Camine hasta el restaurante donde suponía estaba Elif junto a Tessandra, no había tenido la oportunidad de hablar con ella pero sabía que moría de ganas por contarme todo, lo sabía, la conocía a la perfección. Abrí las grandes puestas de madera fina un candelabro en el centro del salón, la academia fue construía en el antiguo castillo de la reina Gretel Küter, quien gobernó en los siglos (XVIII D.C). La gran mayoría de las cosas originarías se conservaban como ese antiguo candelabro, las gárgolas que custodiaban la entrada y algunas ventanas, unas armaduras de decoración por algunos pasillos, los pasadizos secretos. El piso subterráneo, la biblioteca original, creo que lo único que se cambió fueron los dormitorios los agrandaron y capacitaron para tres personas.
En los planos originales del castillo en el primer piso habían dos grandes salones, cuando se construyó la academia estos se separaron dejando sólo uno como salón de fiesta y el otro lo convirtieron en los comedores, capacitaron para incluir más baños y también duchas. En los lados éste y oeste están los salones, porque no sólo nos enseñan a pelear eso sólo son pequeños fragmentos, también nos enseñan a grabar runas, historia de la hermandad, historia de la corte imperial vampírica, primeras generaciones y otras. Aunque las importantes era los entrenamientos y las runas.
-Ana- mí nombre resonó por una voz que conocía muy bien, Sonreí mientras caminaba hacía la mesa en la que se encontraba Tessandra- Taran, sorpresa- dijo cuando llegue a ella.
-Y vaya que gran sorpresa- conteste sonriendo, ella se encontraba sola en una mesa- me alegra mucho que mis dos hermanas estén acá.
Su sonrisa se ensancho aún más, verla aquí después de casi siete meses era increíble y además portando el uniforme de la academia era aún más increíble, hacía tanto tiempo no veía a Aaron ni a mí padre. Pues sólo nos dejaban hacerlo tres semanas cada año, al principió fue muy difícil acostumbrarse lo admito pero después ya no fue tan difícil hacerlo, me senté en la mesa soltando un suspiro.
-¿Y Elif?- preguntó ella.
-Am... No lo sé, creí que estaba contigo- ella negó- Bueno es obvio que conmigo no está, ¿ya te dieron los horarios?- pregunté.
-Sí, mí equipo está al mando de la profesora Melendi.
-Una gran maestra, me siento orgullosa de ti- agregue.
Hace dos años no veo a nadie relacionado con la familia Cranwel, mucho menos a Derek y lo que sabía eran cosas pequeñas que de vez en cuando se infiltraban por los corredores de la academia, después de aquella noche no quise saber más nada de nadie y simplemente me aleje. Pero era imposible ignorar todo y hacer de cuenta que nada paso cuando ahora yo pertenecía a éste mundo y tenía que formar parte de él. En las noches aún tengo pesadillas que en serio son horribles, las he superado pero con mucha dificultad, nada fue, ni ha sido fácil.
Todos tenemos un pasado, una vida, un recuerdo que quisiéramos evadir ó borrar de nuestras mentes, pero... Es imposible hacerlo, por lo menos yo desearía jamás haberme enamorado de Derek, nunca haberme enterado de todo de la manera en la que lo hice. Y que mí madre hubiera tenido la oportunidad de decírmelo toda la verdad, lo único que me quedaba de ella, era una vieja carta que me había escrito y una antigua foto, la cual reposaba en los altares del patio interno de la academia. Allí en ese lugar estaba todas las fotos de las generaciones de familias de cazadores que se fuero extinguiendo con el paso del tiempo, de la familia Braus sólo quedábamos mí tía y yo.
...
-¡Tiempo!- exclamé, mientras Evans se reponía de haber pasado por el circuito.
Eran aproximadamente las cuatro de la tarde había terminado los ejercicios con mí equipo y ahora seguía con Evans, quien parecía estar demasiado cansado, su respiración era pesada y tenía sus manos apoyadas en las rodillas, acaba de terminar la primera prueba y era pasar el tercer circuito de la academia. Sinceramente pensé que lo haría mejor.
ESTÁS LEYENDO
Sueños #2
Про вампиров-Vamos- dice él con la respiración cortada- de muestrame que mereces el lugar que tienes, que mereces llevar el apellido una Braus. -No necesitó demostrarte nada- conteste con la quijada apretada. -Tienes razón, pero claro, ¿qué se puede esperar? sí...