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Capitulo 21 – Guerra de pastel.

Violetta

—¿Porque nuestros padres no bajan?— Le pregunté a Lilly al ver que hacía más de una hora mamá había subido a alistarse y no había bajado.

Sabía que no estaban haciendo lo otro porque ellos no eran de los que se exhibían en público, y mucho menos con adolecentes y niños en casa.

Pero mi hermana mayor no le daba importancia así que solo que encongio de sus hombros mientras le daba un trago a su bebida.

Todos estaban en casa, Hector, Hanna, Matias, Julian, Florencia, Josué, Valery, Eddie, Mateo, Patricio, Marie, Lilly, inclusive Karen y Christine habían llegado. Yo había mandado a Nelson a traer a Ruth con las pequeñas. Tania no sabía de la fiesta así que era una sorpresa para ella.

—Hector deja esa comida en la mesa— escuché que Hanna lo regañaba.

—Chicos aguanten un poco más ya vamos a comer— Dijo Lilly.

—Dile eso a mí estómago— Se excusó Matías dejando las galletas que había cogido de la mesa.

—Ire por mamá— Dije a Marie. Ella solo asintió y siguió en lo que estaba.

Cuando subí las escaleras el ruido de abajo no se escuchaba, al contrario se escuchaba el llanto de alguien, y eso me preocupo. Toque la puerta muchas veces, alfinal después de tocar por unos dos minutos papá abrió dandome pasó.

—¿Que pasa?— Pregunté cuando entre, lo mire a los ojos pero él no lo hacía, algo que era extraño porque él siempre le gustaba hablar con las personas mirándole a los ojos.

Pero cuando me vió me di cuenta que algo pasaba, sus ojos estaban cristalizados, tomé su barbilla haciendo que me mirará directamente y que no cambiara su vista.

—¿Porqué has llorado?— Pregunté directamente. Voltie a mamá y estaba acostada en la cama, no se movía así que supuse que estaba dormida.

—No, solo tengo una infección en los ojos, por eso se me ven asi— Asentí.

—¿Ya has puesto algo para que se te quite?

—Si, pero me duelen por eso no quiero bajar.

Quizá en el fondo sabía que no era verdad, pero aveces los problemas del matrimonio eran de ellos, ni las chicas ni yo nos metiamos en eso, sabíamos que nuestros padres se amaban pero también sabíamos que aveces se peleaban y se enojaban.

—¿Entonces no van a bajar?— Pregunté.

—No, tu mamá se durmió después de subir, le dolía la cabeza y quería descansar.

—Esta bien— Dije derrotada. Le di un beso en la mejilla y baje, sabía que Tania pronto llegaría, aún así me quedé preocupada por lo que acababa de pasar con mi papá.

— Mamá está dormida y Papá tiene una infección en los ojos— Les dije cuando ví que mis hermanas mayores tenían intención de preguntarme que pasaba.

—¡Llegó!— Escuché que gritaba Eddie.

Todos nos pusimos en nuestras pocisiones esperando que Tania cruzará la puerta. Cuando ella entró iba llorando algo que me partió el corazón.

—¡Feliz cumpleaños Tania!— Gritaron todos. Me acerque a ella y la abraze, limpie sus lágrimas y ella empezó a sonreír, sabía que estaba feliz, observó todo y empezó a dar saltitos por el lugar.

La adoraba.

[...]

Después de un rato todos estaban encantados con las niñas, ella estaba emocionada al ver tantos regalos, pero yo me sentía celosa, Eddie no había soltado a Rosy de sus manos en ningún momento, me había cambiado por una niña y dolía.

ViolettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora