3T - Capítulo 4

20 1 0
                                    

Macarena, después de la confesión de su novio, estaba totalmente dolida por la situación. Lo que más le jodía era que Pache nunca fue capaz de contarle que su primera vez había sido con Malena. También le dolía enterarse que no había sido ella su primera vez, y que por lo tanto no era virgen en el momento que tuvieron sexo. Y lo que también la desilusionaba muchísimo como persona y amigo el hecho de que haya cagado así a Nicolás y al gordo. A Nico porque estaba de novio con Male, y al gordo por no contarle cuando se puso de novia con esta chica. Y en último lugar, pero no menos importante, ¡¿qué le veían a Malena?! Era linda, sí, todo bien...Pero tampoco para tanto. ¡Se los volteó a todos!
Estaba tan furiosa y dolida que prefirió no contestarle más nada a Pache y se dirigió a la ronda a seguir jugando. Él la llamó para poder cerrar el tema y hablar bien, pero Maca hizo oídos sordos, se volteó, le hizo gesto de silencio y volvió con sus amigos.

El resto del día continuó con total normalidad, y ya estaba oscureciendo cuando pusieron música fuerte y comenzaron a bailar. Todos se daban cuenta que había pasado algo entre Maca y Pache porque no se acercaron ni una sola vez en lo que quedó de la tarde, pero nadie se animaba a preguntar excepto Celeste.
- Macu, ¿qué pasó con Pache? ¿Se pelearon?
Macarena moría de ganas de descargar su bronca con su mejor amiga, pero por otro lado le había jurado a Pache que no iba a contar nada, y comentarle a Celes su dolor derivaba en tener que explicarle toda la historia, y por más enojo que tenga con su novio, no iba a traicionar su confianza.
- Nada, estoy media en pedo.- contestó Maca, y comenzó a reírse sacadamente para simular estar borracha, aunque realmente ya se le había pasado todo tipo de efecto del alcohol.

Estuvo toda la tarde intentando que él le de bolilla, pero Lautaro ni registraba a la pobre italiana. Lara se esforzaba una y otra vez por llamar su atención, pero parecía que para él era invisible.
- Rocío...
La rubia dio un sorbo a su vaso de Fernet y miró a su amiga.
- Dime.
- No me mira. Lautaro. No me mira mí.
Rocío comenzó a reírse del acento de Lara y por cómo hablaba a lo Tarzán, así que la abrazó y comenzó a decirle secretos para conquistarlo.
- Mirá, en primer lugar tenés que hacerte re la linda con él...
- ¿Re?
- Sí, hacerte mucho la linda. No le des tanta pelota...
- ¿Qué pelota?- preguntó Lara.
Rocío respiró hondo. Se daba cuenta que tenía que tener mucha paciencia con Lara y hablarle con palabras que pudiera comprender.
- Lautaro es un chico muy dulce.
- Chico dulce, sí...
- Pero para enamorarlo, hacer que sienta amor, tenés que ser un poco distante. No estés encima de él ni le insistas...¿Me estás entendiendo?
Lara asintió con seguridad.
- Tratá de que sea él el que venga hacia vos, el que esté interesado.
- ¡Sí! Yo quiero eso, ¿pero cómo?
- Justamente no le hables, no lo mires, no le digas nada. Ignoralo.- así fue cómo ella lo había enamorado hace tantos años atrás cuando empezaron a ser novios, pero ese detalle no se lo iba a contar a su amiga.
- Pero así no me va a escuchar.
- ¡Sí! ¡Creeme que sí! Vos hacé lo que yo te digo. Con Lautaro eso no falla.

Llegada la noche, estaban todos borrachos arriba del yate, bailando y cantando. El único que no lograba relajarse era Bautista, que estaba pendiente todo el tiempo de Nicolás y Rocío. El gordo Ale notó esta incomodidad, así que se acercó a su amigo para preguntarle bien qué le pasaba, y Bauti decidió ser honesto.
- ¿Toda tu preocupación es por Vera? ¡Ya fue, boludo! Si a Nico que es el novio no le interesa, menos te tenés que preocupar vos.- dijo el gordo tomándolo del hombro y riéndose de golpe, casi por caerse al piso.
- Gordo, no me des ningún consejo que tenés un pedo terrible...
- ¡¿En pedo?! ¡¡¿Yo?!! ¡Ni en pedo estoy en pedo!
Bauti agarró al gordo del brazo y lo ubicó en una silla, hasta que, con un movimiento del yate, empezó a vomitar. Celeste se acercó a ayudar a su novio, aunque ella estaba más borracha que todos juntos. Se reía, se tropezaba y hasta en un momento confundió a Bautista con Santi y casi le clava un beso.
- Amor, ¿podés comportarte?
- ¡Dale, gordo! ¡Divirtámonos!- gritó Celeste subiéndose arriba de la mesa y bailando con Rocío.- ¡Woooo!
- ¡Estoy del orto, boluda!- gritó la rubia, y ambas echaron a reír.
Bautista era el único que no la estaba pasando bien. Primero, le preocupaba que Thiago seguía durmiendo en el camarote y esperaba que no se despierte y vea a su mamá en esas condiciones. En segundo lugar, estaban todos hechos unos impresentables, casi que ni pudieron charlar que enseguida se pusieron todos a gritar, bailar y estar borrachos. Y en tercer lugar, estaba preocupadísimo por Vera. Su mejor amiga seguramente estaba maquineando cualquier cosa en su casa, a la espera de una respuesta de parte de Nicolás, que parecía que no iba a llegar nunca porque se había hecho pedazos su celular por caer al agua. 
Bautista se apartó del grupo, se encerró en el camarote donde dormía Thiago y llamó a su mejor amiga.
- ¿Verola?
- ¡Al fin alguien que da señales de vida! ¿Me podés contar cómo está todo? No te voy a mentir, estoy re nerviosa. Me muero de miedo de que Nico otra vez se enganche con Rocío y...
- Pará, dejame hablar.- frenó Bauti.
Vera respiró hondo y accedió a escuchar a su amigo.
- Acá están todos re en pedo, pero está cada uno en la suya. Bailan, se cagan de risa de cosas sin sentido, el gordo está quebrando, Celeste grita, Macarena está con cara de culo y hay una amiga italiana de Santi y Rocío.
- Contame algo que me importe...
- Nada, Rocío y Nico nada. Casi que ni se hablan.
- ¿Casi?- Vera ya estaba pensando cualquier cosa en su cabeza.- ¿Para qué me llamás? Decime la verdad, Bau.
- Te juro que no pasó nada. Yo si veo algo te lo voy a contar, te lo prometo.
Después de hablar unas pavadas, cortó la conversación con Vera y se quedó acostado con Thiago, hasta quedarse dormido.

Remó toda la tarde y toda la noche para conciliarse con su novia, pero Pache finalmente se dio por vencido cuando se emborrachó con el objetivo de dejar de lado por un rato su pseudo-pelea con Macarena. ¿Se había equivocado en contarle la verdad? En realidad, sintió que se sacó una mochila pesadísima de encima, pero ahora está muy en juego su relación con Maca y, honestamente, no la quería perder bajo ningún punto de vista. Confiaba en su novia, y ella le había jurado que no se lo contaría a nadie jamás, pero uno nunca sabe...

Lautaro estaba tan acostumbrado a que le digan que no y lo rechacen las mujeres, que optó por ni siquiera atreverse a acercarse a Lara. Era linda, sí, y parecía copada, y a todo esto se agregaba el plus de que era italiana. Todo un sueño. Pero Lauti decidió, después de mucho analizarlo, que quería estar solo, completamente solo, por un largo tiempo...Después de su fracaso con Rocío, después con Nicole y con un par de chicas más, Lautaro se confió de que el amor no era para él y se aseguró de cerrar su corazón para no volver a enamorarse. Decidió copiar muchas cosas de Santino cuando era mujeriego, así que simplemente tenía amores de una noche, visitas esporádicas de ciertas chicas que le gustaban más que las otras, y todo quedaba ahí. Chamuyaba, ilusionaba, ignoraba y luego las dejaba. Lo peor es que Lautaro creía realmente que esto lo hacía sentir bien, cuando en realidad lo único que generaba era acumular más vacío en su interior. ¿Habrá alguna vez alguna mujer dispuesto a amarlo?
Lara, por ahora, solamente quería engancharlo. Le parecía lindo, caballero, y borracho y todo seguía siendo presentable y un bombón. Su amiga Rocío no le mintió cuando le dijo que Lautaro era todo un galán, y realmente superó sus expectativas. La italiana se dio cuenta que tenía que empezar a aplicar los consejos que le dio Rocío, así que optó por hacerse la linda y no estar encima de Lautaro, ni siquiera buscándole conversación.
El tema es que Lautaro no tenía ni un poco de interés en Lara y nada de lo que la tana pudiera hacer lo iba a conquistar porque él cerró por completo su corazón.

La noche estaba terminando, y Santino y Rocío, antes de organizar todo, habían decidido quedarse a dormir en el yate. Ya un poco recuperados del alcohol, y mientras todos agarraban sus cosas y acomodaban, la pareja se juntó a decidir qué hacer.
- ¿Nos quedamos a dormir entonces?- preguntó Rocío.
- Es una noche hermosa, podemos dormir afuera.- sugirió Santi.- Le prometí a Lara que la llevaba a la casa, ¿vamos a llevarla y volvemos?
- No, Santi, andá vos y yo me quedo ordenando, ¿te parece?
Santino asintió, le dio un beso en la frente a Rocío y le pegó un grito a Lara para llevarla a la casa. Antes de retirarse, se sacaron todos juntos una selfie para la foto del grupo de WhatsApp e hicieron un abrazo grupal por el reencuentro.
- ¡Que no se corte!- gritó Celes.
- Sí, tenemos que volver a vernos como antes.- dijo Nico.
- Una vez por semana al menos.- sugirió Alejandro.
- Lo vamos viendo en el grupo.- dijo Bauti mientras algunos lo abucheaban y Pache le tiró una servilleta hecha rollito.- ¿Vamos, amor? Thiago está medio histérico.
Celeste seguía un poco mareada, sonrió y dijo que sí. De a uno se fueron yendo en la lancha al otro lado del río.

"No, ya sé. No me voy a enojar. Confío en él. Confío en Nico. Me ama a mí, por eso está conmigo y no con ella", pensaba Vera una y otra vez para autoconvencerse de que no estaba sufriendo. Alrededor de las doce de la noche recibió un mensaje de Bauti que le avisó que ya se estaban yendo todos. ¡Buenísimo! Nico no iba a tardar más de una hora en volver, así que Vera se produjo, acomodó la cama, prendió velas, se maquilló, se puso un conjunto de ropa interior que a Nico le encantaba y decidió esperarlo para tener juntos una noche romántica.

Finalmente, Rocío se quedó sola en el yate. Al fin un poco de paz. Deseaba que Santino tenga fiaca de volver y que se pueda quedar ella en paz toda la noche mirando las estrellas, pensando en la vida, en su cumpleaños, en el reencuentro con sus amigos.
La rubia salió a uno de los costados del yate y se prendió un cigarrillo. Hacía mucho que no fumaba, pero la situación ameritaba un puchito. Miró el cielo, las estrellas y el movimiento del río. La había pasado muy bien. Estaba muy tranquila y relajada cuando de golpe escuchó un ruido fuerte que provenía del interior del yate. 
El corazón de Rocío comenzó a latir a mil por hora, y los nervios inundaron su cuerpo. ¿Quién estaba ahí? ¿Cómo pudo llegar un ladrón a su yate? Temblaba de miedo. Tiró el cigarrillo al río, y caminó para dentro del camarote. De golpe, salió un chico del baño, y la tomó fuerte del brazo, poniendo a Rocío contra la pared, apretándola.
- Ya no puedo aguantar más.- dijo él y, tomándola de la cara, le estampó un beso de aquellos imposibles de olvidar.
Por segunda vez en tantos años de historia, Nicolás y Rocío se estaban besando otra vez.

ENTRELAZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora