Fin

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CAPÍTULO 50 - El regresó.

5 años después.

Venia mirando por la ventana del avión, no podía olvidar cómo se miraba ese paraíso antes de aterrizar, me perdí en mis pensamientos un rato hasta que escuché que ya estábamos aterrizando.

Mi tía me esperaba en el aeropuerto, cuando la vi le di un fuerte abrazo, la había extrañado tanto.

— Pero mírate, que grande estás— Le di un beso en la frente y le sonreí.

— Y tu más chaparra— Me sonrió y luego nos pusimos en marcha hasta la casa.

Los últimos años me la había pasado en Madrid estudiando, no había regresado por acá, hasta este día, no podía decir que no estaba nervioso, y Talvez el resto estaban enojados conmigo.

No vine para la boda de lily y Patricio, y tampoco a la de Hanna y Héctor, tampoco al nacimiento de sus hijos, pero había querido tener la menos comunicación con todos.

— Ya vengo— Le dije a mi tía. Ya hacía unas cuantas horas de estar charlando, nesesito a ir a un solo lugar, para terminar de cerrar algo.

Claro que no olvidaba todas las calles, y donde estaba ubicado todo, maneje hasta el único lugar que necesitaba, cuando baje del carro volví a sentir aquel aire fresco que sentí el día que me despedí de ella.

Camine hasta el lugar donde estaba, tu espacio estaba súper limpio, y arreglado, me senté a un lado y puse las rosas blancas que había pasado a comprar, las puse encima de su tumba.

— Hola— Le dije— Perdón por desaparecer tanto tiempo, solo que fue tan difícil para mi que no soportaría estar en el mismo lugar, pero sabes me ah ido bien, solo me falta poco para acabar mi carrera, me eh enfocado en estudiar, lejos, pero eh estado bien, bueno no tanto— me reí— Te voy a contar pero no te enojes, Cuando llegue a Madrid todo me iba de mierda, el dolor de no tenerte me consumía, así que empecé a ir al psicólogo ¿lo puedes creer?. El primer año fue el más duro, me endrogaba, tomaba, solo para no sentir lo que sentía, el segundo mejoro un poco, conocí una chica que se convirtió en mi mejor amiga, solo eso, estuvo para mi cada día, en cada momento difícil, ya está casada así que ya no puede estar tanto como antes, pero luego recapacite, tú querías que yo fuera feliz, y en los últimos tres años lo eh intentado, y aunque siempre voy a tener este hueco enorme en mi corazón, que quizá nadie llene, estoy dispuesto a seguir la vida. Sabes, no te eh olvidado, y jamás lo are, mi corazón siempre te amará, y serás siempre la más bonita y dolorosa historia de mi vida, pero eh venido, ah traerte estas rosas y a liberarte, y liberarme, no olvido el por siempre, pero necesitaba hacer esto— Cuando termine de hablar ya tenía los ojos llorosos, el cielo estaba tornado de gris, como si supiera.

Me quede mirando su nombre, no sentía mas nada, solo el latir de mi corazón y mi vista fijada ahí, hasta que sentí que tocaron mi hombro. Me giré y si, ahí estaba.

— Eddie has vuelto— Se lanzó ah mis brazos y no pude hacer más que abrazarla, deje que llorara un poco en mi hombro.

Un rato después de contarle un poco de mi vida estaba escuchándola.

— Y eso, aún me falta pero ya casi termino, estoy un poco feliz— me dijo sonriendo.

— Me alegro juliett, tu sabes que mereces lo mejor— Sus ojos brillaban tanto, solo la miraba y podía mirar en parte a Violetta pero ambas eran tan diferentes, que tampoco se podía comparar — Vamos, hoy tenemos fiesta y a todos les alegrará verte.

Y así, me llevo agarrado de la mano hasta su casa.

Cuando puse un pie dentro, sentí un escalofrío fuerte, la última vez que salí de ahí fue llorando.

A todos les sorprendió verme, me abrazaron, me regañaron. Todo estaba tan diferente, ahora niños corriendo por el patio, caras de felicidad y tranquilidad, aunque detrás de todo eso también había un enorme vacío.

— ¿Eddie podemos hablar un ratito?— Lilly me interrumpió la platica con su madre, la seguí hasta donde quiso, hasta que paro, frente a una puerta. — Tengo algo que darte, antes no pude pero no quiero que te vayas sin esto,ya sabes que esta es su habitación Y adentro hay algo tuyo, que ella dejo para ti ¿Quieres entrar?— Solo asentí.

Entramos, y todo estaba intacto, el color de la pared, el olor de perfume de Violetta, todo, su cama con el mismo color de sábanas, incluso creía que eran las misma.

— Todo sigue igual— Dije, ella asintió.

— Si, mamá, papá y juliett no han querido tocar ni quitar nada.—Abrió una de las gavetas de un mueble y sacó un sobre.— Bien, Violetta te dejo esto, me entrego todas las cartas, quería que las compartiera todos, pero te fuiste y ya no sabía cómo dártelo, pero esta bien, porque supongo que estás listo para leerla, nunca la hemos abierto, esta justamente como ella la dejo. Te dejare solo, cuando te sientas listo puedes bajar.

No dije ninguna palabra porque tenía mis ojos fijado en el sobre, solía sentí, y luego me encontré totalmente solo, ahí, en su habitación.

Abrí el sobre y leí toda la carta, no pude contenerme, después de cinco años aún dolía su ausencia.

Pero cada cosa que Violetta me había escrito, me llenaba, me daba paz, porque sabía que aún existía aquel amor tan inquebrantable. Me recosté en su cama llorando hasta que deje de pensar.

Una voz me despertó, abrí los ojos y ahí estaba juliett, con una sonrisa pequeña en su rostro.

— Eddie, ¿Todo bien?—

— Si, solo no se me quede dormido.

— Te entiendo, digo lo que sientes, ella era como tu alma gemela, y yo era su gemela, ambos la amábamos tanto. Y siempre estará en nuestros corazones, pero, hay que aceptar, que ella ya no sufre, que está bien. Y Eddie ella siempre te va amar.

— Gracias juliett— Le dije, la mire a los ojos, y los suyos me miraban a mi, me dio un beso en mi mejilla, casi por mis labios, y luego me abrazo.

— ¿Vamos?— Me dijo, se levantó, y extendió su mano hacia mi, tome la carta en mi mano, luego le extendí mi otra mano, y ahí, la seguí, hasta la salida, hasta donde ella quisiera.

Fin.

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⏰ Última actualización: Dec 12, 2019 ⏰

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