Capitulo 26 – Un mundo nuevo.
Violetta
Después de desayunar ese día nos alistamos para sarpar en un barco adentrándonos al mar, yo quería cumplir mi sueño y conocer un nuevo mundo, como yo lo llamaba.
Quería conocer lo profundo del mar.
—Mi mamá regreso ya de su viaje, sería bueno que fueras a nuestra casa al volver— Me dijo Eddie. Asentí con una sonrisa en mi rostro.
—Perfecto— Le dije.
Cuando ya todos estábamos abordo empezamos andar por el mar. ¿Que puedo decir?, aquella vista era hermosa, el sol iluminaba nuestras pieles y la brisa fresca del mar hacia el momento más cálido.
Me acerque al barandal cuando ví varios delfines nadar cerca de nosotros, salían y se sumergían en el agua, fue una de las mejores cosas que ví en mi vida.
—Quiero uno— Dijo Hanna haciendo un puchero. Reí para mis adentros porque yo jamás en mi vida dejaría una mascota en manos de ella.
—No, tu los matas— Le respondió Marie con un toque de burla.
—Enana peligroso y lo pones en peligro de extinción— Le dijo Héctor.
Ella lo miró mal.
—Que malos son— Se quejó ofendida.
—Mentiras no lo somos, solo que una mascota no sobrevive contigo, y supongo que todos estamos de acuerdo en eso— Dijo Hector— ó ¿No recuerdas a Gaspar?.
Entonces todos estallamos en risa, yo no me pude contener y tuve uno de esos ataques que no podía controlar, la cara de Hanna era un poema, yo me divertía al verle tan enojada.
—¡No fue mi culpa!— Gritó.
—¿A no? Y entonces ¿Quien lo aplastó?— Le pregunto Eddie.
—¡Fue un accidente!
Gaspar era un pollito que la mamá de Hanna le regaló para sus trece, ella había estado insistiendo tanto con el animal que a su mamá no te tocó más que conseguirlo, aunque fue muy difícil. Cuándo Hanna tuvo el pequeño animal lo cuido por unos días, pero un día llegó "muy cansada" y se lanzó al sofá sin darse cuenta que Gaspar estaba ahí. Así fue como el pobre pollito murió aplastado por sus voluptuosa pompas.
—Yo— Dijo con los ojos cristalizados— Fue un accidente— Las lágrimas salieron de ella tan rápido que deje de reír. Yo sabía cuándo era actuación de ella y cuando no, y estoy segura que ella realmente estaba llorando— Soy una mala persona.
Mire mal a Héctor y Eddie y les di un golpe a cada uno.
—Animales— Les dije. Luego me acerque a ella y la abraze.
Derrepente el barco se detuvo en una parte del mar, todos se voltearon hacia el hombre que navegaba mientras yo estaba ansiosa por entrar al agua.
—¿Seguro aquí no hay tiburones?— Pregunté dudosa, entonces todos me miraron a mi.
—No, es una pequeña bahía, por allá está una isla, y seguro hay más barcos cerca. Por las tardes suele llenarse de buzos, pero ahorita está de mañana— Me explicó.
—Entonces entremos al agua— Dije emocionada.
—¿Nos puedes decir qué pasa?— Me Preguntó Lilly.
Puse mis ojos en blanco y le expliqué a todos que hibamos a buzear, sus reacciones fueron de emoción, ellos amaban el mar. Todos nos pusimos nuestros trajes y el hombre del barco nos explicó que hacer y que no.
Después que todos se lanzaron al agua lo hice yo, estaba un poco fría pero no me importó, yo quería ver los tesoros que existían bajo esas aguas.
—Cuidado— Me dijo Eddie antes de sumergirse.
Me sumergí y empezé a nadar hasta los profundo. Arriba en el mundo exterior existen lugares hermosos, atractivos y bellos, en cada país del mundo hay miles de lugares hermosos, pero sin duda mirar lo que existe bajo el mar es incomparable.
Era un paraíso, La fauna y flora marina estaba por todas partes. Habían peces de diferentes especies y colores, plantas igual, era un tesoro de la naturaleza. Ahí habían millones de secretos por investigar y descubrir, muchísimos lugares no encontrados.
En ese momento me sentí feliz, libre, me encontré a mí misma disfrutando lo que mis ojos veían, no habían ni problemas ni preocupaciones, solo paz.
Me acerque a unas plantas para verlas de cerca, todo aquel expetaculo era perfecto para mi ojos, trate de tocar un pescado pero se me fue, me tuvo miedo.
El pensamiento de mí posible embarazo llegó a mi mente y me hizo sonreír, toque suavemente mi vientre y lo acaricié. Quizá no estaba preparada para ser mamá, quizá mi cuerpo no lo estaba, pero no me daría por vencida y asumiría las consecuencias de mis actos. No me gustaba ser cobarde.
Y cobarde llamaba yo aquellas personas que no se hacían responsables por sus actos, que se negaban a aceptarlos o solo se hacían los inocentes. La cobardía es algo que exite pero podemos convatir, yo sabía que tenía la opción de abortar por mí enfermedad, pero eso sería matar a alguien incocente y eso no me correspondía a mi.
Nunca estuve de acuerdo con el aborto, aunque muchas personas solo lo hacían porque no se sentian preparadas, otras lo hacían porque ese embarazo era producto de violación, otras lo hacían solo porque no querían tener hijo. Pero para mí era un acto cruel, y no me importaba lo que la gente argumentará en su defensa, mi opinión no cambiaría por nada.
Me gire para tratar de ver a Eddie pero todos estábamos esparcidos por las aguas, sonreír al verle tan feliz ahí, toque nuevamente mi vientre y entonces creció dentro de mí la ilucion de llegar a formar mi propia familia.
Estuvimos un rato más bajo el agua, después todos subimos a la superficie, camine hasta la popa para poder estar unos momentos sola, y al encontrarme ahí; sonreí feliz.
—¿Estás embarazada?— Me Preguntó.
Me giré para quedar frente a ella, me miraba seria y su mirada decía mucho más que una simple pregunta. Me encogí de los hombros tratando de formular alguna palabra.
—No se— Respondí.
Pensé que me gritaría o me hiba a regañar pero la reacción que ella tuvo fue la que yo menos esperaba. Se acercó a mí y me abrazó con fuerza.
—Pase lo que pase siempre estaré para ti— Me susurró cerca de mí oído.
Después que volvimos juntas al frente empezamos a contar historias de miedo, lo que hizo que después yo tuviera miedo para volver al hotel.
Cuándo llegamos al muelle fuimos directamente cada quien a sus habitaciones, como ya era de noche nadie quería hacer algo, bueno ellos porque en mi caso Eddie y yo bajamos a caminar al mar de noche.
—¿Que hablastes con Lilly?— Me Preguntó mientras caminabamos agarrados de la mano a la orilla de la playa.
—Me pregunto si estoy embarazada— Le dije.
El me miró sorprendido por mí tranquilidad al hablar, sonreí y le di un beso en los labios.
—Dijo que si sale positivo nos apoyará— Seguí.
Seguimos caminando y platicando hasta quedarnos un rato sentado en la arena. Empezé a tararear una canción que yo amaba, el me siguió el ritmo hasta que acabamos besándonos, creo que yo estaba siendo aquella que siempre dije que no sería.
Una cursi adolecente enamorada.
—Te amo— Le dije al separarme.
—Yo te amo más violetta— me dijo.
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Violetta
Teen FictionElla sabe que una enfermedad le arrebató sus ganas de vivir, le arrebató sus sueños, ella no sabe que vive en una mentira. Ellos saben que el dolor la destruye día tras día, y que ella no los quiere lastimar, ellos saben que ella puede morir en cual...