Sueños #2

Feliz Cumpleaños Parte III

Evans no dijo nada ante el comentario de la mujer que era increíblemente hermosa, su cabello negro hasta la cintura, una finas facciones, sus labios color escarlata. Vestía con una vestido negro corte sirena y escote corazón, no dije nada. La vergüenza en ese momento era mucha, antes de que mis lágrimas cayeran salí hacía el baño de damas, no esperé a mis hermanas, esquive las personas que se me atravesaban y cuando llegue apoye mis manos en el mesón del lavamanos y agache la cabeza, ¿porqué se estaba comportando de ese modo? Una lágrima salió de uno de mis ojos, se deslizó por mí nariz y al llegar a la punta de está cayó.

-Anais- me llamaron Elif y Tessandra- lo siento mucho- se disculpo Elif.

Levante mí vista y miré al espejo, tanto que me había costado maquillarme como para arruinarlo por él. Miré a mis hermanas atraves del espejo ambas mostraban preocupación por la esena y la actitud de Evans, gire en mi eje para darles la cara, nada había salido como lo planeé pero por lo menos había pasado un día espectacular al lado de mis hermanos, pase las manos por mí cabello me acomode el vestido.

-Me voy- informé- Ustedes quédensen sí quieren- mí hermana abrió sus ojos como platos.

-Ana, no, espéra no es para tanto- contestó Elif.

-¿Qué no es para tanto?- pregunté anojada- No me quedaré a ver cómo Evans le coquetea a otra chica cuando hace dos minutos quiso besarme- Ella guardo silencio.

-¡Dejen de pelear!- exclamó Tessandra que se había mantenido en silencio durante la conversación- ¿Notaron los ojos de la chica?- preguntó pensativa.

-¿Qué?- le devolvimos la pregunta al unísono.

-¿Notaron los ojos de la chica? Cambiaban de color en unos cuantos segundos.

-Tess es por las luces de neón- aclaré.

-No, no, no- siguió pensativa- cuando estaba hablando contigo te miraba fijamente a los ojos y ellos cambiaban, como... Como si trátase de hipnotizarte.

-Eso explicaría el comportamiento de Evans- contesto Elif.

-Eso es ridículo ningún cazador puede ser hipnotizado- aclaré.

-Y yo te recuerdo que aún no somos cazadores, somos centinelas y no tenemos nuestras runas divinas- dijo Tess.

Me quede mirandolas, mí hermana era muy observativa, yo, sinceramente no había caído en cuenta de ese detalle y que ella lo notase me daba mucho de que pensar. Tess era muy calculadora y pensativa, si algo le llamaba la atención lo investigaba hasta saber mas de ello, hasta ahora era una novata pero había estudiado y tenía un mejor conocimiento en la teoría que yo que sobrepasaba su rango. Tenía mucho sentido su teoría, pero se olvidaba de algo, la mujer era humana, aparentemente, su olor era normal, sí fuera algún demonio se sabría por su olor a azufre que podíamos detectar a muchos metros. Tampoco era un vampiro eso bien podría saberlo, vivir con un hombre lobo nos dio ese poder de identificar a uno cuando lo ves y ella no era uno. Entonces, ¿qué era?.

-Nos es un demonio- les dije.

-Hace unos días en clase, nos hablaron de una espécie de demonio, podían hipnotizar sus ojos cambiaban de diferente color cuando trataban de hacerlo- explicó Tess.

-Lo recuerdo, se denominan Ouróboros- Complemento Elif.

-O sea, híbridos- contesté ahora lo recordaba.

-Exacto.

-Evans- susurré su nombre, estaba en peligro.

Salimos corriendo del baño, afuera nos recibió la gran multitud de personas bebiendo, jugando, embriagados, bailando y gritando. No sé cuando se había llenado tanto el lugar, lo que si sabía y me preocupaba era que Evans ya no estaba, me sentí frustrada y desesperada, ¿cómo no lo noté? Evans jamás se comportaría de ese modo y menos conmigo. En ese momento me sentí estúpida, muy estúpida por haber dudado de él, por dejarme llevar y no observar mejor la verdadera escena que se reproducía en mis narices. Miré para todos lados y subiendo las escaleras de VIP los vi, se dirigían a una zona cerrada de ese lugar.