Capítulo 45 Falsa Bruja

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-Buena broma hermana- hable a la nada mientras ella seguía ahí, acostada y sin moverse- Ya puedes levantarte, ya puedes abrir los ojos- no estábamos nadie más que ella y yo en el gran salón, las velas iluminaban su fantasmagórica apariencia- Levantate- le suplique.

Tenían a Betzzaveth en la sala de interrogaciones y aunque Derek había movido sus influencias para que me dejaran entrar no quise estar en su confesión, todos dormían en sus habitaciones y Aaron había podido calmar a Marco y a Claudia y a mi hermana, ahora estaban en mi apartamento. Mi hermano mayor se dejo dominar por sus emociones perdió el control convirtiéndose en hombre lobo y perdiéndose en el bosque, yo estaba en la sala donde tenían a mi hermana, quería despedirme de ella como era debido, me acerque a su cama y me arrodille juntos a ella, tome su pesada mano con la mía y estaba fría, inmóvil, estaba muerta. No quería aceptarlo, me negaba a creer que ya no estaba con nosotros, que se había ido, mi lado irracional me decía que aún estaba viva, que en cualquier momento despertaría y se levantaría de esa cama tétrica, bese cada uno de sus nudillos con una presión que me oprimía el pecho, que me asfixiaba y no me dejaba respirar, el pecho me dolía, la garganta la tenía carrasposa, los ojos hinchados de tanto llorar. Ni aún cuando mi madre murió había sentido tanto dolor junto, tantos sentimientos encontrados, la familia que mi padre había construido se estaba desmoronando, nuestro hermano estaba perdido en el bosque, su esposa he hija estaban emocionalmente perdidas y yo, bueno, yo no sabía como ayudar a reconstruir lo poco que teníamos, estaba atada de manos. Me quede en silencio esperando la reacción de ella, pero seguía sin respuesta, una rabia invadió mi sistema central, adrenalina subió por mi columna vertebral haciéndome poner de pie.

-¡NO SEAS TAN HIJA DE PUTA!- exclame, llorando- ¡HA SIDO SUFICIENTE, LEVANTATE, VAMOS, NO PUEDES DEJARME!- Le di un puñetazo a la barandilla de la cama, lasimandome los nudillos- ¡ACASO NO VEZ EL DOLOR QUE CAUSAS, LEVANTATE!- la tome de sus hombros y empecé a sacudirla.

Tenía la esperanza de que despertase, de que abriera los ojos, seguía llorando mientras sentía que el dolor combinado con rabia me nublaba el juicio, ella no podía dejarnos, no podía dar su vida por mí yo se lo había prohibido, le di un manotazo a un objeto en especial a mi costado derecho tirándolo al suelo. Tenía rabia, sentía que ese fuego amenazaba con consumirme, solté un grito de frustración, combinado con lágrimas, mis pies fallaron y caí golpeándome las rodillas, me quede mirando a las baldosas, sin poder contener el llanto, le di un puñetazo al suelo, luego otros. Gritaba, sollozaba, gemía, mientras seguía golpeando la cerámica de mármol blanco, sentí como me tomaban de la espalda y me ponían de pie, sacudieron mis hombros así que me obligaron a mirar hacía el frente, era Derek, me miraba reflejando toda la preocupación del mundo, sus ojos se cristalizaron al verme tan mal, tan destruida. Tomo mis manos y miro mis nudillos los cuales sangraban con abundancia, me beso cada uno de ellos mientras una lágrima se deslizaba por su nariz, al llegar a la punta de está cayo al suelo, me arrodille sosteniendome de su cuerpo. Él se arrodillo a mi lado y me abrazo.

-No te hagas daño, por favor- susurro mientras acariciaba mi cabello, solté un sollozo- Dime, cómo puedo ayudarte, cómo te quito ese dolor- me quede en silencio pensando.

-Matame o apagala- le dije, el fruncio ligeramente el ceño sin entender- Apaga mi humanidad, haz que se apague, puedes hipnotizarme hazlo- le suplique, él negó.

-Jamás, anais, prefiero verte sufrir a apagar tu humanidad- me aparte de él bruscamente y me puse de pie.

-Quiero estar sola- conteste y salí de la habitación.

Era muy tarde, casi la una de la mañana, para ese entonces ya todos dormían y el interrogatorio había terminado, estaba dispuesta acabar de una vez por todas con ella, sentía que la rabia era tanta que me ahogaba, esto me traería consecuencias y graves podrían incluso, condenarme y mandarme a Estalagmita17 éste lugar era una cárcel de máxima seguridad, allí mandaban a los presos más peligrosos. El cónclave manejaba tres centros de reclusión y en estos estaban aquellos seres más tenidos de todos, incluidos cazadores de demonios, Amenadiel15, Gorgona16 y ya la antes mencionada Estalagmita17 en estas tres cárceles podrías encontrar lo peor de lo peor y en las tres estaba hospedados muchas personas mandadas por mí. Abrí en ascensor y marque el piso subterráneo, de inmediato el aparato empezó a bajar, limpie mis lágrimas y trate de disimular todo lo que llevaba atascado dentro, todo lo que suprimía mi pecho, el lugar estaba oscuro y en silencio, supuse que si no estaban en éste lugar estarían al fondo custodiando a la bruja. Camine por el pasillo largo con puertas a los lados, gire a la izquierda y al fondo había una oficina con las luces encendidas, adentro habían cuatro centinelas, me imagine que Betzzaveth estaba en la sala de interrogaciones enseguida bajo llave, mi pecho subía y bajaba y no podía controlar la ira y el dolor que sentía, fui hacia los interruptores de luz, abrí la tapa y corte los cables, provocando que así se fuera la luz por completo y se apagaran las cámaras de seguridad, lo chicos verificaron que la puerta de la presa estuviera con llave y salieron corriendo por las escaleras.

Sueños #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora