Capítulo 6

1.1K 119 98
                                    

Kaya nos fulminó con una terrible mirada, si las miradas matarían, posiblemente Thomas y yo ya estaríamos enterrados cuatro metros bajo tierra. La bebé no dejaba de llorar y retorcerse en los brazos de mí amiga, cosa que incrementaba aún más mi dolor de cabeza.
Ni Thomas ni yo sabíamos que hacer ni qué decir. Ki abrió sus ojos como platos a pesar de que tuviera ojos rasgados. Entre los tres nos mirábamos en busca de una respuesta para Kaya, pero cómo ya dije, ninguno de nosotros sabía qué decir. Miramos atónitos a Kaya mientras ella nos miraba furiosa y mecía a la bebé para que se callara.

—¿Me van a decir de donde sacaron a está bebé?

—Es... es... —tartamudeé

—Mi prima —me interrumpió Thomas levantando su mano, como si fuese un estudiante en un salón de clases pidiendo la palabra

—Exacto

—¿Ah sí? ¿Y la encargaron con su vecina?

Ambos asentimos con la cabeza.

—Pues se veía enojada, más vale que vayan a disculparse

—Mira Kaya haremos todo lo que quieras cuando mi maldita jaqueca termine —dijo Thomas frotándose las sienes

—Bien... —se acercó a mí y dejó a la niña sobre mí—. Por lo pronto cuídenla y no les molestaré más

Y sin más que decir, mi amiga salió de la habitación soltando un portazo.
La niña quien no dejaba de llorar, se abrazó a mi cuello y comenzó a babear mi hombro.

—Ya, ya —le dije mientras acariciaba su espalda

—Dile que se calle —me dijo Thomas

—Sí claro como si me fuera a obedecer

—Debe tener hambre —dijo Ki

—Iré a ver qué tiene Kaya

Me levanté con la niña en brazos y bajé a la cocina de Kaya, donde se encontraba ella bebiendo una tasa de café. Su vista se posó en el saco de popó llorón y sonrió ligeramente.

—¿Tienes algo de leche? —ella asintió señalando el refrigerador mientras masticaba un pedazo de pan

Abrí el refrigerador y saque un envase de leche que tenía una vaca alegre en él.
Tomé un vaso y vertí su contenido en él, dejé la leche en su lugar y fui hacia el microondas para calentarla un poco, cuando el pitido retumbó en mis oídos, oprimí el botón de abrir y tomé el vaso para después sentarme en una silla que estaba cerca de Kaya.
Senté a la bebé en mi regazo y le acerqué el vaso a su pequeña boca para que bebiera su contenido.

—Es muy linda, ¿cómo se llama? —me dijo la pelinegra mirándonos con ternura

Rayos. Piensa en un nombre otra vez, maldición, ¿qué nombre le había dicho a Fernanda?

—Ah... se llama Millie

Muy bien Dylan, acabas de bautizar por segunda vez a la niña.

—Es un lindo nombre

Cuando la niña terminó su leche, giró en su sitio y me abrazó, levantó su cabeza y me miró con sus grandes ojos. Su mirada provocó que una sonrisa se formara en mi rostro. Era muy tierna, no iba a mentir. Balbuceaba cosas sin sentido, cosa que provocó que una risita saliera de mi boca.
La abracé contra mi pecho y acaricié su espalda, pensando en toda la aventura que Thomas y yo tendríamos que emprender para dejarla en el orfanato.

***

—¿En serio no encontraste un lugar mejor para bañarla? —me dijo Thomas mientras se cruzaba de brazos

Dos tontos y un bebé (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora