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Capítulo 2- Ustedes no me entienden.

—¿Que haces aquí?— Pregunte sollozando mientras agarre sus manos para soltar su agarre, pero por obvias razones el me vencía en fuerza.

—¿Porque está llorando? ¿Qué te pasa?—Preguntó muy rápido.

—Yo pregunté primero—. Sentí como se acercaba a mi cuello.

—Pero mi pregunta tiene más lógica— Solto sus manos y lo primero que hice fue levantarme, quede frente a él. Mis nervios estaban floreciendo con solo verlo.

—¿Que?¿Porque?—fruncí mi seño.

—Porque tú sabes que amo este lugar y Porque no es normal encontrarte aquí llorando—. Voltie mi mirada a otra parte porque lo que menos quería era mirar sus ojos.

—Creo que no te importa porque lloro—. Le dije seria, pasé mi mano derecha con fuerza en mi cara para limpiar mis lágrimas.

—Ya te habías tardado—. Puso sus ojos en blanco— pero te equivocas si me importa—. Se acercó peligrosamente a mi «Tienes que irte violetta» me dijo mi voz interior.

—Ale..jate— Tartamudie, genial lo que me faltaba.

—Quiero decirte algo, escúchame—Se acercó aun más, en una manera que solo habían unos centímetros de por medio.

—No me interesa escucharte, ya me voy— Empezé a caminar hacia otra dirección pero agarró mi mano y me giró haciendo que volviera a quedar frente a él.

—Primero me escucha.

—No quiero.

—¿Porque?

—Porque no quiero.

—Dame cinco minutos.

—No voy a escucharte Evans.

—¿Tanto te cuesta?

—Si, Cuesta mi valioso tiempo.

—Dame una oportunidad Jeannette.

—No me digas así.

—¿Te molesta?

—Sabe que..

—Jeannette—. Odiaba que me dijeran mi segundo nombre.

—Alexander para.

—A mí me gusta mi otro nombre.

—Dejame en paz.

—Dame cinco minutos y lo haré.

—Tienes dos.

—Lo que sea que estés pasando, por lo que sea que te alejaras, quiero decirte que no es lo correcto, te estás lastimando y...— lo interrumpí.

—¡Lo que sea que me pase es mi problema!— le grite, el silencio inundó el momento, solo se escuchaban algunos cantos de aves. Sujete mi cabeza en forma fustraccion.

—Deja de gritar que escucho perfectamente— puso sus manos en mis mejillas— Siempre voy a estar para vos y cuando quieras volver ahí estaré— Me perdí un segundo en sus ojos y el la suavidad con que tocaba mi rostro.

—¿Como lo estás para las demás chicas?— susurre cuando me di cuenta de que estaba pasando.

—¿Que?— se acerco más a mi. «Se fuerte».

—Nada— dije, camine unos cuantos pasos hasta atrás pero choque con un árbol, «genial esto no puede mejorar».

—Toma—me dió un cuaderno con ¿notas?.

ViolettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora