Entre a la terraza y seguida de mí entraron mí hermano y Vladimir, el resto del equipo se habían quedado abajo, arrestando a los demás secuaces. Macristen tenía a dos brujas y el resto eran neófitos, recién convertidos, humanos que no recordaban nada de su vida y sólo la obedecerían a ella. Aaron se abalanzo a uno de ellos por que estaba apunto de herir a Derek, pero eso no me importaba, yo estaba buscando a alguien más, mi otro acompañante le dio en el cráneo a otro tipo y éste cayo sin vida al suelo, al dos metros de mí vi a mí hermana en el suelo, miraba al cielo Mientras veía como su pecho subía con dificultad, me acerque a ella lentamente luego, al ver la sangre en su ropa y en la cerámica corrí hacia ella. Sentí un vuelcon en el pecho, mis manos empezaron a temblar, algunas lágrimas se acumularon en mí rostro, Mientras luchaba con la incontrolables ganas de no llorar, me arrodille a su lado he hice presión en sus heridas, cinco puñaladas en el abdomen, salía mucha sangre que manchó mi ropa. Aaron seguía en di forma animal y peleaba con quien sabe que. Derek, se acerco a mí y levanto la cabeza de Anais mientras la miraba horrorizado, sus lágrimas cayeron, él... Él estaba llorando por ella.
-¿Enloqueciste Anais?- le pregunté con rabia- ¿Por qué lo hiciste?- le pregunté, pero ella seguía ida, no me contestaba nada, tosio brevemente y más sangre salió por su boca, ella estaba realmente mal- No vas a morir- dije llorando- te llevaremos a un hospital.
-Ana, mirame, todo va a estar bien, vas a estar bien- Contesto Derek sobando su rostro, sentía dolor, miedo, más miedo, miedo a perder a mí hermana. Ella negó, cerro sus ojos un momento y trago saliva, le costaba mucho respirar.
-Dejame ir- suplicó en un hilo de voz casi irreconocible, tomó mi rostro y mancho mi mejilla de su sangre- Estaré bien, no tengo más miedo, quiero morir- unas pequeñas lágrimas se deslizaron por el rabillo de su ojo.
-¿Cómo me pides eso, hermana?- sentía dolor, mucho, y no sabía que debía ser- No puedo hacer eso, debes vivir, debes estar con nosotros, somos tu familia.
-Ya no quiero sufrir más, sólo dejame ir- volvió a suplicar, tosió y tomo una gran bocanada de aire, su pecho subía y bajaba violentamente. Miró a Derek y lo tomo del rostro sonriendo- Te amo y te amaré intensamente por el resto de mí vida- le dijo, cerro sus ojos y poco a poco su pecho empezó a dejar de subir y bajar, su respiración ya no estaba acelerada, era como si, como si se hubiera quedado dormida y está vez no despertaría jamás.
-¡Ana!- la llamé- ¡ANAIS, ANAIS, DESPIERTA!- le griten mientras sentía que el dolor en mí pecho me consumía por completo- ¡VAMOS, DESPIERTA, NO PODES DEJARNOS, NO DEBERÍA TERMINAR ASÍ, ANA- le grite zarandeando su cuerpo- Dale sangre de vampiro- le dije a Derek- Vamos, puedes salvarla- Él negó llorando.
-Ya es tarde- contesto, su rostro estaba pálido, sus labios agrietados, resecos y blancos. Negué abrazándola, no debía terminar así, no ella que había sacrificado todo por salvarnos. Mi hermano se acercó a nosotros su pelaje estaba lleno de sangre, abrazo a mí hermana soltando un aullido de dolor, poco a poco adquirió de nuevo su forma humana, lloraba, lloraba sin consuelo alguno, mientras estrujaba más el cuerpo de Anais contra el suyo.
...
Recuerdo que en nuestra primera misión fallamos y casi me cuesta la vida, esa noche me hizo jurarle ante el altar de su madre que jamás volvería a intentar sacrificarme por ella, pero la promesa no aplicaba para ella. Anais nunca debió suicidarse para salvarnos, ella debía haber vívido para compartir tiempo con nosotros, ella debía de haber pensado primero en su familia que en la hermandad, sentía rabia, rabia con la vida, con el destino, con Dios, ella lo único que hizo fue proteger el mundo que él había creado y se la llevó, lo que más me partía el alma es saber que ella me suplicó dejarla ir, que la dejara morir, mí hermana sufría en silencio y de eso jamás nos enteramos, ella no era feliz. Las últimas 72 horas habían sido un infierno, de dolor y llanto, de reprocharle a los ángeles por que tanta crueldad con quien tanto les sirvió todo era una pesadilla de la cual jamás despertaríamos, ¿cómo llegaría a casa sabiendo que ella no estaría para recibirnos?¿cómo seguiríamos en la hermandad sabiendo qué no estaba ella para impulsarnos?. Contemplaba el más majestuoso sepulcro de todos, al frente de mí estaba el ataúd que contenía el cuerpo inerte de mí hermana, la tapa permanecía sellada, habían flores, muchas, a ella le encantaban, habían coronas de rosas y gardenias, habían velas en cada esquina de el. Mí padre lloraba, lloraba sin consuelo, gritaba sin importar que sus cuerdas vocales se desgarrarán y abrazan el ataúd de ella. Tessandra permanecía a mi lado, cabizbaja y abrazando su retrato. Habían miembros del cónclave, cazadores y centinelas. Evans lloraba su muerte, le dolía, nos dolía a todos. Deneb se acerco al ataúd apoyando en su bastón, iba a decir unas palabras.
-Hemos perdido a una de las más grandes héroes de nuestra hermandad- empezó hablar él- Siempre solía escuchar quejas y reclamos de ella, de su rebeldía he insolencia, nunca me importó, su presencia en nuestro mundo representaba para mí, lo que siempre fuimos, y dejamos de ser hace mucho, creemos ser puros por nuestro linaje, pero me da asco saber que sólo hay corruptos, avariciosos, egocéntricos y envidiosos en mí hermandad, en una hermandad que solía actuar por lo correcto. Siempre admiré su forma de pensar, su condición mundana que la hacia actuar por lo que le gritará su corazón y no el cerebro- algunas lágrimas se realizaron por sus ojos- Tenemos mucho que aprender de ella, de los humanos. Hoy quiero contarles una pequeña historia a la familia Franklyn, la historia del linaje Braus. la familia de su hija y hermana, fue una de las primeras familiar fumadoras de nuestras hermandad, el ángel al bajar a la tierra buscaba alguien que fuera lo suficientemente digno para ser la mano izquierda de Dios, ¿quienes más dignos que su familia? su misión proteger y mantener a salvo el Βίβλος των νεκρών y nuestro mundo- se limpio los ojos y levantó muy en alto su frente- Sé que el daño causado no podemos remendarlo. Sin embargo, si le sirve de consuelo a Anais, este donde este, quiero que sepa que su madre Maggie Braus ha sido absuelta de todos los crímenes de los que se le acusaron y ella y su hija fueron nombradas unas de las más grandes cazadoras que ha tenido nuestro mundo. La hazaña que cometió Anais será recordada con respeto y admiración, para que sirve de ejemplo a todos nosotros. Ahora, su legado se extinguió con ella.
la máquina empezó a bajar el ataúd de nuestras hermana y los sepultureros a tirarle tierra encima, lloré, lloré cómo nunca lo hice en mí vida, sentía tanto dolor en mí pecho que no sabía como lo soportaría, sentía que me iba a estallar la cabeza y el alma. Mí hermana se unió a los sollozos de mí padre mientras no sabía como consolarla, como hacer para que no siguieran en ese estado, mi hermana no estaba y no volveríamos a verla. Aparecieron tres lobos en él lugar y no de ellos era mí hermano los cuales aullaron al unísono, estaba devastado, estamos devastados.
...
-Si hay algo en lo que pueda ayudarla, señorita Franklyn, no dude en decirlo- me dijo Deneb, seque algunas lágrimas de mis mejillas y lo miré directamente a los ojos. Estábamos a la salida del cementerio.
-¿Puede devolverle la vida a mi hermana?- le pregunte.
-Me temo que no señorita Franklyn- contesto apenado.
-Entonces, no puede ayudarme, nada de lo que digas o haga me devolverá a mí hermana- medite mis palabras, mis lágrimas amenazaban con salir- Ustedes perdieron a una centinela, una máquina más de pelea, nosotros perdimos una hija, una hermana y el mejor ser humano que he conocido. Nosotros somos quienes estamos sufrendo- le dije, mientras mis lágrimas caían de impotencia.
-Aunque no lo crea, señorita Elif, yo no consideraba a su hermana un máquina más de pelea.
-Mi hermana y yo queremos seguir en la hermandad ¿cree que podría ayudarnos con eso?.
-Será un verdadero placer tenerlas con nosotros.
Listo chicos, término finalmente la historia, cambiaré un poco la temática del tercer libro ya que el primero y el segundo fue narrado por Anais, el tercero será narrado por dos personas. Se que los hice sufrir y mucho. Sin embargo, no le maten sin antes leer el prólogo de “Encuentros”.
Quiero dedicarles éste capítulo a todos ustedes, muchas gracias por todo su apoyo y cariño, saben que los amo y de verdad me siendo agradecida por todo lo que han brindado.
Pd: ¡no maten!
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Sueños #2
Vampire-Vamos- dice él con la respiración cortada- de muestrame que mereces el lugar que tienes, que mereces llevar el apellido una Braus. -No necesitó demostrarte nada- conteste con la quijada apretada. -Tienes razón, pero claro, ¿qué se puede esperar? sí...