30

51 5 0
                                    


Capitulo 30 – Soy yo.

Marie

Subimos a la habitación junto a Teo, el siempre me acompañaba. Me sentía muy mal y tenía un orrible dolor de cabeza y todo por lo que Eddie había dicho, estaba segura que Lilly estaba igual porque ella fue quien nos obligo a irnos y terminar aquella "charla".

—¿Corazón estás bien?— Me Preguntó Teo mientras me hacía círculos en las piernas.

Asentí.

—Ire a ver a Lilly.

—Vamos, te acompaño.

Cómo dije, no se separaba de mí. Aunque tampoco quería que lo hiciera, porque yo amaba que el estuviera junto a mí. Lo amaba a él.

Al llegar al cuarto la puerta estaba abierta, entramos en silencio, el primero en notar nuestra presencia fue Pat que estaba recostado en la cama, Lilly estaba de espalda.

—Dime que es una mala broma— La escuché decir en un hilo de voz.

Me acerque más a ella.

Pero yo solo pensé que quizá había escuchado algo de mis padres y por eso estaba enojada, porque que podía decir, ella era la más correcta de todos.

—¿Me has escuchado? Decime qué esa no es mi hermana menor junto a mi papá. Decime qué son cosas mías, que es mi imaginación— Abrí mis ojos al topé, un fuerte mareo me pasó por mí cuerpo al escucharla decir eso.

— ¡Decime que Juliett está muerta y que esto no es verdad!— Elevó la voz.

Me congelé, trate rápidamente de procesar esas palabras y hablé.

—¡¿Qué?!— logré decir lo suficientemente alto para que me escuchará.

Ella se giró con el teléfono en la mano y temblando, sus ojos estaban llenos de lágrimas y su piel pálida, jamás en mi vida había visto a Lilly Jhonson de esa manera.

Lo que siguió fue ver que lo puso en altavoz.

—Lilly— Esa era la voz de papá— Hija no es lo que tú crees.

—No soy estúpida, se muy bien que escuché, o nos dicen ahorita o juro que cojo el siguiente vuelo de inmediato para los Ángeles. Ustedes deciden.

—Esta bien— Dijo mamá— Ett.

Hubo silencio un momento hasta que...

—Hola— Maldición su voz.

Esa delicada voz, creo que morí y reviví en el mismo momento.

—¿Ju...li..ett?.— Susurró Lilly.

Todo se quedó en silencio.

—¿Eres tú?— Pregunté — ¿De verdad estás ahí?.

—Si, soy yo. Estoy viva— Dijo evidentemente emocionada.

—Hijas, Porfavor no le digan a Violetta, esto es nuevo y se que en este momento ustedes quieren estar aquí, pero solo faltan pocos días para que regresen, tengan paciencia.

—¿Paciencia?— Está vez hablo Lilly muy enojada — Ustedes sabían que ella estaba viva, por eso su comportamiento, y en lugar de quedarnos para recibirla como merecía no nos dijeron nada, este viaje se podía posponer, un reencuentro no.

Y estaba de acuerdo.

Pero era costumbre de mis padres hacer cosas que parecían correctas y equivocarse.

ViolettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora