Violetta

Prólogo

Violetta

Catorce años de edad

Desperté, apenas y podía abrir mis ojos, apenas y podía sentir mis latidos ¿Que ha pasado? Era mi única pregunta. Un recuerdo llego a mi mente..

—Doctor está despertando— dijo una voz femenina desconocida para mi.

—Violetta—me llamó otra voz está masculina.

Cuando abrí mi ojos mire a un señor irreconocible, observé la habitación ¡Un hospital! Me dije sorprendida... Después que el doctor me chequeo se fue sin decir absolutamente nada de porque estaba en ese horrible hospital.

Yo odiaba los hospitales, una aguja para mí era sinónimo de sufrimiento, solo ver una mi cuerpo se ponía a temblar, así que por eso el llegar a ser doctora fue una opción descalifica para mí.

—Violetta— Escuche a mi mamá, se acerco y me abrazo. En ese momento me quedé inmune a su reacción «¿A está que le pasa?» me pregunte en mis adentros.

—¿Qué pasa?— Fueron las únicas palabras que salieron de mi boca.

—Tu vas a vivir—.Dijo con su voz muy temblorosa, eso me asusto.

—¿Porque dice eso?— dije sin expresión, nunca ví a mi mamá así, bueno si una vez pero prefería no recordar ese mal momento.

Mi madre era una juez, una mujer fuerte, la había visto en tantas ocasiones estar a punto de caer pero siempre se volvió a levantar. La mujer que me enseñó a ser justa ( para ella la justicia era una de las cosas más importantes en la vida), me enseñó a compartir y me enseñó que todos en el mundo teniamos los mismo derechos por ser seres humanos. La que me enseñó que las segundas oportunidades eran las mejores.

—Hija mia— ví a mi padre acercarse, yo seguía sin entender que habia pasado.

—Papa— fue lo único que pude pronunciar ya que él me abrazo.

Mi padre hijo unico, heredero de mi difunto abuelo. Sus empresas, eran empresas comerciales encargadas de vender y comprar productos de otros países, mi padre casi toda su vida enfocado en su trabajo, amoroso de una parte pero su prioridad siempre habían sido sus empresas.

—Tendrás los mejores medicos— ¡¿Mejores médico?! Esto me confundía más; lo peor era que ninguno hablaba.

—¿Me van a decir que pasa?—pregunte asustada.

—Violetta, te hemos encontrada desmayada, has estado a punto de morir, te has salvado de milagro— No creí lo que escuche, guarde silencio al igual que ellos hasta que escuche los sollozos de mi madre.

—Has sido diagnosticada con leucemia— Dijo mi padre sin pudor alguno, en ese momento mis ojos se abrieron tanto que sentí que estaban por salirse. Sentí como algo se rompía dentro de mí.

Entonces aquellos cansancios repentinos, aquellas veces que mi nariz sangraba sin razón, aquellas noches en que la fiebre invadía mi cuerpo, esa fatiga que me desesperaba, esas veces que veía mi rostro que estaba más pálido de lo normal, esa debilidad en mi cuerpo, lo moretones repentinos y mareos sin razon. Entonces todo esto en conclusión era una ¡enfermedad! una enfermedad que sabia qué podía acabar con mi vida, que me podía matar en cualquier momento. ¡¿Cancer?!

No podia creer como mis padres lloraban, quizá era el dolor o la rabia que sentía en ese momento por lo que me acababan de decir, pero sentía que los odiaba por llorar, ¿Cual era la razón? Bien: Recordaba como pase unas largas noches donde la calentura se apoderó de mi cuerpo, noches en los que ellos nunca estuvieron presentes, mi madre llegaba noche y se marchaba muy de mañana, mi padre por voluntad propia le gustaba quedarse horas extras en su trabajo.

Aunque yo sabía porque hacían eso, si ¡yo les recordaba a ella!, cada parte de mi hacia que el dolor de ellos reapareciera; así había sido desde mi niñez, mientras menos tiempo pasáramos juntos menos sufrían ellos.

En ese momento miles de preguntas se formularon en mi mente ¿como ahora tendría una vida normal?¿Cómo seria la misma?¿Cómo competiría con mis amigos a las carreras?¿Como mis hermanas y yo haríamos guerra?.

Ese fue el seguimiento de una vida de dolor, mentiras, secretos, enojos, sufrimiento, tristeza. Ya que todo eso había empezado muchos años atrás... ¡Pero ese fue el inicio de mi final!

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