Capítulo 18– Superación.
—Tranquila no dolerá-— muchas veces había escuchado ya esas palabras, y siempre dolía. Ya le había perdido el miedo a las agujas—. Suspira— Dijo la enfermera. Suspiré profundo y luego sentí como el líquido empezaba a correr por mí cuerpo.
—¿Ya esta?— Pregunté.
—Si, bien es todo por hoy Violetta— Sonrió, ella era muy amable, y siempre trataba de hacer las cosas menos dolorosas—. El nuevo medicamento te ha caído de maravilla, vamos avanzando y eso es muy bueno. También en notado que estás muy feliz, y eso es muy bueno— Le sonreí— Esperemos que sigas mejorando, la leucemia pronto acabara del todo de tu cuerpo y tendrás una vida totalmente normal.
«Eso espero» pensé.
Al salir de la habitación mamá estaba afuera esperándome, ya no entraba conmigo como las primeras veces, pero siempre insistía en acompañarme hasta la puerta de la habitación.
—¿Todo bien?— Preguntó.
Solo asentí.
Empezé a caminar por los pasillos del hospital, veía a tantas personas enfermas por diferentes enfermedades, se me hizo un nudo en la garganta al pasar por el lugar de siempre.
Personas con cancer.
Yo no era la única que luchaba por vivir, eran muchos niños, jóvenes, adultos, ancianos que día ah día peleaban la guerra del cancer. Y muchos la perdían, y otros como yo teníamos la esperanza de algún día tener un vida normal y que esto quedará en el pasado.
Las personas que no lo habían vivido no entendían, quizá en esos momentos en que decidimos alejarnos no es por capricho o enojo, es porque te das cuenta que tu vida no es normal, que tienes que estar illendo a hospitales, estar viendo enfermos, lo peor de todo, saber qué muchísimas personas mueren día con día por el cancer, y que muchas veces no hay nada que hacer, solo esperar.
¿Cuántas familias se destruyen?¿Cuántos sueños se rompen?¿Cuántas vidas inocentes mueren? La única respuesta era que Miles de personas lo vivían, con sus padres, hijos, esposos o esposas. Y yo les entendía el dolor que pasaban, porque yo también vivía día ah día esa lucha de vivir.
—¿Violetta?— Escuché la voz de alguien, me gire para verle, se acercó rápidamente a mi y me abrazo— Que lindo cabello tienes ¿Cómo estás?.
—Christine hola— Dije al separarme— Estoy bien, mejorando ¿y tu?
— Lo mismo — Susurró— Feliz cumpleaños, se que ya pasaron unas semanas pero no te había visto.
—Gracias— Sonreí.
Christine era una chica que yo había conocido al principio en el hospital, tenía dieciséis años, aunque en ese momento no tenía cabello cuando empezó a ir tenía su cabello negro hasta los hombros, ella era muy bonita, y también tenía leucemia solo que su leucemia avanzaba más rápido que la mia.
La habían operado y cambiado su médula, y aún así el cancer seguía avanzando en su cuerpo.
—Estuve aquí unos dias— Dije— Pero supongo que no pudimos cruzarnos.
—¿Pero todo está bien— Preguntó alzando su mirada.
Asentí.
— Si, me implementaron un nuevo medicamento y según la doctora ha dado buenos resultados.
—Que me alegro por ti— Habló.
—¿Tú cómo vas?— Pregunté.
—Lo contrario a ti, en lugar de mejorar la quimioterapia solo me hecho peor, esque la dejé un tiempo y en ese tiempos e expandió más. El doctor dice que tengo muy poco tiempo— Sentí que se vino el mundo abajo, que injusta era la vida aveces, ella merecía vivir.
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Violetta
Teen FictionElla sabe que una enfermedad le arrebató sus ganas de vivir, le arrebató sus sueños, ella no sabe que vive en una mentira. Ellos saben que el dolor la destruye día tras día, y que ella no los quiere lastimar, ellos saben que ella puede morir en cual...