Sueños #2

Capítulo 25 Verdades Al Descubierto

Entre al mundo de los sueños, un misterio más que resolver, aún me falta mucho más para comprender está habilidad. De pronto sentí que abrieron una puerta la transcendencia de la realidad y el sueño se estaban uniendo de una manera que jamás la había sentido, vi la silueta de un hombre y por alguna razón me hacía recordar esos momentos de angustia en esa miserable mansión. Sentía muchas ganas de atacarlo pero sabía que estaba dormida, no sé cómo fue, ni cómo lo hice pero ese hombre empezaba a retocerce por causa mía. Estaba dormida pero parecía que así hiciera más daño que despierta. Luego sentí que realmente allí en la habitación había alguien. Abrí mis ojos y cuál sería mi sorpresa ver a la criatura que me puso en este lugar, no podía ni siquiera pronuncia una palabra. Su presencia era una mala pesadilla para a mi. Ni siquiera era miedo. Era rabia e importencia por a ver sido maltratada por él.

- Perdón por lo que ocurrió- empezó a decir, jamás había conocido una persona tan cínica en mi vida- en la última vez que nos vimos. No me comporte como un digno guerrero.

- Eres un idiota cobarde. ¿Qué haces aquí? Debería llamar  a seguridad para que te capturen de una vez y dejes de molestarme.

- Sabes que no lo harias. Tú mayor satisfacción sera el día en el que con tu látigo me quites la vida que aún sostengo. Si te interesa tengo unos datos que te pueden servir ya que una gran bruja me ha revelado grandes cosas sobre ti. Y tu familia- sentí ma rabia acumularse en mis mejillas, ¿cómo no lo sospeche antes? Era aliado de la bruja- Considerarme un rival que quiere que lo sepas todo y de esa misma forma tus habilidades se fortalezcan de tal forma que seas capaz de mostrar a todos tu gran poder- prosiguió- Así podría morir con todo el honor. Si quiere saber un poco más. Búscame en el lago del norte. Por el momento, te he brindado un poco de mi sangre también para ayudarte a recuperar rápidamente. Recuerda que te están mintiendo.

El Susodicho se retira de la habitación sin dejar rastro cómo siempre lo hace. Me dejó intrigada cuando dijo que me estaban mintiendo, me quede un segundo mirando a la nada, ¿a qué se refería con “Te están mintiendo”? viniendo de la bruja dudaba mucho que fuera cierto, me estaba debatiendo conmigo misma en ir o no ir, ese psicópata iba a matarme y ahora venía a ayudarme de verdad que no entendía. Toda mi vida a sido basada en mentirás, aún después de tantos años oscuros secretos seguían guardados y lo más jodido de la situación era que todos parecían saberlo y yo no, toque el dije que me dio mí padre y lo abrí para ver la foto de mí madre, tenía ganas de llorar, mis hermanas entraron por la puerta con cara de preocupación.

-Hermana ¿estás bien?- preguntaron al unísono.

-He visto cosas que nadie podría imaginar y ese imbecil no me matará, le enseñaré una lección de vida que jamás olvidará- fue lo único que dije, aún mirando la foto se mí madre.

...

Mientras se llegaba la noche me había quedado pensando todo lo que había vivido en mí vida, desde que me había vuelto cazadora todo se había puesto mucho más desastroso, en repetidas ocasiones había estado apunto de morir poniendo en peligro también a mí hermana. En nuestra primera misión hice que me jurara que jamás se sacrificaría por mí, si en algún momento tenía que escoger entre mí vida o la suya sin pensarlo debía escoger la suya, miraba por el balcón de mí habitación, hacia unas horas me habían dado de alta y me encontraba sola en el pequeño apartamento.

Tome la decisión de ir a la cita que me había puesto el demonio, tal vez la gran mayoría de lo que me dijera fueran mentiras, pero mí curiosidad pudo más. Estaba en esos tiempo donde gota a gota la mente se agota, ni siquiera empezabas a notarlo, lo hacías cuando ya era tarde, cuando ya estaba acostado en una cama maldiciendo tú nombre y existencia. No sabía con exactitud que pretendía Cristofer por eso me arme bien, llevaba mí látigo y la daga, mi grabador de runas por si debía grabar alguna, me puse unos leggis negros, uno botines de tacón hasta los tobillos color negro, una blusa de tiras cruzadas blanca y una chaqueta de cuerpo.