Instantáneamente y sin pensarlo, Bautista se sentó de manera brusca, despertando a Vera. Ella estaba completamente vestida y toda transpirada, y se levantó exaltada por la fuerza repentina del joven. Bauti le pidió disculpas por despertarla, pero le había llamado poderosamente la atención haber terminado así. Corrió a buscar su remera y se la puso.
- ¿Qué pasó? ¡Qué calor hace acá!.- exclamó en voz baja para no despertar ni a Pache ni a Maca, quienes dormía plácidamente en la cama, completamente destapados y semi desnudos.
Vera se puso de pie y caminó hacia la mesa de luz de Macarena, donde estaba ubicado el control del calefactor. Luego, se volvió a sentar en el colchón del piso.
- Se ve que te sacaste la remera en medio de la noche del calor que hacía...Encima estábamos tapados.- comentó ella entre risas.
- No pasó nada, ¿no?.
Vera negó con la cabeza.
- No, quedate tranquilo. Ni te conozco aparte.
Bautista suspiró más relajado. Miró su celular y eran las siete y media de la mañana.
- Uh, es re temprano.- comentó Bauti mientras pensaba qué hacer.-No importa igual, ya me desperté.
Vera sonreía simpáticamente.
- ¿Hablás solo?.- preguntó.
- No.- dijo Bauti dedicándole una sonrisa.- Te estaba hablando a vos.- comentó mientras se acercaba a la ventana.- Ya no llueve y tiene pinta de que va a ser un día hermoso.
- ¿Vivís por acá?.- preguntó Vera.
Bauti asintió y le respondió que vivía a quince cuadras aproximadamente.
- Uh, buenísimo, porque yo dejé mi auto estacionado cerca del club y no sé bien dónde es...- agregó la joven.- ¿Me dirías cómo ir? No soy de acá.
- Sí, obvio, ¿vamos ahora? Te acompaño.
- No hace falta, eh, posta.- dijo Vera.- Con que me expliques cómo ir ya me alcanza.
- Dale, Verónica, no hay drama.
Luego de haberle dicho "Verónica", la muchacha se rió bastante fuerte, provocando que Pache mire de reojo pero se vuelva a dormir, abrazando a su novia.
- Me llamo Vera...No Verónica.- le corrigió.
- ¿Vera es un nombre?.- preguntó Bauti en serio. Ella asintió.- ¡Pensé que era el apodo de Verónica! ¡Qué salame!.- ambos continuaron hablando entre risas.
Al momento de irse, Bauti movió un poco a Pachetti para que se despierte, pero éste simplemente lo miró unos segundos.
- Amigo, nos vamos. Sigan durmiendo que no son ni las ocho todavía.
Pache levantó el dedo pulgar en señal de que lo había escuchado, se dio media vuelta y continuó durmiendo.
En el transcurso de la casa de Maca hasta el club, Bautista pasó por un kiosco veinticuatro horas y se compró puchos. Vera le pidió uno y ambos fueron caminando mientras se fumaban aquellos Marlboro.
- No son muy ricos, me gustan más los Philip Morris.- dijo la muchacha.
- No me gusta el nombre Philip.- comentó Bautista con mala cara.
Ella se rió, sin comprender, pero prefirió no preguntar. Era evidente que algo de eso lo perturbaba y la realidad era que sí: Philip en español significaba Felipe, por lo que fumar un cigarrillo le recordaba al hijo de puta de Felipe Van Dumont, y eso derivaría en pensar nuevamente en Celeste. Los pensamientos de Bauti estaban inmersos en su ex novia y ya estaba a punto de estrujarse su corazón, cuando Vera interrumpió su maquineo constante.
- Las mejores conversaciones siempre surgen de ofrecerle al otro ir a fumar un pucho, ¿sabías?.- dijo ella en tono simpático.
Bauti dio una larga pitada y miró a la joven de reojo, asintiendo.
- En realidad, no sabía, pero es un muy buen dato.- luego, miró el humo que salía de su nariz y observó detenidamente al cigarrillo que tenía en su mano.- Es un gran compañero.
- Sí, lástima que haga tanto mal.
- Todo lo que me gusta me hace mal, así que no me sorprende.
Otro dato más que llamaba poderosamente la atención de Vera, pero prefería no ingresar en temas complicados que, de hecho, tampoco le interesaban. El resto del recorrido fue bastante lento. Los jóvenes disminuían su paso cada vez más, así podían hablar y conocerse. Ambos se presentaron formalmente con nombre y apellido, contaron sus hobbies, si estudiaban o laburaban...Un poco más de lo mismo de siempre a la hora de conocer una persona. Vera era una joven muy curiosa, y moría de ganas por saber qué pensaba Bautista sobre los Philip Morris o saber por qué todo lo que le gusta le hace mal y qué significa que eso ya no le sorprenda, pero no correspondía hacer esas preguntas, amenos que él las responda de la nada, sin la pedida de explicaciones de ella.
Bautista, mientras tanto, seguía llamándole poderosamente la atención cómo una chica tan hermosa como Vera y de la posición social en la que se encontraba no la hacían ser una chica engreída y soberbia...Al contrario, Vera era muy dulce, cálida para hablar y no parecía tener la nariz tapada o una papa en la boca al pronunciar.
- Es que no nací en cuna de oro tampoco.- dijo ella entre sonrisas mutuas, en el momento que surgió el tema familiar. Bauti le hizo saber lo mucho que lo sorprendía su personalidad.- Mi papá nació en la villa, y yo de chica vivía en un barrio re marginal del conurbano. De grandes los dos, mi mamá y papá, se pusieron a estudiar y a laburar un montón. Hicieron trabajos re estresantes, se metieron en muchísimos préstamos y todo, pero fueron progresando día a día hasta tener todo lo que tienen hoy y poder darse las comodidades que quieran.
- Se lo merecen entonces.- comentó Bauti.
- Sí, obvio. Supongo que haber crecido sabiendo esto y mis viejos queriendo que yo no sea una malcriada, lograron que no me crea superior sólo por tener plata. No me parece lo más importante del mundo tampoco...
Mientras Vera seguía hablando, Bautista ya seguía en su mundo, pensando cómo viviría él si tuviera una mamá, un papá...Nuevamente fue interrumpido por las palabras de la muchacha, puesto que se estaban acercando al coche.
- Subí que te llevo hasta tu casa.
- No, no te hagas drama.- dijo Bauti yendo a abrirle la puerta para que se suba. Era todo un caballero, y este gesto a Vera le agradó.
- Dale, Bau, son un par de cuadras nada más. No me cuesta ni un poco de nafta.- comentó Vera sonriendo.
Bauti le devolvió el gesto amable y para no ser maleducado, subió al auto. Una vez llegados a la puerta de la casa de él, se saludaron con un beso en el cachete, se agradecieron mutuamente por los favores hechos esa mañana y acordaron verse prontamente en alguna fiesta del club o en algún cumpleaños próximo de un amigo en común.
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ENTRELAZADOS
RomanceLos hechos y personajes de la siguiente texto-novela no son reales, pertenecen a una historia de ficción. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Rocío tensa por lo que está por presenciar y no saber cómo reaccionar. Lautaro ansios...