3T - Capítulo 7

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Nicolás estaba muerto de risa por haber mojado a Rocío como había pasado otras veces, pero también por el efecto del alcohol en él. La rubia esta vez no se iba a enojar ni insultarlo, de hecho también se rió y se secó como pudo con un par de servilletas.
- Siempre lo mismo con vos.- dijo ella.
- Perdoname, soy el peor.
- No te hagas drama...No sabía que estaban acá.
- Sí.- dijo Nicolás señalando la mesa de los pibes que ya estaban con el resto de las chicas.- Está Santino también.
A Rocío no le importaba en absoluto que Santino estuviera ahí, lo que quería era estar con Nicolás e iba a luchar toda la noche para conseguir su cometido.
- ¿Vamos a sentarnos con ellos?- dijo Nico de manera un poco torpe.- Quiero que se me pase el pedo un poco.
Rocío sonrió y asintió hasta acompañarlo a la mesa donde saludó al resto.

Vera sentía un nudo en el estómago. No sabía por qué era, pero pensó que tal vez fue mala idea no haber salido con las chicas. Chusmeando en Instagram, vio que Celeste subió una historia y era una foto con Bautista, donde puso: "Salimos por separado y nos encontramos igual, ¡te amo!" así que prontamente Vera sacó la conclusión que tanto Nicolás como Rocío estaban ahí. La peor parte era que, después de releer todos los mensajes de texto que Nico le había mandado, se dio cuenta que él estaba totalmente borracho y no confiaba para nada en lo que pudiera pasar.
Mientras manejaba por Panamericana de vuelta a casa, Vera pensó una y otra vez si debía retomar e ir en busca de Nico, pero la verdad era que prefirió confiar en él y relajarse, por mucho que le costara tomar esa decisión.

Todavía estaban las cosas bastante tensas entre ellos. Maca y Pache no se dirigían la palabra, y todos notaban la incomodidad que se originaba cada vez que el otro hablaba, pero nadie hizo comentarios al respecto.
En un momento de la noche y algo borracha, Macarena se levantó y fue al baño. Se miró al espejo, se acomodó el maquillaje, se retocó un poco la ropa que estaba desacomodada e hizo sus necesidades. Se dio cuenta que no la estaba pasando tan bien como esperaba. Esa noche prometía, prometía mucho, pero haberse encontrado a los pibes bajó muchísimo su buena voluntad. Mientras pensaba todo esto, Celeste entró al baño a buscarla.
- ¿Qué hacés acá, Maca? ¡Vamos a bailar! En el piso de abajo están pasando todo cumbia...¿Vamos?
Macarena le negó con la cabeza.
- Dale, eu...- Celeste le levantó la cara agarrándola del mentón.- ¿Te pasa algo? ¿Pache?
Maca seguía aún sin contestarle. 
- Bue...Dale, boluda.- insistió Celes.
- ¿Qué pasa?
- ¡Que yo no salgo nunca! Tengo que estar todos los días de mi vida trabajando y cuidando a Thiago, siempre me duermo a las diez de la noche...Un día que puedo salir, pasarla bien y dármela en la pera tranquila, vos estás mala onda. Sos mi mejor amiga, y quiero que la pasemos bien las dos...Como en los viejos tiempos.
Macarena esbozó una leve sonrisa porque la verdad era que su amiga tenía razón. Hacía tanto que no salían de fiesta juntas y solas...Así que Maca se predispuso a terminar la noche bien arriba.

Cuando nadie los observaba, Nicolás y Rocío se histeriqueaban constantemente. Se relajaron mucho más cuando Santino se fue del bar con una chica, y sin estar él, podían soltarse y hablar un poco más fluidamente. Bailaron juntos, tomaron algo, charlaron de la vida, y Rocío le tiró al morocho algún que otro comentario sobre ellos dos, que Nicolás rápidamente evadió con respeto y altura.
Mientras bailaban, Rocío se acercaba más a él, hasta que Nico la agarró de la cintura y ella le rodeó el cuello con los brazos, acercándose más.

La mirada de Bautista estaba depositada en Rocío y Nicolás. No podía parar de observarlos y pensar en que a él lo iba a matar. Celeste quería bailar con su novio, pero el joven estaba totalmente enfocado en otra cosa.
- ¡Ey!- exclamó Celes.- Dame bola.
- Eh, sí...perdón, amor. Estoy re colgado.
- Sí, ya me di cuenta. ¿Qué mirás?
Bautista hizo un movimiento de cabeza para que Celeste observe a Nicolás y Rocío. Celeste negó con la cabeza, apenada.
- Esta Rocío no aprende más...
- No, no me refiero a eso.- aclaró Bauti.- Rocío no me interesa. Pero si Vera ve esto...Me parece que le voy a tener que contar.
- ¡Ay, Bauti!- Celeste estaba fastidiándose poco a poco.- Dejá que cada uno haga lo que quiera. Vos no te metas.
- No puedo, amor.
Bauti sacó su celular y comenzó a escribirle un WhatsApp a Vera, pero Celeste se lo arrebató de la mano y se lo guardó en el bolsillo.
- Basta, Bautista.
- ¿Qué hacés?- preguntó él, sorprendido por el accionar de su novia.
- Es una noche para nosotros, no para que estés preocupado en cosas de otros. Bah, eso me parece...- Celeste estaba que explotaba de rabia, pero intentó decirle las cosas de buena manera. Bautista no la escuchaba, sólo miraba a Nicolás y Rocío de manera fija pensando cómo hacer para ayudar a Vera.

Lautaro, el gordo Ale y Santino habían iniciado una competencia esa noche. El que estaba con más chicas, ganaba. Al principio comenzó ganando Lautaro, que se chapó a tres en menos de una hora. El gordo Ale tuvo que remar insistentemente pero sólo recibió un cachetazo y una lanzada de Fernet en la cara. Santino superó a Lautaro cuando llegó a chaparse a cinco en total, pero la noche cambió su curso cuando Santino encaró a una chica como cualquier otra y decidieron irse a un lugar más tranquilo, aunque ni sabían su nombre uno del otro.
Por su parte, el gordo Ale se encontró con Lara, la amiga italiana de Rocío y Santino, y se quedó charlando con ella un buen rato. Si bien la joven buscaba a Lautaro constantemente, se empezó a entretener realmente con Alejandro y decidió enfocarse en él esa noche.
Al que mejor le fue esa noche fue a Lautaro. Si bien ahora estaba poniendo una parte de sí con fama de gato y chamuyero, seguía teniendo su costado romántico que conoció durante su noviazgo con Rocío. Charlando con un grupo de chicas, llegó a conocer a Paz.
Tenía el pelo castaño claro, unos ojos verdes brillantes y unas pestañas perfectamente marcadas que resaltaba mucho su mirada. Estaba vestida con un vestido negro ajustado al cuerpo con toda la espalda descubierta, anteojos negros grandes y un sombrero al mejor look Chaplin. Tenía un estilo muy particular y enseguida llamó la atenció de Lautaro.
Paz era divertida y sencilla, pero a la vez un poco tímida. Por momentos, Lautaro tenía que sacarle las palabras de la boca porque ella no hablaba mucho.
Lo que llegó a averiguar era que tenía dieciocho años, estudiaba medicina en la Universidad de Buenos Aires y vivían muy cerca de la casa uno del otro...¡casualidad absoluta! Después de mucho insistir, Paz se animó a pasarle su número de celular a Lautaro, pero pensó que era uno más, como todos los que se acercan a hablarle durante la noche, que luego ninguno le habla, o los que lo hacen no le parecen ni un poco interesantes.

Si bien el que le interesaba era Lautaro, Lara la italiana descubrió en Alejandro a una persona increíblemente divertida y genial. Se entendían perfecto y se rieron mucho juntos. Después de tomar juntos varias cervezas, quedaron en que al otro día por la tarde irían al cine juntos o al parque a caminar, eso aún no lo habían decidido.

¡Le importaba tan poco lo que podrían decir los demás! Rocío se propuso explotar esa noche a la máxima potencia. Hacía años que no estaba soltera, así que quería aprovechar. Obviamente que su noche mejoró un ciento por ciento cuando se cruzó con Nicolás, sobre todo al verlo borracho y totalmente dispuesto a hablar con ella.
- ¿Te vas a casar conmigo alguna vez?- le preguntó Nico con las palabras un poco torcidas y confusas.
- Eso no te lo puedo decir ahora.- contestó Rocío haciéndose la difícil, como siempre, aunque por dentro se moría de ganas de abalanzarse sobre él y besarse de una buena vez.

El celular de Bautista comenzó a sonar mientras él con su novia discutían en un costado del bar. Celeste le recriminaba a Bautista que estaba siendo muy desatento con ella, y Bautista le aclaraba una y otra vez que eso no era así pero que su mejor amiga estaba pasando por un momento particular y él quería ayudarla. Cuando el celular comenzó a hacer ruido, Celeste lo sacó de su bolsillo y vio que era una llamada entrante de Vera.
- Y para no perder la costumbre...
Lo miró fijo a Bauti con el celular en la mano, desafiante.
- ¿La vas a atender?- preguntó Celeste.
Bautista, sin decir una palabra, tomó el celular y atendió.
- Hola.
- Hola, Bau.- dijo Vera del otro lado.- No aguanté más. Estoy entrando al Álamo...¿vos dónde estás?
Y Bautista estaba casi en la entrada, viendo cómo Nicolás y Rocío estaban contra la pared besándose apasionadamente...

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