despegar sus manos de sus ojos

Thomas se enrolló la toalla as su cintura y nos miró a Kaya y a mí confundido.

—¿Qué es todo esto?

Yo me levanté de hombros y miramos a Kaya.

—Lo siento... es que... —suspiró y después sonrió—. ¡Me aceptaron para actuar en una serie!

—¡¿QUÉÉÉÉÉ?! ¡¿DE VERDAD?!—exclamamos al unísono, una sonrisa se formó en nuestros rostros

—¡SÍ! ¡SÍ! ¡SERÉ ACTRIZ, CHICOS!

—¡Felicidades! —la abracé—. Estoy orgulloso de ti, pequeña

—Gracias Dylan

—Si hay alguna oportunidad para este bombón, no dudes en avisarme —dijo Thomas abrazándola—. Recuerda que también me interesan las artes escénicas

—Gracias por tus felicitaciones, Thomas

—Hablo en serio —rió—. Pero felicidades, eres mi orgullo. Al fin lo lograste, siempre lo has querido

En cuanto se separamos, pudimos notar que Kaya tenía varias lágrimas en sus mejillas.

—Awww, alguien está muy feliz

—¡Abrazo grupal! —chilló Thomas y los tres nos dimos un abrazo

En ese momento se escuchó el llanto de Claudia.

—Esperen, ya regreso —dicho esto fui a paso rápido a la habitación de Claudia

Al llegar ahí, prendí la luz y la ví parada en el filo de la cuna llorando, su cabello estaba húmedo por el sudor y sus mejillas estaban rojas.

—Ya mi amor, tranquila, ya estoy aquí —le sonreí y la cargué—. No llores, la tía Kaya está aquí, y no puedes recibir a tu tía llorando —besé su mejilla y salí de la habitación

Regresé al baño, donde había dejado a mi novio y a mi amiga, sin embargo, ninguno de los dos se encontraba ahí. Me levanté de hombros y fui a mi habitación, a unos cuantos metros de este escuché algunas voces y risas, sonreí y avancé el paso. En cuanto entré, la vista de Kaya se posó en Claudia, acto seguido, extendió sus brazos hacia mí con una gran sonrisa en su rostro, por lo que se la di y ella la abrazó.

—¡Hola Clau! ¡Qué linda bebé! ¡¿Por qué lloras, amor?! No, no llores —comenzó a moverla de arriba hacia abajo—. Tiringuiringuirongui —Claudia paró su llanto y comenzó a reír

—¿En qué idioma acabas de hablar? —preguntó Thomas frunciendo el ceño al igual que yo

—No lo sé, las abuelitas siempre hacen eso con los bebés

Dos tontos y un bebé (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora