Capítulo 43 Dolor

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-Anais, linda- escuchaba mí nombre pero era una voz muy, muy alejada, mi ojos se abrieron poco a poco, sentía que me dolía todo el cuerpo- Estas sangrando- veía borroso y escuchaba un zumbido molesto en mis tímpanos, de repente el ruido me vino a los oídos azotándolos con una fuerza realmente bruta- Ana, Ana- Derek me dio un pequeña palmadita en la mejilla- ¿Estás bien, estás bien? Ana, ¿me escuchas?- asentí.

No sabía que había pasado o en que momento, Derek me levanto un poco la cabeza  permitiéndome ver mejor lo que ocurría, muchas personas corrían de allá para acá y otras estaban en el suelo heridos o desmayados, habían unas llamas al fondo del salón dónde suponía fue la primera explosión, algunos cazadores luchaban por apacigüar las llamas que amenazaban con extenderse. Había mucho ruido y muchos gritos, vi a mí tía tratando de calmarlos a todos y algunos médicos atendiendo a los heridos, habían atacado el instituto eso era obvio, pero la pregunta era quién, sentí como algo bajaba por mi frente y cuando me toque allí note que era sangre, el fuerte golpe contra el suelo me abrió una herida, estos días había estado recibiendo muchos golpes y un día de estos terminaría con una cicatriz horrible. En ese momento recordé a mis hermanas y que ellas estaban por el lado de la primera explosión, me incorpe de un salto y en contra de las protestas de Derek empecé a caminar a buscar a mis hermanas, mis manos temblaban, la cabeza y todo el cuerpo me dolían... Bonita forma de celebrar una fiesta. Había un candelabro en el suelo, hecho pedazos y muchos vidrios esparcidos en el suelo, una pared del lugar de había vuelto añicos y muchos ladrillos habían golpeados muchos centinelas, me dio un pequeño mareo provocando que por un instante perdiera el equilibrio, pero de inmediato Derek me sostuvo de los brazos. Se quedó mirándome fijamente y a mi me daba todo vueltas.

-Anais ¿Qué haces? Debes ir a que te revisen- hablo él mientras me sostenía en su regazo.

-No, no, necesitó ver a mis hermanas, necesito saber que están bien- mis lágrimas amenazaban con salir- Tengo que buscarlas- suplique, el apartó unos mechones de cabello de mí rostro.

-Tessandra está bien, hay viene con Evans- gire en mí eje y era cierto ella venía con él, cuando me vio corrió hacía mi para abrazarme la sostuve entre mis brazos y la abrace lo más fuerte que pude.

-¿Estás bien?- le pregunté- ¿Estás herida, pequeña?- toque su rostros con mis manos y luego sus brazos- Dime que no te paso nada- dije con desesperación.

-Estoy bien hermana, subí al apartamento por algo cuando se produjo la explosión- eso hizo que me calmará aún más, volví acercarla a mi y abrace- pero tu si estás herida- dijo ella- Debes ir a que te revisen- asentí.

-Iré, pero debemos buscar a Elif ¿No estaba arriba contigo?- ella negó- Bien, bien, hay que buscarla, debemos buscarla.

...

-No te preocupes, todo estará bien- le dije a una chica mientras se la llevaban en una camilla, solté un suspiro de pesadez.

-Ana, debes dejarte revisa, ese golpe en la cabeza puede traer consecuencias- negué.

-Garrye atiende a los que de verdad lo necesitan, yo estaré bien- él asintió- ¿Han habido muertos?- negó.

-Por suerte no, sólo heridos, algunos de gravedad, pero hasta ahora no hay muertos- contestó él, asentí preocupada. Mi hermana se acercaba a mi con Evans detrás de ella.

-Anais- dijo Tessandra su ceño estaba fruncido y sonaba muy preocupada- No encuentro a Elif en ningún lugar, ya la busque arriba y no está también la buscamos en las torres.

-Y en los patios- contesto Evans.

Un sabor amargo se instaló en mi boca, un vacío en el pecho me hizo saber que algo no estaba bien, no del todo. Ella no estaba arriba, tampoco en la torres, mientras la buscaba aquí en el salón atendí algunos heridos y tampoco la vi en ningún lado, había pasado más o menos una hora después del atentado y que mi hermana no apareciera empezaba a preocuparme aún más, mis hermanas y yo teníamos un vinculo, uno muy fuerte de sangre y tenía un mal presentimiento desde hacia mucho rato. Le pedí a Tessandra que siguiera buscándola mientras yo lo hacia aquí, ella asintió retirándose acompañada de Evans, habían logrado calmar las llamas pero aún había heridos. Garrye había revisado las cámaras de seguridad acompañado de mi tía y no lograron captar que fue lo que produjo las explosiones, ni cómo lo hicieron, mientras algunos centinelas terminaban de organizar el desorden y atender a sus compañeros heridos yo me dirigí al vestíbulo del castillo, afuera de salón había un gran alboroto y muchas personas de estaban acumulado en la oficina de mi tía, adentro habían forenses. Derek salil de adentro interceotadome a medio camino, su vestuario estaba manchado de sangre y sus manos también, aveces me preguntaba como hacia para no perder el control cuando habían tanta sangre en su vista, había un muerto, eso lo sabía por el equipo adentro.

-No te han revisado- dijo él al llegar a mí.

-No es nada de gravedad- conteste- Hay un muerto ¿verdad?- él se tenso al instante y asintió- ¿Quién es?- el no respondió y se quedo mirándome a lo ojos, su mirada me habló con un lenguaje mudo. Me di la vuelta y empecé a caminar hacia la oficina.

-Anais, no, espera- me tomo del brazo he hizo que lo volviera a mirar- Debes ser fuerte- Solté un sollozo.

-¡Sueltame!- exclame.

Corrí hacía la entrada esquivando algunas personas, en en marco de la puerta había una cinta que indicaba “No pasar” entre pasando por debajo de ella y llegue a una pequeña sala de la oficina que estaba al frente de su escritorio, todo estaba destrozado, la estantería de libros en el suelo, los muebles desgarrados, no me puse a reparar mucho la oficina. El tiempo se detuvo, algo se quebró en mis adentro y automáticamente unas lágrimas se resbalaron de mis ojos, los pies me fallaron y caí arrodillada al suelo, gatee rápidamente hasta ella le quite la sabana blanca que cubría su cuerpo y allí estaba, su piel estaba completamente pálida, sus labios habían adquirido una tonalidad moradas, su cabello estaba alborotado y no respiraba, no se movía, estaba hay rígida, sin vida. Tome su cabeza y apoye contra mí regazo mientras sentía como éste dolor me consumía por completo en mis adentros, sacudí su cuerpo, lo zarandee y hasta le di unos golpes, pero nada, no reaccionaba, no se movía, estaba demasiado fría y su cuerpo pesaba más de lo normal.

-No- le susurré- tu no puedes dejarme, eres mi hermana levantaté, maldita sea, levantarte- grite mientras seguía zarandeando su cuerpo- No, no por favor, no, despierta, levantaté de una maldita vez.

Mí pecho dolía, la garganta se me había secado, una lágrima tras otra salia no podía soportar ni mucho menos procesar lo que sucedía, seguía gritando, me negaba a creer que estaba muerta que se había ido, me resigne a la muerte de mi madre, pero jamás me resignaría a la muerte de Elif. Seguía suplicando, seguía implorando, no me resignaba, solté otro grito mientras sostenía el cuerpo de mi hermana contra el mío, grite sin poder soportar éste dolor desgrrante que cubría mi cuerpo, que destrozaba mi alma. Derek entro se acercó a mí y trato de hacer que soltara su cuerpo pero yo seguía aferrada a ella, no podía dejarla, ni muerta me separarían de ella, él forcejeo un rato conmigo pero después dejo de hacerlo y me abrazo por los hombros, mis lágrimas salían, no se detenían, no salía de mi estado de consternación. Escuche la voz de Tessandra pidiendo que la dejarán entrar y cuando logro hacerlo llegó a nosotros, su expresión cambio al instante y abrió su boca dejando caer algunas lágrimas de sus ojos, corrió a mi y se arrodilló al frente de nosotros, acerco su mano para tratar de tocar el cuerpo inerte de Elif pero se detuvo y luego se cubrió la boca.

-No- Susurró- No, Anais Dime que no es ella- su voz sonaba totalmente quebrada, casi ni podía reconocerla, no supe que decir- No- dijo negando con la cabeza y llorando como nunca, tomó su cabeza de mi regazo y acaricio su rostro inmaculado y luego la abrazo- ¡Noooo!- grito mientras sujetaba el cuerpo de nuestra hermana. Me acerque a ella y las estreche entre mis brazos, sentía tanto dolor en mi pecho que no podía soportarlo, sentía que me agobiada, me asfixiaba.

Sueños #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora