El plan de Malena había sido un éxito. Tanto auto-golpearse había valido la pena ahora que Nicolás sería detenido. Y con las falsas conversaciones telefónicas que grabó junto con su hermano, quien se hizo pasar por Nicolás, no habría forma de que se lo pasaran por alto. En esas grabaciones se escuchaba como el supuesto ex novio la amenazaba de muerte, impidiéndole contarle a alguien sobre los golpes que le daba y los moretones que le dejaba en la piel.
La escena fue tan violenta que ni siquiera le dio tiempo a Nicolás de llamar a sus padres. Los policías colocaron sus manos por detrás, esposándolo y sin preguntar nada, lo metieron dentro de un patrullero. La cabeza del joven no paraba de dar vueltas. ¿Qué hacía ahí? ¿Qué estaba pasando? Seguro era un sueño...Pero no, era todo muy real. Los policías hicieron entrar a Nico a un cuarto oscuro, de paredes grises, el suelo estaba totalmente helado al igual que toda esa habitación que emanaba olor a sangre, muerte, tempestad, soledad. Nicolás todavía seguía con la mente en blanco, le costaba asimilar lo que estaba pasando, aunque no tenía idea y era lo que menos imaginaba. Se encontraba tan desorientado y asustado que ni siquiera le salían las palabras de la boca, ni siquiera pedía explicaciones sobre aquella injusticia que estaba viviendo.
Luego de pasar la hora mas larga de toda su vida allí sentado, uno de los señores uniformados lo trasladó hacia otro cuarto. Este, a diferencia del anterior, era demasiado luminoso. En una pequeña mesa central se sentaron ambos, enfrentados, y una luz blanca similar a la de un hospital le apuntaba directo a la cara encegueciendolo un poco.
- Bueno, nene, mirá, la cosa es así: podés ir a juicio pero tendrías que pagarte tu propio abogado, los abogados que ofrece el Estado son bastante malos, o podes ahorrarte ese bochorno ante tanta gente, asumir la culpa, y bancarte la condena de dos años. No es mucho, pensá que por buen comportamiento te podemos largar un poco antes...
- ¡¿Cómo?! ¿Condena? ¿Dos años? ¡Pero si yo no hice nada, oficial!
- Uh. Pensé que íbamos a poder solucionar esto rápido, pero parece que hoy no voy a volver temprano a casa.- el oficial se desploma en su asiento y mira hacia el techo, cansado.- Se te acusa por un ataque de violencia física y verbal a una dama. Ana MalenaRemire.
Nicolás abrió los ojos como dos platos, la luz ya no era una molestia, con el impulso del cuerpo tiró la silla hacia atrás, aún estando esposado, se puso de pie y reclamó su llamada. Tenía derecho a una llamada... lo había visto en las películas.
En la habitación de Rocío sonaba la alarma que había programado para las nueve de la mañana, así podría despertar a Lauti para que se vaya antes de que sus viejos se despierten y noten que había pasado toda la noche durmiendo allí.
Cuando Lauti se despertó, Rocío ya tenía el ventanal del balcón abierto para que él bajase, pero no sin antes despedirse con un largo y dulce beso.
- Esperá, tengo una idea. ¿Y si bajo por acá, toco el timbre de tu puerta, y me volvés a abrir? Sería como si anoche me hubiese ido, y hoy hubiese vuelto temprano.
- Sí, dale, ¡qué buena idea! Pero no tardes mucho que te voy a extrañar.
Dicho y hecho. Lautaro tocó timbre y la mamá de Rocío, que estaba abajo preparando el desayuno, se acercó a abrir. Lo saludó dejándolo pasar y le indicó que subiera y despertara a "la dormilona". Mientras volvía a la cocina no pudo evitar sonreír, la ponía muy feliz que su hija estuviera con este chico tan bueno otra vez.
Cuando Lauti abrió la puerta de la habitación, Rocío se le tiró encima.
- ¡Lautiiii, al fin! Ya te estaba extrañando.
Por otro lado, a algunas cuadras de allí, se desarrollaba otra escena de amor. Bauti y Celes se encontraban en un confitería llamada San José, tomando unos licuados de frutilla, festejando que ya había pasado un mes del día en que se conocieron.

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ENTRELAZADOS
RomantizmLos hechos y personajes de la siguiente texto-novela no son reales, pertenecen a una historia de ficción. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Rocío tensa por lo que está por presenciar y no saber cómo reaccionar. Lautaro ansios...