Capítulo 9

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En la ducha, Celeste siempre encontraba esos minutos de relajación para despejarse un poco pero, a la vez, tratar de encontrar solución a los grandes problemas de su vida. Ya se había duchado antes de ver a Bautista, pero necesitaba hacerlo de nuevo para concentrarse en su yo interior y plantearse cómo van a seguir las cosas. El casi beso de despedida en el taxi la había inmovilizado un poco. No se creía capaz de querer a otra persona que no sea Felipe. Por más que él esté en el polo contrario del mundo, ella lo seguía extrañando como si fuese el primer día. Todavía recuerda lo mucho que lloró...

- Voy a intentar comunicarme todos los días, te lo prometo.

- No sirven las relaciones así, Felipe. No podemos estar juntos hablando por celular nada más. Yo no sé si salís, si no salís, sí...

- ¿Desconfiás de mí?

- Del mundo.

Felipe había intentado con todas sus fuerzas seguir juntos, aunque ambos sabían que eso no podría ser, que había que ponerle un fin. Fue tan repentino todo...Él iba a estudiar en la Universidad Argentina de la Empresa, pero a último momento, sus tíos que viven en Estados Unidos, le propusieron instalarse allá un tiempo, con trabajo y facultad, aprendiendo inglés a la perfección. Felipe no dudó un segundo y tampoco Celeste consideraba que esté mal. Es su futuro, es una oportunidad única y debería aprovecharla. Ella no era quién para impedirlo, ni siquiera se le había atravesado por su cabeza la idea de rogarle para que se quede. Pasó largos meses llorando, sin salir, sin poner un pie en la calle más que para ir al colegio y terminarlo de una vez. Allí descubrió que sus amigas y su madre tenían razón cuando le decían que no se aferre tanto a Felipe, que no se olvide de todos los demás, que el mundo no pasa sólo por una persona...Pero ella no escuchaba y consideraba que era lo suficientemente fuerte como para mantener todas sus relaciones en tiempo y forma, pero llegó un momento que su eje y motor de vida era su novio, y ahí fue cuando todo se le vino abajo. Se sentía sola, que el mundo se le derribó, que ya no tenía sentido despertar cada mañana si no tenía ese mensajito que la hacía levantarse con una sonrisa, ya no valía la pena ir al colegio si no la iba a ir a buscar nadie para llevarla a almorzar, ya los domingos sería depresivos otra vez porque no tendrá con quién mirar películas toda la tarde, ya no tenía excusa para sacarse a los pibes de los boliches de encima, ya no festejaría todos los 19 de cada mes. No quería ver a sus amigas, comía poco, perdió muchísimos amigos por peleas que ella misma generaba con motivo de su amargura y ciclotimia. Sabía que ella sola era la culpable de todo. No podía permitirse seguir estando así, aunque cada vez que, hasta el día de hoy, escucha el nombre de su ex novio, los pelos se le ponen de punta, el corazón le bombea sangre a lo loco y su panza danza un malambo ininterminable. Por eso, un día se levantó y se propuso a cambiar la situación. Volvería a salir con sus amigas, volvería a recuperar su vida e intentaría empezar de cero, no con un nuevo hombre, sino con una nueva forma de ver las cosas. Si Felipe estaba en otra parte del mundo lo más bien, ¿por qué ella debía estar acá llorando como una desgraciada? No se merecía eso, no había hecho nada en el mundo para merecerlo. Así fue como volvió a salir con Macarena, a veces con Rocío si Lautaro la dejaba, pero empezó a ponerse mejor aunque esas puntadas de dolor por la ausencia de Felipe todavía estaban presentes, pero ya no se le notaba, ya los demás creían que estaba superado. El único que sabía la verdad de lo que sentía y pensaba con respecto a Felipe era Bautista. No sabe por qué, pero ese chico le daba confianza, la hacía sentir bien...No había tenido tanta relación con un hombre hacía siglos. Bautista la relajaba, la hacía transportarse a otro lugar por un rato, la hacía sentir bien y apreciada, una reina.

Sin darse cuenta, las lágrimas comenzaron a caerse mientras secaba su cuerpo y se vestía de entre casa, ya que la noche se estaba avecinando. En un momento, toma su celular para ver si había algún mensaje y de hecho así fue. "Me dejaste pensativo y con ganas de verte otra vez" y a Celeste se le dibujó una sonrisa inmensa. Ya sabía que al día siguiente se iban a volver a ver, ya había encontrado un nuevo motivo para despertarse cada día.

Rocío se la pasó en su cuarto llorando todo el santo día. Su padre le hablaba bien pero se notaba que estaba un poco enojado por lo que su hija había intentado hacer. No podía salir de su casa, por ende era imposible la posibilidad de ir a lo de Lautaro a rendirle explicaciones. La angustiaba que él esté enojado, después de todo ella sí lo amaba, solamente Nicolás le caía bien y le parecía lindo, pero no se le había cruzado por la cabeza engañarlo jamás...Y menos dspués de saber que Nicolás estaba con otra.

- Dejame de joder, Malena.- Nicolás siguió caminando y la joven se le puso delante.- Sos una paranoica. Yo no tengo que darte explicaciones a vos, hago lo que quiero con mi vida.- La corrió a un costado y continuó su camino.

Malena volvió a ubicarse delante de él y lo empujó.

- ¡Pelotudo!

Nicolás la agarró de las manos, sujetándola para que no le pegue. Malena estaba sacada. Alguien le había ido con el cuento de que estaba viéndose con otra chica. Nico no se imaginaba quién podría haberle dicho, pero de lo que estaba seguro es que Male sabía que esa chica era Rocío. Aunque no se conocían, solamente porque Malena sabía que era la novia de Lautaro, se habían visto en el Álamo el sábado a la noche. Nicolás miró fijo a aquella chica que le pedía explicaciones y le habló de manera sacada.

- Yo a vos no tengo nada que decirte. Es mentira eso que te contaron y además qué carajo te importa, si yo no estoy con vos.

Malena comienza a llorar desaforadamente. Nicolás la soltó y ella comenzó a pegarle en el pecho.

- Sos una mierda. Siempre me usás para coger, siempre me hacés lo mismo. Me histeriqueás, me hacés ilusionar y después me decís que no somos nada como para plantearte cosas. ¡Te odio!

Nicolás bajó la vista. Era verdad lo que Malena decía. Muchas veces le decía cosas tiernas y dulces, pero en realidad era parte del chamuyo para que ella accediera a una nueva noche de sexo, a la cual la chica no se podía negar ya que estaba locamente enamorada de él, más allá de todos los desplantes que le hacía día a día.

- ¡¿No me vas a decir nada, cagón?!

Nicolás se dio media vuelta, caminó tres pasos, subió a su bici, y dejó a Malena atrás, parada en el medio de la vereda, llorando en un estado de euforia increíble y puteándolo con las peores bajezas.

Macarena esa tarde no tenía ganas de tener un encuentro íntimo con aquel joven, pero quería estar un rato con él al menos para sentirse linda por un rato. Entendía que eran sólo amigos con derechos, pero a veces el buen sexo confunde sentimientos y más para ella, que le es muy complicado encontrar un chico. Cuando el joven ingresó por la ventana de su cuarto, la saludó con un beso en la boca, mirando hacia la ventana para que no haya nadie en la calle que los esté mirando. Macarena notó ese gesto, y cada día le molestaba más que se oculten tanto.

- ¿Cómo te sentís?.- Le preguntó él. Macarena lo miró a los ojos y sintió una mezcla de emociones. Pachetti, aquel pibe que estaba parado frente a ella, con el que atravesó una historia de amor secreta durante largo tiempo y sus amigas no tenía ni idea del contacto entre ellos, pensó que debía sincerarse y contarle los mambos con Bautista y Celeste. Pero Pache no estaba ahí para escuchar sus quilombos mentales internos, sino para chapar un rato, chusmear y después, si es casual, tener relaciones. Esta vez Maca no deseaba eso, pero optó por ceder una vez más y abalanzarse sobre él para tener unas horas de pasión y lujuria, pensando en que aquel joven que estaba dentro de ella no era Pachetti, sino Bautista.

Malena decidió ir a lo de su amigo, quería saber con más detalles lo que había pasado la noche anterior entre Nicolás y Rocío, nadie mejor que él para contarle la realidad de las cosas. Siempre se había ayudado mucho mutuamente con sus relaciones. Nadie sabía de su amistad, simplemente algunos ajenos al grupo, ya que a Rocío no le gustaría en absoluto enterarse que Lautaro le había dicho a Malena lo que había sucedido la noche anterior...

ENTRELAZADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora