3T - Capítulo 5

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Caricias, besos mojados, sábanas revoloteando, gemidos y sonrisas fueron parte de ese momento. A Rocío la inundaba un sentimiento increíble. Nicolás le estaba haciendo el amor como ningún otro chico lo había hecho antes. Y sí, esta vez realmente no tenía sólo sexo, esta vez era amor real. 

Y dieron las doce, la una, las dos, las tres de la mañana, y Nicolás todavía no aparecía por la casa. Vera estaba desesperándose. Ya se le había corrido el maquillaje, se sacó la ropa y solamente le mandaba mensajes en el grupo de sus amigas, con Celeste y Macarena, pero ninguna contestaba. Decidió entonces llamar a Bauti, y él respondió.
- ¿Qué pasó?- preguntó, con voz de dormido.
- ¿Ya estás durmiendo? ¿Y Nico?
Bauti se refregó un ojo y se sentó en el borde de la cama.
- Ya te dije, Verola, nos fuimos todos tipo doce del yate.- Bauti se quedó pensando y se dio cuenta que nunca saludó a Nico.- No sé qué habrá pasado con este pibe...
- Me estoy volviendo loca, boludo.- dijo Vera moviendo su pelo de un lado a otro con las manos, despeinándose.- ¿Podés venir a casa? Por favor, estoy a punto de colapsar.
Bauti se puso de pie y se desperezó. Miró a su derecha y tenía a Celeste durmiendo plácidamente, y caminó hasta el cuarto de Thiago, quien estaba despierto pero mirando dibujitos, a punto ya de volverse a dormir.
- Mirá, no me puedo ir ahora. Pero venite vos, total ya me re desperté.
Sin decir ni una palabra más, Vera cortó el teléfono, se puso su bata y se subió a su auto en pijama y pantuflas para ir a lo de su mejor amigo.

Macarena y Pache llegaron a su casa sin dirigirse la palabra en todo el camino. Él sabía que estaba en falta, pero también conocía lo suficiente a Maca como para saber que, si está enojada, lo mejor es dejar enfriar la situación así se le pasa de a poco, y no estarle encima porque sino es peor.
Guardaron el auto en el garage y subieron a su departamento. En el ascensor, Macarena rompió el silencio.
- ¡Encima no me decís nada!
Pache la miró extrañado.
- Siempre que nos peleamos me decís que no te joda por un rato sino es peor, entonces eso decidí hacer, ¿está mal?
- ¡Sí, está pésimo!
- No te entiendo.- dijo Pache encogiéndose de hombros.- Sinceramente no te entiendo.
- Yo a vos no te entiendo. No sé cómo pudiste ocultarme algo así tanto tiempo.- dijo Maca bajando un poco la voz para que los vecinos no escuchen.- Encima me viniste con todo el verso de que estabas nervioso porque era tu primera vez...¡La verdad que parecía que sí era tu primera vez por lo nervioso que estabas!
Pache puso su mano en la boca de Maca, riéndose un poco. El ascensor llegó al piso siete, y ambos entraron a su departamento. Macarena revoleó la cartera y fue a la habitación, trayendo una almohada y una frazada.
- Hoy dormís en el sillón.
Y Pache no tuvo otra opción.

Nicolás diciéndole cosas hermosas en el oído, hasta que en un momento comenzó a gritar.
- ¡Rocío! Rocío...¡Ro!
Y la rubia abrió los ojos. Estaba acostada en la cama de la habitación del yate, vestida con la ropa de su cumpleaños y Nicolás parado en la punta, observándola. Rocío se refregó los ojos y se sentó.
- ¿Qué pasó? ¿Qué hora es? ¿Ya te vestiste?
- ¿Eh?- Nicolás puso cara de no entender, y se sentó en la punta de la cama.- Estás durmiendo hace como dos horas. Ya son las cinco de la mañana.
Rocío se acababa de dar cuenta que todo lo hermoso que estaba pasando, solamente había sido un sueño. "Me volvería a dormir así puedo soñar lo mismo, ¡fue tan real!", pensó. ¿Y el beso? ¿Eso había sido su sueño también?
La rubia se levantó de la cama, se fue a servir un café, y le ofreció uno a Nico, que también aceptó. El clima afuera del yate estaba ideal, así que salieron a la popa para mirar la noche y admirar el silencio del lugar.
- ¿Qué hiciste mientras dormía?- preguntó la muchacha mirando el río.
- Me senté acá afuera a pensar.
- ¿Y qué pensabas?
- En el beso que nos dimos.
"¡Eso fue real! ¡Vamos, carajo!". Rocío se alegró muchísimo al corroborar que ese apasionado beso fue en la realidad y no en sus sueños, pero intentó disimular, manteniendo su rostro serio y sin decir nada, esperando que Nico siga diciéndole en qué pensaba. Ojalá le diga que la amaba a ella, que Vera era una excusa para olvidarla, que se escapen juntos en el yate a un destino infinito, que ella era la mujer que siempre quiso, y que después la tome en sus brazos y se den otro beso que...
- Me muero de culpa por lo que le hice a Vera.- dijo Nicolás muy seguro y apesadumbrado, tirando abajo todas las expectativas de Rocío.
- Si lo hiciste fue porque quisiste, yo no te obligué.
Rocío tenía la mala costumbre de enseguida ponerse a la defensiva.
- Ya sé, no estoy diciendo eso.
- No te arrepientas de algo que quisiste hacer entonces.- respondió Rocío. A ella realmente le angustiaba que Nicolás esté con culpa, quería tenerlo para ella, pero siendo feliz.
- Eso es lo peor, que no me arrepiento. Me da culpa porque Vera es re buena persona, no se merece a un gil como yo.
- ¿Entonces para qué seguís con ella?
Nicolás sonrió pícaramente, dio un último sorbo a su café y miró a Rocío directo a los ojos.
- No es tan fácil, Rocío. Yo vivo con Vera, compartimos un montón de cosas. Sino, dejalo vos a Santino.
- Si lo dejo es para estar con vos.
Nicolás se quedó en completo silencio. Entró al yate, agarró su mochila y guardó un par de cosas que había de él dando vueltas.
- Me voy que mi novia me está esperando.
- ¿Ahora te preocupa tu novia?
Él puso cara de fastidio y le clavó a Rocío una mirada un tanto fulminante.
- Por eso no podría estar con vos. Sos demasiado soberbia para estar conmigo.

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